Estado de Israel: «Pilotos que se esconden tras sus cascos, ¡Ya no asesinen!»

El 1 de marzo, militantes judíos israelíes fueron a manifestar ante la base aérea de Hatzerim, lugar desde donde despegan los aviones que bombardean Gaza. Coreaban: «Soldados, Ya no asesinen», blandían fotos de civiles asesinados y pancartas en inglés y hebreo: «Tenéis las manos manchadas de sangre» y «Paren de bombardear Gaza». Proclamaban: «Nuestro objetivo es: libertad e igualdad para todos, del río hasta el mar».

Gaïa Dan, una de los jóvenes organizadores, tomó la palabra: «Pilotos que os escondéis detrás de vuestros cascos, hemos venido aquí para mostrarles los rostros de las personas, los niños, las mujeres, los abuelos que son alcanzados por vuestras bombas lanzadas desde el cielo. Para recordarles que son seres humanos, para mostrarles sus rostros y que sois responsables de vuestros ac- tos, del asesinato de más de 30 000 personas en cinco meses. También sois responsables de las personas que mueren de hambre, de la destrucción de hogares, hospitales, escuelas y de toda la vida en Gaza.»

Ella explica: «Rápidamente, la policía y el ejército vinieron y nos dispersaron violentamente en un intento de intimidarnos, deteniendo a dos de nosotros y confiscando megáfonos, banderas y pancartas. Un ejemplo más de cómo la policía, con el apoyo del ejército, el gobierno y los extremistas de derecha, intentan silenciarnos. Pero no nos rendiremos. Esto no es una guerra, es una masacre, ¡un genocidio!”

La objetora que se niega a alistarse en el ejército israelí, Shahar Perets, sale de la cárcel tras negarse a alistarse tres veces

Convocada al cuartel el 25 de febrero, Sofia Orr, de 18 años, como decenas de otras personas, se negó a alistarse en el ejército: «No quiero participar en la política de opresión y apartheid de Israel contra los palestinos. Tomé esta decisión antes de la guerra, porque la opresión no empezó el 7 o el 8 de octubre». Fue condenada a veinte días de detención, renovables. Pero a Sofía no le importa, porque, dice: «Quiero ayudar a crear una realidad en la que todos los niños entre el río Jordán y el mar puedan soñar sin barreras”.

Ejemplo de este apartheid que cada vez más jóvenes judíos israelitas rechazan: “Como palestinos de los territorios de 1948 (20% de la población del Estado de Israel – ndlr), no tenemos derecho a mostrar nuestra solidaridad con nuestro pueblo de Gaza», nos confía Soha*, periodista. Fue solamente el sábado 2 de marzo que pudimos salir a las calles de Kafr Qana, en Galilea». Ese día, cientos de palestinos «ciudadanos israelíes» palestinos y algunos militantes judíos manifestaron juntos contra el genocidio.  n

Con nuestros corresponsales

* Su nombre fue cambiado.

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