Artículo extraído de LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS #442 (29 de mayo de 2024) Semanario del Partido de Trabajadores francés

Fue un disfuncionamiento trágico” se atrevió a declarar Netanyahu después de una nueva carnicería en Rafah. Incluso los títulos de la prensa tradicionalmente pro-israelitas se ven forzadas a reconocer “un horror de más”, como lo escribe l´Express el 28 de mayo: “Columnas de fuego, niños quemados vivos y mujeres agonizando sobre el suelo. Este 26 de mayo, una nueva visión del infierno surgió de las entrañas de la banda de Gaza, donde muchos misiles israelitas sembraron la muerte en un campo de refugiados. Decenas son las víctimas de lo que Benjamin Netanyahu ha calificado de “accidente trágico”. Pero para un “accidente trágico” filmado y difundido en el mundo entero ¿cantos permanecen invisibles en esta isla sitiada?”. Este golpeteo, añade el semanario, “ilustra el cinismo y la crueldad del gobierno de Netanyahu, muy pronto perseguido por crímenes a la humanidad”.

Taghreed Al-Astal, madre de familia de 53 años, rescatada milagrosamente del bombardeo, da su testimonio al medio estadounidense Mondoweiss del 27 de mayo: “Mi hija mayor estaba afuera de la tienda de campaña cuando comenzó el bombardeo. Entró corriendo y presa del pánico me preguntó: Mamá, ¿todavía estoy viva?”

No hay ningún “disfuncionamiento” en este crimen. Hace siete meses que el ejército israelita tiene como consigna proceder a la eliminación sistemática de todo miembro, real o supuesto, de Hamas, cualesquiera que sean las consecuencias sobre la población en los alrededores. Vincent Lemire, conferencista en la universidad Gustave-Eiffel, nos recuerda en France Inter el 28 de mayo: “No es un accidente porque fue un tiro deliberado, Netanyahu mismo lo reconoció, tenía a la vista a “dos terroristas” de Hamas cuya identidad se había conocido prácticamente en ese momento, no eran gentes muy conocidas, pero eran un objetivo. No es un error de tiro, no es un tiro que llegó a un lugar errado. Se ha asumido, para golpear a dos miembros de Hamas, el matar a muchas decenas de mujeres y de niños”.

A principios de abril, el medio judeo-árabe israelita +972 y el sitio hebreo Local Call publicaban una encuesta revelando la existencia de un programa de inteligencia artificial del ejército israelita llamado “Lavender”, concebido para identificar a los objetivos potenciales que debían ser asesinados (¡con un margen de error del 10%!). La utilización del programa de eliminación “Lavender”, así como el cínicamente llamado “¿Where´s Dady?” (¿dónde está papá?) ha llevado al asesinato de “miles de palestinos, entre ellos muchos no-combatientes” ya que, nos lo recuerda el diario libanés L´Orient-Le Jour del 4 de abril, “el ejército ha autorizado importantes pérdidas civiles a lo largo de los asesinatos controlados, permitiendo en particular matar a hasta quince o veinte civiles por cada agente subalterno de Hamas marcado por Lavander”.

La carnicería en Rafah es el último en la lista de una política deliberada desde hace siete meses. Una sola conclusión: ¡ruptura inmediata de todas las relaciones diplomáticas, militares y comerciales con el Estado de Israel!

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