Extraído de Tribuna de los Trabajadores #414

Entrevista con uno de los organizadores de la conferencia.

   Acaba de celebrarse los días 3, 4 y 5 de noviembre la conferencia internacional “por la reconstitución de la IV Internacional, por el partido mundial de la revolución socialista” en Paris. ¿Quién participó?

   La conferencia reagrupó a militantes de treinta y dos países: Canadá, Estados Unidos, México, Brasil, Azania/África del Sur, Argelia, Benín, Burkina Faso, Egipto, Marruecos, Togo, Palestina, Turquía, Afganistán, Bangladesh, China, Corea, India, Pakistán, Sri Lanka, Alemania, Bélgica, España, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Italia, Portugal, Rumanía, Rusia, Suiza y una delegación del encuentro internacional de jóvenes revolucionarios. Además, camaradas de otros siete países que debían participar y fueron excluidos por el rechazo de una visa por parte del gobierno francés, o porque sus países están en guerra, o por razones imperativas (Zimbabue, Burundi, República Democrática del Congo, Túnez, Senegal, Bielorrusia y Serbia). La conferencia en fin fue preparada en otros tres países, Australia, Grecia y Filipinas, sin que haya sido posible enviar una delegación.

Todos los que formaban parte en la iniciativa de esta conferencia, ¿eran militantes trotskistas, representantes de grupos afiliados al Comité de Organización por la Reconstrucción de la IV Internacional (CORCI)?

 Muy lejos de ello: en diciembre de 2022, las organizaciones afiliadas al CORCI publicaron una “carta de invitación” a esta conferencia, dirigida evidentemente a los militantes que combaten por la reconstitución de la IV Internacional (fundada en septiembre de 1938 por León Trotsky y reproclamada en 1993 como resultado de un largo combate llevado a cabo con Pierre Lambert para su reconstrucción), aunque no solamente a ellos. Se dirigía igualmente a los militantes, grupos, tendencias y organizaciones del movimiento obrero quienes, aún si sus orígenes son lejanos a la IV Internacional, se plantean hoy en día, como nosotros, las cuestiones fundamentales del combate por una internacional obrera revolucionaria, por un “partido mundial de la revolución socialista”. Y es algo muy bueno que, en esta conferencia, ese llamado haya sido escuchado. Había militantes que tienen otros orígenes políticos que el CORCI, que vinieron de China, de India, de Sri Lanka, de Burkina Faso, de Marruecos, de Egipto, de Palestina, de Italia, de Portugal, de Alemania, Bélgica y de los Estados Unidos.

¿Qué es lo que hace que corrientes obreras revolucionarias vengan a participar en una conferencia en la que el tema es la reconstitución de la IV Internacional?

   Los militantes que constituyeron el CORCI en febrero del 2016 en Turín, Italia, para hacer frente a la crisis de la IV Internacional, están muy conscientes de que no son “la” IV Internacional. Representamos una corriente minoritaria en el movimiento obrero internacional, que a su vez esta en severa crisis por la política de sus dirigentes. Y sin embargo, nunca ha habido tanta necesidad de una internacional revolucionaria. Mucho más allá del CORCI, los camaradas que se reunieron con nosotros consideran también que la supervivencia del sistema capitalista en quiebra hunde cada vez más a la humanidad en la barbarie, la extensión de las guerras de hoy son una expresión de ello.

Existe igualmente un acuerdo sobre el hecho de que, en esta situación, la clase obrera internacional conserva todavía la capacidad de derribar ese sistema fundado en la propiedad privada de los medios de producción y construir un nuevo modo de producción basado en la socialización de los medios de producción, el socialismo, que permitirá satisfacer todas las necesidades de la humanidad y preservará su medio ambiente.

Existen también, ciertamente, a veces, matices sobre la comprensión del papel de las direcciones actuales del movimiento obrero, dirigentes que hablan en nombre de los trabajadores pero que no cesan de adaptarse al sistema capitalista. Precisamente, muchos son los camaradas no miembros del CORCI que provenían de las crisis de los partidos social-demócratas, ex estalinistas, ex maoístas, o de corrientes de liberación nacional. A partir de ahí debe partir la discusión: ¿es necesaria una internacional obrera revolucionaria? ¿El programa de la IV Internacional (como continuidad de los tres precedentes) está adaptado a ese fin? ¿Qué partido obrero revolucionario construir en cada país teniendo en cuenta la situación nacional? ¿Bajo qué ejes políticos?

La adopción (a la unanimidad menos dos abstenciones) de la declaración final de la conferencia nos muestra que hay una enorme cantidad de bases de acuerdo entre los participantes sobre las cuestiones fundamentales, lo que no significa por otro lado que todos estos camaradas vayan a unirse al Comité de Organización por la reconstitución de la IV Internacional. En todo caso, han sido muchos los que han apreciado el método de la democracia obrera, de libre discusión, que ha prevalecido en el conjunto de los trabajos.

¿Hubo discusiones particulares?

Yo citaré cuatro de entre ellas, precisando que todos los documentos adoptados serán publicados en el próximo número de La Internacional. Fue adoptado un proyecto de tesis sobre el combate por la Constituyente palestina; había sido preparado antes del 7 de octubre en una discusión entre militantes del CORCI y militantes palestinos combatiendo desde hace mucho por una solución democrática: un solo Estado Palestino laico y democrático que garantice igualdad de derechos a los árabes y a los judíos. La conferencia decidió que, evidentemente, todos los camaradas, en sus países respectivos, combatan por la unidad más extensa contra el genocidio actualmente habido en Gaza. Por otra parte, la orden del día fue reordenado para permitir a los delegados participar en la manifestación parisina del 4 de noviembre.

Discusión importante sobre el combate contra la doble opresión de las mujeres trabajadoras como elemento constitutivo de la construcción de partidos obreros revolucionarios quienes dirigen su acción hacia las capas más oprimidas: el acta de este punto de la orden del día estará en las manos de los lectores de La Internacional. Preparación de un segundo encuentro internacional de jóvenes revolucionarios para, también, voltear hacia la juventud rebelde para ganarla al marxismo. Discusión de una importancia extrema con los militantes negros de los Estados Unidos, del combate por el partido obrero negro ligado al combate por el Labour Party, es decir, un partido obrero basado en los sindicatos, rompiendo con el Partido Demócrata de Biden. En la continuidad de la elaboración común que ha marcado a toda la conferencia, el organismo de animación del CORCI que emerja de la conferencia se extendió a militantes que no son miembros del CORCI, y que vienen de cinco países y que aceptaron participar en tanto que miembros asociados. Así, este organismo va a continuar las discusiones ya iniciadas, así como también va a dar seguimiento a la puesta en marcha de las decisiones tomadas en conjunto.

¿Algunas palabras sobre la organización práctica de la conferencia?

   En un mundo en guerra, donde incluso en los países imperialistas “democráticos” se refuerzan las tendencias hacia regímenes cada vez más autoritarios, y mientras que el nivel de vida de las masas se viene para abajo, no es sencillo organizar un evento de este tipo. Pero podemos estar orgullosos al decir que esta conferencia fue autofinanciada de la A a la Z por una campaña financiera internacional llevada a cabo en todos los países. Contribuyeron en Francia, los militantes de la Tendencia comunista internacionalista, sección francesa de la IV Internacional (y corriente del POID). Pero no solamente impulsando un importante apoyo financiero. Más de ciento treinta militantes franceses -obreros, maestros, estudiantes, desempleados, cocineros, pensionados, etc. – contribuyeron con su esfuerzo para asegurar todas las tareas de organización: desde la traducción en seis lenguas hasta la preparación de comidas, de tareas administrativas hasta la recepción de nuestros camaradas que llegaron de todo el mundo.