¿Francia en guerra?

Editorial de Tribuna de los Trabajadores #395, 21 de junio de 2023

Por Daniel Gluckstein

Según Le Monde del 20 de junio, Macron habría modificado su posición sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN. Uniéndose a la posición del gobierno polaco, estaría ahora más bien favorable a ello. Ese mismo Macron declaraba hace dieciséis meses que “la entrada de Ucrania a la OTAN sería percibida por Rusia como una confrontación”.


Recordemos que el artículo 5 de la OTAN estipula que un ataque armado contra un miembro de la alianza es considerado como un ataque contra todos los miembros. Adherir a un país en guerra a la OTAN, significa poner en marcha una mecánica que implica a todos sus miembros en la guerra. Ciertamente, Macron no propone que Ucrania se una a la OTAN en estos momentos. Tomando posición por la adhesión de Ucrania desea, como lo explica él mismo, presionar a Putin. El objetivo consiste en que Zelensky pueda “negociar”, sabiendo que de todas maneras Ucrania no podrá “recuperar los territorios ocupados” (Le Monde).

Pregunta: si ese es el objetivo, ¿por qué no darles un impulso a las negociaciones ahora mismo?, ¿Por qué no proponer un cese al fuego inmediato? ¡Eso, de ninguna manera, para Macron! Mientras que muchos países miembros de la OTAN llegan al límite de sus capacidades para enviar cada vez más armas y municiones a Ucrania, Macron, en cuanto a él, anuncia nuevas entregas, en particular de misiles y de tanques blindados. Es verdad que puede apoyarse en el consenso realizado en el Parlamento cuando se dio la discusión sobre la ley de programación militar (LPM), en particular sobre la cláusula que coloca la entrega de armamento a Ucrania fuera de todo límite presupuestal. Se apoya también, recordémoslo, en los votos casi unánimes del Parlamento Europeo (incluyendo los de todos los diputados franceses “de izquierda”) para la entrega de armas y municiones al gobierno de Zelensky.

No se trata solamente de agitar una amenaza o de ejercer una presión. Los países que comparten la nueva posición de Francia se sienten envalentonados de ir aún más lejos. Así, Polonia y otros países prevén la constitución de una “coalición de voluntarios” involucrada sobre el terreno. En Francia, el estado mayor del ejército estudia la participación de las “burbujas de prohibición aérea”.


Un paso más se ha escalado hacia la entrada directa de Francia en la guerra. En el mismo momento en que el gobierno instaura el Servicio Nacional Universal obligatorio para los estudiantes de enseñanza media superior a partir del año próximo, y en el mismo momento en
que fueron votados los 413 mil millones de la LPM, se anuncian cortes presupuestales masivos en todos los presupuestos públicos (el ejército no incluido).

Es urgente que las organizaciones que se reclaman de la clase obrera, de la paz y de la democracia rompan todo apoyo a la OTAN y a la ley de programación militar. Urge que se pongan de acuerdo al menos en un punto: cese al fuego inmediato.

Hay que detener ahora mismo la escalada de sufrimientos y de muertes inútiles. ¡No a la entrada de Francia en el conflicto, de manera directa o indirecta! ¡Fuera Macron, fabricante de guerras al exterior como al interior!

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