Siria: Le corresponde al pueblo sirio decidir, fuera de toda injerencia.

Articulo extraído de LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS  469

   Ningún trabajador se lamentará por el fin del régimen de al-Assad, opresor de su pueblo desde hace más de sesenta años, torturador y culpable de masacres de militantes sirios y palestinos. Un régimen que, por su adhesión a la coalición estadounidense contra Irak en 1991 y al aseguramiento de la frontera con Israel, ha sido un pilar del orden imperialista regional.

   Cientos de miles de sirios aspiran legítimamente a ejercer su derecho al retorno hacia sus ciudades y localidades. Toman por asalto las prisiones, liberan a los detenidos, exigen la reaparición con vida de los desaparecidos y el castigo a los verdugos. Desde todos los componentes de la nación siria surge una exigencia: es al pueblo sirio y a él solo a quien le corresponde decidir su futuro.

   Pero esta aspiración es contradictoria con la injerencia extranjera, hoy como ayer.

  En el 2011, apoyado por Putin e Irán, el régimen sirio ha incentivado la movilización popular en su contra en el terreno de los enfrentamientos armados y “comunitarios”, beneficiando la injerencia de las grandes potencias imperialistas como del régimen de Erdogan y las monarquías del Golfo, armando y manipulando a los grupos armados.

   Es precisamente desde la provincia de Idlib -controlada por Erdogan- que partió la ofensiva de ese conglomerado de milicias “islamistas”, haciendo que cayeran las ciudades una tras otra hasta Damasco. Erdogan, que quiere terminar con el control de una porción del territorio por las fuerzas kurdas, una vez más utilizó a los grupos yihadistas, a los cuales financia y manipula. Si, hasta ahora, la movilización popular impide a esas milicias imponer su terror, podría muy pronto ser de otra manera.

   En nombre de lo que el secretario de Estado Blinken llama “nuestros intereses en Siria”, el imperialismo americano espera aprovechar esta conmoción regional, que le acaba de costar a Putin sus únicas bases militares en el Mediterráneo de Tartous y de Hmeimim.

   Israel, al través de nuevas anexiones de territorios y bombardeos intensos -que Masri, jefe del “Frente de salvación nacional de Siria” se atrevió a aplaudir-, se ve reforzada en sus intenciones de desencadenar una guerra contra Irán.

   En cuanto a las grandes potencias europeas que se pretenden “democráticas”, se aprovechan de la situación para anunciar el fin del derecho de asilo (y probables expulsiones) de refugiados sirios expulsados por la guerra.

   Biden, Trump, el Estado de Israel, Putin, Erdogan, la Unión Europea son los enemigos del pueblo sirio… y de todos los pueblos.

Le corresponde al pueblo sirio y solo a él decidir sobre su suerte.

Jean Alain

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