La agresión israelita en Líbano y el genocidio en Gaza.

Articulo extraído de  LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS #458 Semanario del Partido de Trabajadores francés

¡Hay que detener el brazo de hierro de los asesinos!

Mientras escribimos este número, Israel procede a atacar masivamente, con un diluvio de bombas, el suelo libanés, según la prensa occidental por tanto favorable al “Estado hebreo”.

   El 23 de septiembre los bombardeos israelitas, pretendiendo dar en el blanco de las posiciones de Hezbollah, produjeron cientos de víctimas y más de mil heridos. Decenas de miles de hombres, mujeres y niños huyen de las zonas bombardeadas.

   El Primer ministro libanés denunció una “guerra de exterminio en todos los órdenes, un plan de destrucción con el propósito de arrasar ciudades y pueblos libaneses”.

   ¿Y cómo podría ser diferente de la parte de Netanyahu quien, desde el 7 de octubre del 2023, ha demostrado de lo que es capaz entregándose al genocidio del pueblo palestino en Gaza y en Cisjordania?

   La prensa nota que, frente a ello, la respuesta de Hezbollah consistió en una “tímida respuesta” (France Info del 23 de septiembre): algunas decenas de misiles. Por razones que les son propias, la línea de conducta de Hezbollah, y detrás de él de Irán, no ha cambiado: ni el uno ni el otro quieren entrar en una guerra regional.

   El 17, y luego el 18 de septiembre, los servicios israelitas hicieron estallar explosivos disimulados en los bíperes y en los walkies-talkies utilizados por militantes de Hezbollah, provocando una matanza: al menos doce muertos, dos niños incluidos, y 2,323 heridos el 17 y al menos veinticinco muertos y 608 heridos el 18. El 19, Israel asesina a un dirigente de Hezbollah.

   Desde hace meses, Netanyahu no deja de exigir “trasladar la guerra hacia el norte”. Amenazó con hacer demitir a su ministro de Defensa y rival, Gallant, juzgado demasiado timorato.

   Desde hace meses, la aviación israelita multiplica los ataques en Líbano, en Siria e incluso en Irán. Ataques que eliminaron a altos responsables políticos y militares del Hamas palestino, de Hezbollah libanés y de Pasdarans (cuerpos de la Guardia revolucionaria islámica, ndlt) iraníes, en Beirut, Damas y en Irán.

   El 1° de abril del 2024 la aviación israelita bombardeó el consulado iraní en Damas (Siria). El 19 de abril, bombardeó Irán.

   Una investigadora del Instituto de investigación y de estudios sobre el Mediterráneo y el Medio Oriente comentaba: “Israel está en una lógica de la escalada (…). Atacar a Irán, es el medio de procurarse un apoyo internacional mucho más grande que con la intervención sobre Gaza”. Israel no se encuentra ensayando. En junio de 1982, el ejército israelita invadió Líbano para desalojar a la Organización de Liberación de Palestina (OLP). Bajo sus ojos cómplices, los falangistas (fascistas) libaneses masacraron a los palestinos en los campos de Sabrá y Chatila (septiembre de 1982). Serán necesarios dieciocho años de resistencia libanesa para deshacerse del último soldado israelita del sur de Líbano. Luego, de nuevo en el 2006, el ejército israelita interviene y masacra durante treinta y cuatro días.

   ¿Y los dirigentes de las potencias imperialistas? Biden “trabaja por una desescalada”. Macron le dice a Netanyahu ¡“que tiene la responsabilidad de impedir una escalada”! ¡Todos son cómplices! Cuando este enardecimiento no es conforme a su visión del orden imperialista en la región, nadie quiere colocarse como obstáculo a través del avance implacable genocida del Estado de Israel.

   Frente al genocidio, la política de exterminio y la complicidad criminal de los Biden, Macron y compañía, ¿Cómo es posible que los dirigentes de los partidos de “izquierda” no llamen a manifestar por decenas de miles a las embajadas israelitas para detener el brazo de Hierro de los asesinos?

Dominique Ferré

“Es el plan estadounidense”

   Es un verdadero genocidio el que ha comenzado en Líbano estas últimas cuarenta y ocho horas. Lo que viene en este momento, es el plan ya muchas veces citado por Netanyahu y su gobierno: el desplazamiento forzado de las poblaciones del sur de Líbano hacia el norte, para garantizar la “seguridad” del Estado sionista.

   En dos días, ya hay más de 500 mártires y miles de heridos. Todos los pueblos situados a treinta o cuarenta kilómetros de la frontera han sido evacuados, lo que presupone un sobre-poblamiento de las ciudades más la norte. La aviación israelita tira sobre los civiles, sobre los automóviles de los que intentan huir, sobre las casas.

   El estado de espíritu de la población libanesa, en todos los niveles, es de resistir, de mantenerse solidarios con nuestros hermanos y hermanas de Gaza, de impedir a los sionistas hacer lo que han decidido. Y no solo los sionistas: es el plan estadounidense. Nadie puede creer que la masacre “tecnológica” del martes y miércoles últimos (17 y 18 de septiembre) pudo tener lugar sin que la luz verde haya sido dada por la Casa Blanca.

   Para el pueblo libanés hoy en día, la situación es muy difícil. Nadie sabe si seguirá vivo mañana. Pero como lo hemos hecho en el pasado, no tenemos otra elección que la de resistir. Saludos a todos los camaradas.

Un militante comunista libanés, Beirut, el 23 de septiembre a las 18 horas

Deja un comentario