Gaza. ¡Alto a la masacre!

EDITORIAL del # 412 de Tribuna de los Trabajadores

Por Daniel Gluckstein

“¿Humanitaria?”  

La “ayuda humanitaria” se ha limitado a tres convoyes y a unos cincuenta camiones. Cincuenta camiones en quince días ahí donde serían necesarios, según la ONU, ¡al menos mil quinientos, a razón de cien diarios!

   Cincuenta camiones en quince días para más de dos millones de habitantes: una cifra un tanto más ridícula en cuanto que el ejército israelita prohíbe la entrada de carburantes. Por tanto, “sin carburante, no hay agua, ni hospitales ni panaderías en estado de funcionar. Sin carburante, no habrá asistencia humanitaria”, declara el jefe de la agencia de las Naciones Unidas encargada de los refugiados.

   Tanto Biden como Macron nos muestran sus preocupaciones “humanitarias”: en realidad, llegaron a Israel para apoyar a Netanyahu. Biden le pidió retardar un poco la invasión terrestre lo necesario para negociar el regreso de los rehenes y “prepararse para los ataques contra los intereses norteamericanos en la región” (The New York Times). En cuanto a Macron, propuso decididamente una alianza militar que le permita a Francia y a las otras potencias imperialistas formar parte de “la guerra contra Hamas”.

   No hay nada de humanitario en esas gestiones.

   Entre tanto… la masacre continúa en Gaza.

   El ataque perpetrado el 7 de octubre por Hamas contra cientos de civiles israelitas es a todas luces condenable: debe ser condenado, y lo ha sido en estas columnas. ¿Pero qué puede justificar la masacre que continúa todos los días y noches en Gaza? Más de 5,000 víctimas civiles – muchos de ellos niños y niñas-, 150 nada más en la noche que precedió al día en que estas líneas fueron escritas… ¿Cómo no llamar genocidio a esta destrucción sistemática de una población sometida a un bombardeo incesante y que no puede alimentarse ni acceder a los cuidados médicos más elementales?

   Si la palabra “humanitario” tiene un sentido, no puede ser otro que el siguiente: ¡levantar el bloqueo, cese inmediato de los bombardeos, ninguna intervención terrestre en Gaza!

   Es sorprendente que este 23 de octubre el discurso pronunciado en relación al Medio Oriente por el diputado macronista (MoDem) Jean-Louis Bourlanges haya sido aplaudido con fuerza por los diputados de manera casi unánime, todos de pie, de Francia Insumisa, del PS y del PCF acompañando a la derecha. Un discurso que no evocaba de ninguna manera la suerte de la población de Gaza; un discurso que llamaba a “rendir homenaje al coraje del presidente Biden” y evocaba el “contra-ataque legítimo” de Israel en Gaza desde el momento en que éste solo se dirigía a “objetivos militares”.

   La unión sagrada alrededor de esas palabras es particularmente deplorable, en particular de la parte de los diputados de la Nupes. Especialmente porque el mismo Bourlanges, expresándose el día siguiente en RFI, precisó que el diálogo podrá retomarse entre palestinos e israelitas “cuando el polvo haya caído, cuando la contra-ofensiva llagara a su fin”.

   No tiene nada de sorprendente lo que este representante de la reacción contempla fríamente como ineluctable: la intervención terrestre en Gaza, reducida a polvo. ¿Merecía, el día anterior, los aplausos unánimes de los diputados “de izquierda”?

   El momento es grave. Nada puede justificar el que se continúe un día más la masacre de Gaza.

   Nada, absolutamente nada, puede justificar que los verdaderos partidarios de la paz no se unan para exigir: ¡cese inmediato de los bombardeos, levanten el bloqueo, no a la intervención terrestre!

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