Bangladesh: La huelga de decenas de miles de trabajadores textiles modifica toda la situación del país

“Se burlan de los obreros”

La huelga de decenas de miles de trabajadores textiles modifica toda la situación del país

   Cuatro millones de obreros textiles son explotados en mi país por las multinacionales como Levi´s, Zara y H&M. A finales de octubre, las fábricas de los alrededores de Dacca, la capital, se fueron al paro de manera espontánea. Las obreras constituyen la inmensa mayoría de la clase obrera. Ellas ya no pueden más por no poder alimentar a sus hijos. Como lo dice la declaración de nuestro partido, el Partido Democrático de los Trabajadores (Democratic Workers Party), “Los obreros del vestido quieren que el salario mínimo se fije en 23.000 takas (190 euros, ndlr). Los precios de todos los productos de primera necesidad aumentan. El salario mínimo actual es de 8,300 takas mensuales, cantidad que no permite sobrevivir. A los niños se les priva de la posibilidad de un acceso a la educación. Los propietarios de las fábricas de confección, por su lado, se vuelven millonarios de un día al otro pagando por debajo delo necesario a los trabajadores de la confección. Los trabajadores textiles se ven beneficiados por el apoyo del conjunto de la población”. Los responsables del gobierno de la Liga Awami -que tiene hasta ahora el apoyo de todos los partidos comunistas- tratan de hacernos creer que el partido de oposición, el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), está detrás de las manifestaciones. Esto es así, porque hay elecciones en enero del 2024. Es inaceptable. El BNP es un partido burgués. La rabia es obrera.

Para las multinacionales la masa salarial solamente representa entre el 10 y el 15% de los costos de fabricación.

   El 7 de noviembre, el comité de salarios mínimos anuncia que éste será fijado en 12,500 takas. Un aumento del 56%. Eso demuestra que tienen miedo, pero eso no tiene nada que ver con los 300% que reclaman los trabajadores. Entonces, desde el momento que ese anuncio se hizo público, los obreros se dirigieron al ministerio del Trabajo. “Es evidente que el gobierno y los propietarios solamente vieron por sus propios intereses, ignorando el costo de la vida para los trabajadores.”, explica la dirigente sindical Taslima Akter. Los trabajadores hablan sin rodeos: “Lamento este nuevo salario mínimo mensual. Es una injusticia para nosotros.”; “se burlan de los obreros”. Los sindicatos rechazan el acuerdo.

   El 8 de noviembre, una obrera es asesinada en la calle cuando regresaba a su casa. Es el tercer obrero asesinado en la semana. Y hay centenas de heridos.

   El 9 de noviembre, la Primera Ministra, Sheikh Hasina, declara: “Yo les diría a los obreros textiles que se deben contentar con este aumento de salario. Si bajan a las calles para protestar por la instigación de alguien, perderán sus empleos, sus trabajos, y deberán regresar a sus pueblos”. La dirigente de la Liga Awami quien, desde hace mucho, se reclamaba por la lucha antiimperialista, habla en nombre de los patrones.

   Fazlul Hoque, quien juega un papel importante como relevo entre los patrones locales y las multinacionales, afirma que el aumento salarial aumentaría los costos globales de un 5 a un 6%. ¡Y entonces! Los salarios son tan miserables en nuestro país, que para las multinacionales la masa salarial solamente representa entre el 10 y el 15 % de sus costos de fabricación. Para poner en entredicho esta explotación, se pone sobre la mesa la cuestión de expropiar a esos grandes capitalistas extranjeros para que la nación de Bangladesh tome el control de la producción.

Amlam Dewanjee, Dacca, 10 de noviembre

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