Una “alianza” Unión Europea- Túnez para deportar a los refugiados hacia el Sahara, firmada el 16 de julio en Túnez.

   El 16 de julio, en Túnez, Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, así como Giorgia Meloni primera ministra de Italia (de extrema derecha) y el primer ministro de los Países Bajos, firmaron “una alianza estratégica completa” con el presidente de Túnez, Kaïs Saïed.

   La Unión Europea prometió mil millones de euros a Túnez, en parte bajo la forma de “préstamos” para rembolsar posteriormente.

   Primer desembolso: por 105 millones de euros, el gobierno tunecino pone a sus fuerzas armadas y a su policía al servicio de la lucha contra la inmigración llamada ilegal hacia Europa. La Unión Europea “subcontrata” al Estado tunecino para la caza a los refugiados que llegan de los países del África sub-sahariana. Von der Leyen y Meloni se aprovecharon por supuesto del posicionamiento de Kaïs Saïed, quien se destacó estos últimos meses por sus declaraciones incendiarias y racistas contra los refugiados.

   Seis días antes de la firma de la “alianza”, las autoridades tunecinas deportaron a 700 refugiados sub saharianos hacia las zonas desérticas en los confines de Argelia y de Libia. Las ONG de Túnez denunciaron “arrestos violentos y expulsiones forzadas de centenas de migrantes africanos negros” y casos de tortura.

   Además de las deportaciones en el desierto, los fondos de la Unión Europea servirán también para financiar barcos, radares y otros medios para impedir a los migrantes atravesar el Mediterráneo. Amnistía Internacional denunció este acuerdo que “hace a la UE cómplice de las violaciones a los derechos infringidos” a los solicitantes de asilo y a los refugiados.

   Otro “desembolso” de la “alianza” está directamente dirigido contra el pueblo tunecino. Por 900 millones de euros “prestados” por la Unión Europea, el gobierno tunecino debe aceptar las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). Hasta ahora, Saïed no vacila en poner en práctica. Supresión de subvenciones del Estado a los productos de primera necesidad, restructuración-privatización de las empresas públicas, medidas en favor de los “inversionistas europeos”, etc.: esto es lo que la Comisión Europea llama “reformas socio-económicas”.

   Con esta “alianza”, la Comisión Europea -en nombre de los 27 gobiernos, incluido el de Macron- mata tres pájaros de un tiro. Subcontrata al gobierno tunecino para la caza a los refugiados para impedir encontrar asilo en Europa. Impone al pueblo tunecino un plan de austeridad que el FMI no había podido imponer hasta ese entonces y refuerza el saqueo por las multinacionales, las mismas que explotan a los trabajadores del viejo continente. Este acuerdo muestra una vez más la verdadera naturaleza de la Unión Europea: un instrumento de guerra de los capitalistas contra los trabajadores, de ambos lados del Mediterráneo.

Gaspard Robin

   Son unos hipócritas los responsables políticos que señalan con el dedo a los refugiados, mientras que son sus intervenciones militares, el saqueo de las multinacionales y los planes del FMI lo que fuerzan a miles de familias al exilio.

   Son muy peligrosos los que dividen a los trabajadores y a los pueblos para debilitarlos en su lucha de clase contra los gobiernos responsables de la guerra y de la explotación.

   Son criminales los que pretenden prohibir a los oprimidos el encontrar asilo y una vida digna para ellos y para sus niños.

  Mienten los que pretenden que “no hay dinero” para acoger a los refugiados (como no habría dinero para los salarios, las escuelas y hospitales). ¿Y los cientos de miles de euros de fondos públicos otorgados a los capitalistas y a los presupuestos de guerra?

   Lloran con lágrimas de cocodrilo cada vez que se encuentran cuerpos sanos sin vida, pero piden más firmeza, menos acogida, y más control sobre la inmigración.

   La única posición obrera internacionalista y democrática es la de exigir a todos los gobiernos: ¡acojan dignamente a todos aquellos que solicitan asilo!

¡Abran inmediatamente las fronteras en toda Europa, liberen a los detenidos en los centros de retención, proporcionen asilo y regularicen a todos los sin-papeles! ¡Solamente hay una clase obrera y ella no tiene fronteras!

   Esa es la posición del Partido Obrero Independiente Democrático.

   Ella es indisociable de la exigencia de retiro de tropas francesas de todos los países en donde intervienen.

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