
En los últimos años, el Colegio de Bachilleres del Estado de Baja California (COBACH) ha sido escenario de una serie de irregularidades que han afectado tanto a su personal como a la comunidad estudiantil. Entre las irregularidades más destacadas se encuentran la asignación de plazas docentes poco transparente, la recategorización discrecional de los docentes, y el monopolio de venta de productos en las cafeterías a los alumnos y la sanción a trabajadores y docentes que se oponen abiertamente a estas prácticas. Estos problemas han generado un ambiente de desconfianza y malestar, que se ha traducido en varias manifestaciones y protestas por parte de docentes y estudiantes.
Irregularidad en la asignación de plazas
Uno de los principales problemas radica en la asignación de plazas docentes, un proceso que, según diversas denuncias, no se realiza de manera transparente ni basada en los méritos y competencias de los candidatos, además pasando por encima de los derechos de antigüedad.
En 2025, la asignación de plazas y la recategorización de los docentes se convirtió en un tema de debate, ya que muchos profesores aseguraron que no se respetaron los criterios establecidos por la institución, lo que provocó que varios docentes calificados quedaran fuera de las asignaciones de puestos, mientras que otros, sin la debida experiencia ni preparación, obtuvieron plazas.
Esta situación generó un gran malestar entre algunos docentes, quienes argumentan que estos procedimientos están siendo manejados por razones políticas o de favoritismo, en lugar de basarse en el mérito profesional, siempre a favor de los cercanos a la dirección sindical, sin importar que esto afecte a los estudiantes.
Decenas de docentes han impugnado estas asignaciones, denunciando que no existió un orden o lista de corrimientos publica, ni se supo cuáles eran las plazas que estaban vacantes y eran sujetas a este proceso (ver video mas adelante), además de que se detectó que docentes con pocos años en la institución de repente han logrado subir de categoría u obtener plazas de medio tiempo pasado por encima de docentes más calificados y con más de 20 años de servicio.
La recategorización de los docentes, que tiene como objetivo reconocer la experiencia y el desempeño de los maestros, también se ha visto afectada por irregularidades. A pesar de estar prevista en el Contrato Colectivo de Trabajo, esta no se realiza con la regularidad establecida, por lo que existen docentes que pese a tener más de 10 años en la institución siguen la categoría salarial más baja (Profesor CB1) que tiene un salario de $129.55 por hora de trabajo sin descontar los impuestos. Mientras que las categorías más altas pueden obtener un salario de $ 41376 mensuales (para obtener el mismo salario el profesor CBI tendría que trabajar ¡319 horas mensuales!).
Docentes con años de servicio, un historial académico destacado y reconocidos por los estudiantes, han sido excluidos de los procesos de recategorización, mientras que otros con menos antigüedad han sido promovidos sin cumplir con los requisitos establecidos. Esto no solo ha provocado un sentimiento de injusticia entre los trabajadores, sino que también ha afectado la calidad educativa, ya que los maestros menos capacitados pueden ocupar puestos clave.
Una consecuencia ha sido la renuncia a la institución de excelentes docentes, en su mayoría jóvenes que ven frustrado su camino profesional por las injusticias y corrupción, pero también de docentes con décadas de experiencia que han optado por retirarse de la institución al verse desfavorecidos en la asignación de plazas.
Un inicio de semestre sin clases
La re categorización y asignación que se realizó provocó un tsunami de impugnaciones, que repercutieron en un inicio de semestre totalmente irregular, en muchos planteles los estudiantes se presentaron el primer día sin tener un horario, en algunos planteles el inicio del semestre se retrasó dos días, en otros se mantuvo a los estudiantes realizando actividades improvisadas.
Lo profesores se quejan de que se les ha hecho firmar la asistencia en hojas improvisadas, sin los horarios correctos, con errores, sin los datos institucionales. Además de ello el pago de las últimas dos catorcenas aún se está realizando con la carga horaria del semestre pasado, lo que implica que hay docentes a los que se les está pagando de menos a pesar de trabajar más horas y docentes que se les está pagando de más (“sobresueldo” se les descontará en las próximas catorcenas).
A la fecha de la redacción de este articulo a un mes de iniciadas las clases y a unos días de los primeros exámenes parciales hay planteles donde los alumnos siguen sin clases de alguna o algunas asignaturas.
Llama la atención el caso de docentes con comisiones sindicales, que a los inicios del semestre acaparan las horas disponibles alcanzando una excelente carga horaria con las mejores categorías, para después pedir licencia sindical y abandonar sus grupos, eso sí, manteniendo el salario de esas horas y su categoría, dejando sin docentes a los alumnos, todo ello con el conocimiento de las autoridades y funcionarios.

Pareciera ser que no les importa la formación de los estudiantes, la razón de ser de la institución.
La concesión de las cafeterías otro malestar para la comunidad.
Otro problema significativo dentro del COBACH es la venta de productos en las cafeterías de los planteles. Estudiantes y padres de familia han denunciado que los productos vendidos en estas cafeterías, como alimentos y bebidas, no solo son de mala calidad, sino que además los precios son excesivos y no se ajustan a lo que se ofrece.
Algunos trabajadores administrativos, cuyo sindicato tiene la concesión de las cafeterías han señalado que algunas de estas cafeterías están operadas de manera irregular, sin un proceso de licitación adecuado, lo que podría estar favoreciendo a ciertos proveedores a costa de los estudiantes y que en algunas ocasiones se les ha negado el pago de los beneficios generados por las rentas de las cafeterías.
Estas irregularidades en la venta de productos no solo afectan la economía de las familias, sino que también cuestionan la ética y transparencia en la gestión de los recursos dentro de la institución.
En febrero de 2025, los alumnos del plantel Rubén Vizcaíno, protagonizaron una serie de manifestaciones que rápidamente captaron la atención de la comunidad educativa y de las autoridades estatales. Estas protestas surgieron a raíz de diversas irregularidades que los estudiantes consideraron afectaban su derecho a una educación de calidad, entre ellas, la venta de productos en las cafeterías, el maltrato por parte de algunos docentes, la falta de recursos educativos y el descontento con las políticas de administración escolar.
El detonante de las manifestaciones fue el maltrato que sufrieron los estudiantes pro parte del personal del plantel quienes les prohibieron comprar sus alimentos en puestos externos al plantel, en particular una lonchería. La situación llego al extremo cuando el personal les retiro sus alimentos y los tiro a la basura. Esto reavivo la denuncia de precios elevados y la calidad deficiente de los productos vendidos en las cafeterías del plantel. Los alumnos expresaron su indignación por los altos costos de los alimentos y bebidas, que no solo se percibían como inaccesibles para muchos, sino que además no cumplían con los estándares básicos de higiene y nutrición.
La comunidad estudiantil acusó que las concesiones de cafeterías operan favoreciendo a proveedores que no garantizaban ni la calidad ni el precio justo.

A lo largo de los días, las protestas fueron tomando un cariz más amplio, con los alumnos reclamando también mejoras en las condiciones generales del plantel. La falta de recursos educativos como libros de texto, materiales de laboratorio y equipo tecnológico, así como las instalaciones en mal estado, fueron otros puntos de conflicto. Los estudiantes indicaron que, a pesar de que el COBACH es una institución educativa pública, las carencias materiales afectaban directamente su desempeño académico y su acceso a una educación de calidad.
Los estudiantes, organizados en asambleas y apoyados por padres de familia, han comenzado a exigir una revisión de estos contratos y una solución inmediata al problema.
El 13 de febrero, las protestas llegaron a su punto más álgido, cuando los estudiantes bloquearon temporalmente las entradas al plantel y las vialidades aledañas en un esfuerzo por presionar a los directivos y al gobierno estatal. En este contexto, los estudiantes hicieron un llamado a la unidad de los demás planteles del COBACH en Baja California, buscando amplificar su voz y denunciar las problemáticas que enfrentaban en toda la institución.
Es necesario acabar con los malos manejos e irregularidades.
El gobierno federal y estatal, dice estar preocupado por la juventud y por la educación, dice luchar en contra la corrupción y por la transparencia, pero es frente a sus narices que se están desarrollando todos los elementos relatados en este artículo. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha hecho una propuesta de ley contra el nepotismo electoral, pero pareciera que no le interesa que esas mismas prácticas se den en las instituciones educativas.
Las irregularidades al inicio del semestre 2025-1 en el COBACH BC, son un botón de muestra de lo que sucede cuando existe la complicidad entre autoridades y direcciones sindicales. Cuando se ve a la institución, sus recursos y a los estudiantes como un botín a repartir.
Estas irregularidades han dado lugar a diversas manifestaciones y protestas en las que se exige una mayor transparencia en los procesos de asignación de plazas y recategorización, así como una revisión de la gestión de las cafeterías.
Es necesario que la comunidad educativa del COBACH se organice para pedir una investigación a fondo y que se tomen las medidas necesarias para corregir estas irregularidades, con el fin de garantizar que el Colegio de Bachilleres ofrezca una educación de calidad y justa para todos, sin favoritismos ni corrupción.

