
Pierre Heilbronn es el «enviado especial» de Emmanuel Macron para la reconstrucción de Ucrania. Es un alto funcionario que ha trabajado tanto para la derecha (Fillon – LR) como para la izquierda (Sapin – PS). Expone sus puntos de vista en el periódico La Tribune (6 de julio) con motivo de los Encuentros Económicos en la ciudad d’Aix-en-Provence, Francia.
En vísperas de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia, Pierre Heilbronn no está preocupado. Sea cual sea el resultado, él dice que, «el mensaje es el de la continuidad (…). En sus discursos, todos los partidos indican que apoyan a Ucrania. Hay debates, algunos retóricos, sobre el aspecto militar (…). Pero hay consenso sobre la ayuda económica a Ucrania, tanto más cuanto que crea empleos en Francia y ofrece una oportunidad de reindustrialización en algunas de nuestras regiones».
El «enviado especial» sabe muy bien, Bardella ha asegu- rado que seguirá aportando la ayuda militar a Ucrania exigida por la OTAN, al igual que el programa del Nuevo Frente Popular.
Heilbronn señala que no se trata sólo de un consenso verbal, y se felicita de que la Unión Europea haya decidido «proporcionar 50 000 millones de euros a Ucrania», apoyado en el Parlamento Europeo el 27 de febrero por el voto unánime de los eurodiputados franceses de «izquierda» (PS y LFI).
Son sumas considerables que se añaden a los cientos de miles de millones ya proporcionados a Zelensky. Heilbronn tiene la honestidad de no molestarse en justificarlas con «la ayuda al pueblo ucraniano», «la defensa de la democracia» y demás. Se trata de una guerra imperialista para repartirse los mercados, y no tiene pelos en la lengua.
La única razón de la ayuda militar, dice, es permitir que el «sector privado» francés se lleve una pequeña tajada del pastel en el mercado de la «reconstrucción» de Ucrania: 500 000 millones de euros están en juego. «Pero la competencia es feroz: «Cuando voy a Ucrania, veo también muchas empresas turcas, estadounidenses y coreanas». Sobre todo, estadounidenses.
Así que, sea cual sea el tinte político del próximo gobierno francés, tendrá que defender los intereses de «sus» capitalistas a la hora de repartirse el botín. A continuación, se feli- cita por las primeras «victorias de guerra», como la «compra por Xavier Niel (el jefe de Free nota del editor) de la red de telefonía fija en Ucrania (…) por más de mil millones de euros». Ucrania «dispone también de enormes recursos naturales».
En cuanto a los planes de Zelensky de convertir su país en un subcontratista de bajo coste para la industria militar mundial, los capitalistas franceses deben estar en ello: «Hay una demanda muy fuerte en ciertos países, como Polonia, por lo que esto representa una gran oportunidad para estos sectores». Para los capitalistas, la guerra es ante todo una cuestión de «oportunidad». Y antes de poder «reconstruir», primero hay que continuar la empresa de destrucción, lo que significa pasar a otra etapa, porque, como lamenta Heilbronn, «esta econo- mía de guerra todavía no está ahí en términos operativos».
Pierre Heilbronn tiene el mérito de ser franco: «la ayuda militar a Ucrania» sólo sirve a los intereses de los capitalistas, para saquear Ucrania y sobreexplotar su mano de obra. Es natural que haya consenso al respecto, desde la RN hasta los macronistas. Pero los tra- bajadores no eligieron a los partidos del Nuevo Frente Popular para seguir financiando esta guerra imperialista.
Dominique Ferré

