Articulo extraído de LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS #457 Semanario del Partido de Trabajadores francés
El 10 de septiembre el gobierno ruso, ante los ataques de drones ucranianos en la región de Moscú que provocó la muerte de una mujer en un inmueble habitado, el régimen de Putin replicó con bombardeos intensos y mortíferos en ciudades ucranianas.

La administración Biden y la OTAN quieren dar un paso más hacia adelante, y “se preparan para levantar en los próximos días las restricciones impuestas a Ucrania en lo que concierne a la utilización de misiles de largo alcance contra blancos situados en Rusia” (BBC del 13 de septiembre).
Algunos gobiernos imperialistas ya habían levantado esas restricciones. El vocero del ministerio de la defensa alemana declaraba hace un mes: “Desde que las armas alemanas le fueron entregadas a Ucrania, le pertenecen. Son armas ucranianas… No vemos ningún obstáculo, por ello Ucrania es libre de elegir sus opciones” (en el medio ucraniano 24TV.ua).
¿Y Macron? El 12 de agosto, en plena ofensiva del ejército ucraniano en Rusia, el ministro de defensa ucraniano se congratula de su “discusión constructiva con el ministro francés del ejército (…). Insistí en la necesidad de levantar la prohibición para atacar los blancos militares del territorio enemigo.” ¿Cuál fue la respuesta de Macron a esta demanda? Se abstuvo de decirlo públicamente…
“Hasta ahora, explica Radio France del 11 de septiembre, los Occidentales, en particular los Estados Unidos, estaban en contra. No quieren correr el riesgo de una escalada con Rusia, potencia nuclear”. Aunque “estarían dispuestos a cambiar de opinión. (…) Casi doscientos sitios rusos estarían de esta manera expuestos a los ataques de Kiev”.
Putin, en cuanto a él, no se esconde: autorizar tal ataque “cambiaría la naturaleza misma del conflicto. Significaría que los países de la OTAN estarían en guerra contra Rusia” (12 de septiembre).
Todos aquellos que han tomado, toman o tomarán la responsabilidad de autorizar a Zelensky atacar en pleno Moscú deben medir la lógica bajo la cual se comprometen, la del engranaje que puede conducir a un conflicto nuclear.
Recordemos que el 17 de julio en el Parlamento Europeo una resolución casi unánime revindicaba “la supresión de restricciones para la utilización de los sistemas de armas occidentales entregadas a Ucrania contra los blancos militares en territorio ruso”.
Vemos hoy hacia dónde conducen esos votos a los cuales se prestan los dirigentes de los partidos de “izquierda” (PS, EELV, LFI) y sus diputados europeos. ¿Hasta cuándo van a votar los créditos de guerra y a apoyar a la OTAN?
Dominique Ferré

