
Del 4 al 7 de octubre -una duración de tres días impuesta por las leyes anti-sindicales- “los 75,000 asalariados del grupo Kaiser Permanente mantuvieron sus barricadas de huelga frente a los hospitales y las clínicas de los Estados de California, Oregón, Washington, Colorado, Virginia y el Distrito de Columbia” (Reuters). Una huelga ”causada por la erosión del poder de compra de los trabajadores derivada de la inflación”. Mientras que las negociaciones se retomaban el 12 de octubre, la coalición de sindicatos Kaiser amenazó con una segunda huelga del 1° al 8 de noviembre.
En Las Vegas, muchos miles de sindicalizados del Culinary Workers Union (CWU) participaron en sus barricadas de huelga frente a los hoteles y los casinos, por la primera vez desde 1984. Una huelguista expresa: “Todo aumenta, excepto nuestra paga. Antes, eso iba bien, ya que las cosas no estaban tan caras. Pero ahora, es imposible vivir con el salario mínimo en esta ciudad”.
El 11 de octubre, la dirección del sindicato United Auto Workers (UAW) lanzó un llamado a los 8,700 asalariados de la “muy rentable” fábrica Ford de Louisville (Kentucky) para irse a la huelga, añadiéndose a los 25,000 obreros ya en huelga en las fábricas del “Big Three” (Ford, General Motors y Stellantis).
Las negociaciones se topan en particular sobre el monto de los aumentos de salario que GM y Stellantis se niegan a llevar más allá del 20% en los próximos cuatro años y 23% en el caso de Ford, cuando la UAW exige el 40%. También en el sector del automóvil, una centena de asalariados de ZF Chassis Systems en Tuscaloosa (Alabama) se fueron a la huelga desde el 20 de septiembre por la suspensión de la doble escala de remuneración desfavorable a los empleados nuevos. Los sindicalistas denuncian “la inflación que aplasta a esos asalariados”, mientras que ZF gana cientos de miles de dólares, no hay ninguna razón para que no puedan acordar a los obreros lo que merecen. En la casa Mack Trucks (grupo Volvo), los sindicalizados se fueron a la huelga el 9 de octubre después de que el 73% de los 4,000 obreros de Pensilvania, de Florida y de Maryland rechazaron el acuerdo negociado por su sindicato UAW que prevé un 19% de aumento salarial. Denunciando un “acuerdo amañado”, los sindicalistas impusieron su voluntad a los dirigentes. Los trabajadores de la educación de San Francisco Unified School District (SFUSD) se preparan para la huelga. El 3 de octubre, 1,021 sindicalizados del SEIU sobre un total de 1,060 (personal obrero y administrativo) votaron por la huelga. Nueve días más tarde, el 97% de los 3,000 miembros del sindicato de maestros United Educators of San Francisco (UESF) hicieron lo mismo. El consejo de la educación del SFUSD comprende a siete representantes, prácticamente todos elegidos con el apoyo del Partido Demócrata… y muy frecuentemente por los sindicatos. Su superintendente, Matt Wayne, expone su objetivo: “Continuar el ataque al déficit y satisfacer nuestras obligaciones financieras”. Pero para Cassondra Curiel, presidente de la UESF: “La inmensa mayoría de nuestros miembros hacen escuchar su voz y dicen que la oferta que está sobre la mesa no es algo con lo cual nos podamos contentar”.
Michäel Jouteux

