
La guerra sufre una brusca aceleración que pagan con un alto precio los pueblos ucraniano y ruso. La victoria de Trump y sus declaraciones todo lo han exacerbado.
Para Trump, los intereses de Wall Street estarían mejor servidos preparando el enfrentamiento -comercial, diplomático y militar- con China. Ya que, por gusto o por la fuerza, es necesario abrir la economía china a los capitales estadounidenses y, para ello, liquidar la propiedad del Estado que domina la economía china. Pero no se puede tener dos frentes al mismo tiempo: hay que operar una desescalada momentánea en la guerra que opone a la OTAN el régimen de los oligarcas rusos.
Para Biden, para servir a los intereses de Wall Street, es necesario preparar una guerra contra China: desde ese punto de vista, está perfectamente de acuerdo con Trump. Su diferencia es de orden estratégico: Biden estima que, para enfrentar a China, es necesario primero derrotar militarmente a Rusia. Desacuerdo estratégico que resume el Think tank estadounidense Center for European Politics Analysis: “El debate causa furor en los Estados Unidos sobre la cuestión de saber si la amenaza rusa y la amenaza china pueden ser separadas. No pueden serlo” (12 de noviembre). Biden quiere también preservar el orden imperialista en Europa bajo su forma actual… de lo que Trump se burla.
Para Putin, la elección de Trump es la promesa de una posible tregua. Y es que la propaganda oficial no puede esconder ya el descontento de los oligarcas, como el de la población. Ni el agotamiento de la economía movilizada para la guerra y el ejército, que ya ha sufrido grandes pérdidas.
Las potencias imperialistas europeas, en cuanto a ellas, se desgarran, haciendo volar en pedazos la apariencia misma de una “unión europea”. Con Trump, son ellas las que deberán pagar al 100% la guerra en Ucrania, en caso de continuar. Entonces el canciller alemán Scholz, con grandes dificultades internas, pasó por encima del Rubicon, llamando a Putin para hablar de” negociaciones”.
Macron, al contrario de Scholz, se viste de la postura del mejor defensor del “apoyo militar incondicional” a Ucrania… Corre el riesgo de verse rebasado por su derecha por el gobierno polaco, el más sobre-armado de la OTAN, que acaba de rozar un incidente militar con Rusia.
Más allá de las contradicciones, eso confirma una vez más que se trata de una sola guerra imperialista, cuya raíz es la descomposición del régimen de producción capitalista fundado en la propiedad privada de los medios de producción.
Una guerra que debe ser combatida como un todo, de Gaza a China pasando por Ucrania.
Dominique Ferré

