Artículo extraído de Tribuna de los Trabajadores #394, 17 de junio de 2023

Comenzó la contraofensiva del ejército ucraniano, apoyado por la OTAN, y los combates continúan en especial sobre territorio ruso. Las consecuencias de la destrucción de la presa de Kakhovka son dramáticas. Una sola exigencia: ¡que esta guerra se detenga de inmediato. ¡Cese al fuego inmediato e incondicional!

   La situación despierta pocas dudas al Washington Post del 8 de junio: “La contraofensiva del ejército ucraniano comenzó (…). Las tropas ucranianas se componen de unidades de ataque especializadas dotadas de armas occidentales y entrenadas con tácticas de la OTAN”.

   Para The Economist del 7 de junio, esta contraofensiva se acompaña de combates en territorio ruso, en la región de Belgorod, en donde misteriosas “milicias rusas anti-Putin, que reagrupan a más o menos 2,500 combatientes” (Le Canard Enchainé del 7 de junio) combaten.

   Esta ofensiva podría muy bien convertirse en la ocasión de un cambio importante en la guerra. Como lo indica The Guardian del 7 de junio hablando del antiguo secretario general de la OTAN, Rasmussen, quien amenaza: “No excluiría la posibilidad de que Polonia se mezcle aún más fuertemente y sea seguida por los países bálticos, con la posibilidad del envío de tropas sobre el terreno.” ¿Tropas de la OTAN en Ucrania y mañana en Rusia? Este sería un nuevo nivel sobrepasado en la escalada que amenaza a la humanidad hacia una guerra generalizada.

   El 6 de junio, la presa de la central hidroeléctrica de Kakhovka, en el río Dniepr, entre las líneas rusas y ucranianas*, fue destruido. El escritor de origen ruso André Markowics (favorable a Zelensky y a la OTAN) describe las consecuencias dramáticas: “En efecto, Kherson está inundado. Pero todas las víctimas (o casi todas) así como las destrucciones más catastróficas se encuentran del lado izquierdo, que está más bajo y que está enteramente ocupado por rusos. (…). Los rusos perdieron a decenas y decenas de soldados al lado de la presa, y son los primeros que se sumergieron. Para la población civil nada, absolutamente nada se ha hecho (…). La situación del agua potable es crítica para todo el mundo (…), pero lo peor en el futuro es Crimea, en donde el aprovisionamiento de agua depende enteramente del canal construido a partir de la presa. (…) Esta catástrofe llama a otra: si no se llega a una solución rápidamente, la central nuclear de Zaporijia no podrá enfriarse y terminará por estallar.”

   Cientos de miles de ucranianos y de rusos privados de agua potable, una central nuclear que amenaza de estallar. Existe la urgencia de detener esta guerra ahora: ¡cese al fuego inmediato, retiro de todas las tropas, detener el envío de armas!

Dominique Ferré.

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En lo que concierne a la presa, Putin acusa a Zelensky, quien le revierte la acusación.
Exactamente como lo hicieron cuando el sabotaje de los ductos germano-rusos Nord-Stream 1 y 2, el 26 de septiembre de 2022. En relación a esto, el Washington Post revela en cuanto al Nord- Stream: “La CIA había sido informada en junio del 2022 (…) que un equipo de seis miembros de las fuerzas especiales ucranianas preparaba el sabotaje del proyecto germano-ruso de transporte de gas natural.”

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