La irracionalidad de la guerra imperialista en números Comparativa: Inversión en Guerra vs. Desarrollo Social

El gasto en la guerra en ucrania podría haber terminado con el hambre durante más de 20 años

Documento extraído de Tribuna de Trabajadores #4 publicación de la LCI-CORCI México

El presidente Donald Trump anunció que, desde el inicio de la guerra en Ucrania, Estados Unidos ha destinado aproximadamente 350 mil millones de dólares en financiamiento militar, compra de armamento y asistencia militar al gobierno de Ucrania. A esto se suma el gasto de Rusia, estimado en 300 mil millones de dólares y el de la Unión Europea, que ha alcanzado los 175 mil millones de dólares. En total, el conflicto ha consumido alrededor de 825 mil millones de dólares, una cifra que, de haberse destinado al desarrollo social, habría transformado radicalmente la vida de millones de trabajadoras y trabajadores en todo el mundo.

Para poner en perspectiva esta cifra, si los 825 mil millones de dólares se repartieran entre los aproximadamente 332 millones de ciudadanos de Estados Unidos, cada persona hubiera recibido alrededor de 2,485 dólares.

Si se distribuyera entre los aproximadamente 8 mil millones de habitantes del planeta, cada persona recibiría aproximadamente 103 dólares, una cantidad que podría representar una diferencia significativa en la vida de quienes viven en condiciones de pobreza extrema.

Si este monto se dividiera entre los aproximadamente 43 millones de habitantes de Ucrania, cada ciudadano recibiría alrededor de 19,186 dólares, lo que podría haber significado una reconstrucción económica masiva y una mejora en su calidad de vida.

Educación

Con 825 mil millones de dólares, se podrían haber construido alrededor de 82 mil 500 escuelas modernas en todo el mundo, equipadas con tecnología de punta y materiales de calidad. Además, se podrían haber financiado becas para millones de estudiantes, reduciendo (se podrían haber pagado 33 millones de colegiaturas anuales de 25 mil dólares cada una) la desigualdad en el acceso a la educación y mejorando las oportunidades de desarrollo profesional en países de bajos recursos.

Salud

El presupuesto de la guerra podría haber financiado la construcción y mantenimiento de aproximadamente 12 mil hospitales de gran capacidad, con equipos de vanguardia y personal médico capacitado (el costo de construir un hospital puede oscilar entre 50 y 100 millones de dólares). También se habría podido proporcionar atención sanitaria gratuita para enfermedades crónicas, vacunas para millones de niños y programas de prevención para pandemias globales.

Vivienda

Con estos recursos, se podrían haber construido cerca de 25 millones de viviendas para familias de bajos ingresos, reduciendo considerablemente el problema de la indigencia y la precariedad habitacional en muchas regiones del mundo, así como el problema de la gentrificación y la especulación. Esto permitiría brindar estabilidad y seguridad a millones de personas que actualmente viven en condiciones vulnerables.

Servicios Públicos

El acceso al agua potable, electricidad y saneamiento sigue siendo un reto en muchas partes del mundo, para garantizar una vida digna para la clase trabajadora. Con 825 mil millones de dólares, se podría haber garantizado el acceso a agua potable para al menos 4 mil millones de personas, ampliado las redes de energía renovable y mejorado la infraestructura de saneamiento en miles de comunidades marginadas.

Alimentación

El hambre sigue siendo una crisis mundial que afecta a más de 800 millones de personas. Con 825 mil millones de dólares, se podría haber financiado el suministro de alimentos para erradicar la desnutrición durante varios años. Se estima que con 40 mil millones de dólares anuales se podría acabar con el hambre en el mundo; esto significa que el gasto en la guerra podría haber cubierto esta necesidad durante más de 20 años, asegurando que nadie tuviera que padecer hambre extrema. Además, se podrían haber desarrollado sistemas de producción agrícola sostenibles y programas de distribución de alimentos para garantizar el acceso equitativo a una nutrición adecuada.

La Industria del Armamento

La industria armamentista se ha convertido en uno de los sectores más lucrativos del mundo, beneficiándose del conflicto y la inestabilidad global. Como hemos analizado los partidarios de la Cuarta Internacional agrupados en el CORCI, la industria de la guerra es uno de los pilares que sostienen al putrefacto sistema capitalista en su fase de imperialismo senil.

Gobiernos de diversas naciones destinan enormes sumas de dinero al desarrollo y compra de armas, pasando por encima de las inversiones en educación, salud y bienestar social, el gasto militar es una de las fuerzas destructivas, que convierten el conocimiento, habilidades y capacidades del ser humano en instrumentos de su destrucción y no de desarrollo.

La guerra perpetúa un ciclo de violencia en el que los conflictos bélicos se vuelven un negocio rentable para las grandes corporaciones del armamento, mientras que las quienes sufrimos las consecuencias somos los pueblos, como el ucrania o el ruso y particularmente los jóvenes que son reclutados a la fuerza para pelear en un conflicto que no es el suyo y cuyos intereses son los de las grandes corporaciones.

En lugar de canalizar estos recursos en la proliferación de armas, en una sociedad de bienestar y progreso los gobiernos deberían redirigir sus presupuestos hacia iniciativas que promuevan la estabilidad, el desarrollo y la paz global. La gran irracionalidad y contradicción a la que nos arrastra el sistema capitalista es que, en el mundo contemporáneo con solo una fracción de la riqueza, se podrían solucionar múltiples problemas globales como los que expusimos

El costo de la guerra no solo se mide en vidas humanas y destrucción material, sino también en las oportunidades perdidas para mejorar la calidad de vida de la clase trabajadora. Si los 825 mil millones de dólares gastados en el conflicto se hubieran redirigido hacia el desarrollo social, el mundo podría haber avanzado significativamente en la erradicación de la pobreza, la desigualdad y las crisis humanitarias.

Solo la clase obrera es la fuerza capaz de terminar con las guerras imperialistas.

La historia demuestra que el gasto excesivo en armamento no garantiza la seguridad, sino que alimenta nuevas tensiones y conflictos, y que esto es perpetuado por los intereses de una minoría, es deber de los trabajadores y trabajadoras de la juventud atender la lucha en contra de la guerra

Recuperando una frase atribuida a Einstein “No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”, debemos reflexionar a donde nos lleva este sistema que prioriza las necesidades de unos cuantos por encima de las de la sociedad en su conjunto.

Solo la clase trabajadora es la fuerza capaz de frenar esta tendencia, es por ello que los militantes del CORCI a nivel internacional promovemos la realización del Encuentro Internacional de emergencia contra la guerra imperialista del cual reproducimos su llamado en estas páginas

Te invitamos a estar atento a las iniciativas que surjan de él para luchar juntos contra la irracionalidad del régimen capitalista y abrir una salida a la humanidad.

Deja un comentario