Correspondencia desde Seúl sobre la histórica huelga en Samsung Electronics
Por primera vez desde la fundación de Samsung Electronics, hace cincuenta y cinco años, se ha convocado a una huelga sindical. Samsung Capital es famosa por su cultura empresarial autoritaria. Los fundadores de la empresa se opusieron a la creación de cualquier sindicato. “No se permitirán sindicatos hasta que la suciedad me llegue a los ojos”, decía el patrón.
Samsung ha hecho cosas terribles en las últimas décadas. Compró a trabajadores que querían formar un sindicato. Los que no aceptaban ser sobornados eran amenazados por bandas.
La dirección tenía una red de soplones en el taller. También mantenía estrechos vínculos con la policía, la fiscalía y los servicios de inteligencia de Seguridad Nacional. Así que durante más de treinta años desde la huelga de trabajadores coreanos de 1988, duramente reprimida no hubo ningún sindicato real en el conglomerado Samsung
Sin embargo, cuando el Partido Demócrata llegó al poder tras la protesta nacional de las velas* y la destitución del anterior presidente, empezaron a formarse sindicatos.
El consorcio de Samsung cuenta ahora con cinco. El Sindicato de Trabajadores de Samsung Electronics, fundado en 2019, es el mayor. Tiene previsto unirse a la KCTU, la Confederación Coreana de Sindicatos.
Este sindicato contaba con 10 000 afiliados en diciembre de 2023, 28 000 en mayo de 2024 y 30 600 en julio. Esto significa que una cuarta parte de los 125 000 empleados de Samsung Electronics son ahora miembros del sindicato. Muchos de ellos se concentran en la división de semiconductores de Samsung, clave para las operaciones de la empresa.
Las negociaciones salariales llevaban estancadas desde marzo de 2024. Aunque ahora existe un sindicato, la dirección decretó unilateralmente en el comité de empresa que el aumento sería del 5,1%. El sindicato exige un 6%.
Además, Samsung no pagó ninguna prima a los empleados, pero sí pagó a los directivos un promedio de $200 000 dólares estadounidenses.
Otro motivo de enfado es que no se ha restablecido la “pausa de refrigerio”, suprimida durante la recesión económica.
El sindicato anunció entonces una huelga general del 8 al 10 de julio.
El 8 de julio, 4 000 trabajadores se concentraron ante una fábrica de Samsung cerca del área metropolitana de Seúl. Esto no había ocurrido nunca en la empresa.
Se trata, pues, de una lucha y una cólera para proteger la independencia sindical y los derechos de los trabajadores contra el capital unilateral y autoritario que excluye a los sindicatos y determina los salarios a través de los consejos laborales.
Esta lucha demuestra, por primera vez en cincuenta y cinco años en Samsung, que “los trabajadores somos seres humanos» y que «tenemos derecho a negociar en pie de igualdad con Samsung Capital”.
Se espera que las negociaciones desemboquen en un acuerdo en los próximos días y que los trabajadores obtengan resultados económicos. Además, esto debería dejar claro que el sindicato existe como instrumento que enfrenta a los trabajadores con la dirección, y no como relevo de Samsung. El sindicato no es un accesorio del capital.
Podemos esperar que no haya una represión severa, porque Samsung Capital tiene mucho dinero y podría ceder debido al ambiente social. Aunque el gobierno actual sea de extrema derecha, hay una movilización que pone de relieve la presencia de los sindicatos. Esto plantea algunas reflexiones. ¿Cómo ir más allá de las reivindicaciones sociales inmediatas? Necesitamos un esfuerzo consciente por parte de la dirección de KCTU y la solidaridad de otros sectores sindicales para volver a lo que era el movimiento sindical cuando se formó en los años 1980, que se planteó la cuestión de transfor- mar la sociedad.
Jung Shi Kwa, Seúl, 9 de julio
* En 2017, la “Revolución de las Velas” llevó a la destitución y detención de la presidenta Park Geun-hye, hija del ex dictador militar Park Chung-hee.
Liga Comunista internacionalista 