
Ya esta en circulación Tribuna de Trabajadores #4 (Marzo de 2024), periódico editado por la Liga Comunista Internacionalista – CORCI, a continuación te compartimos su articulo editorial. Si deseas adquirir el boletín completo enviános mensaje al mail corcimexico@gmail.com
A manera de editorial de este número de Tribuna de Trabajadores, a continuación, publicamos la participación que expondrá el delegado mexicano en el Encuentro Mundial de Emergencia contra la Guerra Imperialista, a realizarse a finales de marzo en París. Te invitamos a leer y abrir la discusión con nuestra agrupación.
La nación mexicana ante la embestida imperialista del gobierno de Donald Trump
El presidente Donald Trump, desde el inicio de su mandato, ha mantenido una política agresiva contra la nación mexicana: ha amenazado con la imposición de aranceles a los productos mexicanos; ha perseguido a los migrantes, aumentando las redadas y las deportaciones; ha cambiado unilateralmente el nombre del Golfo de México a “Golfo de América” y ha caracterizado oficialmente a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas.
Debe tenerse claro que estas medidas son amenazas contra la clase trabajadora mexicana y, desde luego, contra la nación en su conjunto. No son solo ataques al gobierno de Claudia Sheinbaum. Pero entonces, ante este contexto, ¿qué debemos hacer? Este cuestionamiento lo hemos respondido muchas veces, y hoy ratificamos la necesidad de enfrentar esta ofensiva con una política antiimperialista y de lucha conjunta con nuestros hermanos de clase en los Estados Unidos de América.
¿Cuál ha sido la respuesta del gobierno mexicano?
Antes de contestar esta pregunta, resaltemos lo siguiente: Donald Trump ha anunciado en varias ocasiones la implementación de aranceles del 25% a México. Primero, durante el gobierno de AMLO en 2019, logró que el gobierno mexicano aceptara la firma del T-MEC y la implementación de las medidas antiinmigrantes de Trump, haciendo uso de la Guardia Nacional para detener la migración en la frontera sur.
Después, en enero de 2025, amenazó de nuevo con que los aranceles comenzarían el 1 de febrero(1), aunque posteriormente ajustó las fechas. En febrero de 2025, Trump comunicó que estos aranceles entrarían en vigor el 2 de abril (2).

Estas medidas han sido parte de su estrategia de chantaje comercial hacia México y Canadá. En el caso de México, Trump ha fijado plazos de un mes para que el gobierno mexicano tome medidas para evitarlo. El último plazo es el 2 de abril, fecha en la que anunciará la implementación de aranceles a diversos países del mundo.
Ahora bien, regresando a la pregunta: ¿cuál ha sido la respuesta del gobierno mexicano? El gobierno mexicano ha cumplido con cada exigencia de la Casa Blanca. Claudia Sheinbaum anunció que se llegó a un acuerdo y que se respetará el T-MEC.
Trump, a cambio de no imponer los aranceles, ha exigido a los gobiernos de Canadá y México frenar totalmente el tráfico de drogas (en particular de fentanilo), así como de migrantes ilegales, ¡una misión imposible!
El gobierno de Trudeau, en Canadá, respondió implementando aranceles a ciertos productos norteamericanos, aumentando el precio de la energía que le proporciona a EUA y acrecentando el discurso nacionalista, oponiéndose a la incorporación de Canadá como un nuevo estado de los Estados Unidos (propuesta de Trump). Y si bien estas medidas parecen ser una respuesta a las amenazas, también responden en gran medida a la dinámica de la política interna canadiense.
Por su parte, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha mantenido una discrepancia entre el discurso y las acciones. La presidenta, a lo largo de estas semanas, ha resaltado la alianza histórica entre el gobierno de México y el de EUA, la cooperación en materia de seguridad y los acuerdos comerciales.
Sheinbaum ha llamado a la calma, proponiendo una negociación y enfatizando que la relación de su gobierno con EUA es de “colaboración y no de subordinación”.
Sin embargo, al mismo tiempo, cada grupo negociador que es enviado a EUA vuelve con más dictados que implementar. En tan solo unas semanas, el gobierno mexicano ha militarizado la frontera, enviando a 10 mil elementos de la Guardia Nacional (equivalente a tres soldados por cada kilómetro fronterizo), ha reforzado la detención de migrantes centroamericanos, ha construido en tiempo récord centros para recibir a los deportados en las principales ciudades fronterizas y ha enviado a EUA a 28 capos de la droga recluidos en cárceles mexicanas. Además, ha implementado medidas para limitar el comercio de México con China.
Sin embargo, ninguna de estas medidas ha sido suficiente para la Casa Blanca, que ha aumentado cada vez más la presión: implementando aranceles al aluminio y al acero, además de enviar drones militares a sobrevolar el espacio aéreo fronterizo (en particular, el Golfo de California y la costa del estado de Sinaloa). También han aumentado las deportaciones, que se realizan con el consentimiento del gobierno de México en puertos fronterizos del sur del país.
El 9 de marzo de este año, Claudia Sheinbaum organizó un mitin en el Zócalo de la CDMX, convocado originalmente como respuesta a las agresiones de Trump. En ese evento, la presidenta anunció que se llegó a un acuerdo con el gobierno de EUA para frenar los aranceles a los productos dentro del TLC. Explicó a los asistentes que se habían levantado los aranceles a ciertos productos mexicanos y que la amenaza había pasado, considerando esto un logro significativo.
¿Podemos confiar en que Trump cumplirá su palabra?
¿Qué le permite a Trump someter al gobierno mexicano de tal manera?
El gobierno de Claudia Sheinbaum y su partido, MORENA, representan un gobierno de carácter burgués, que ha tratado de negociar una mejor posición con el imperialismo norteamericano. Sus planes económicos estaban sustentados en el mantenimiento del T-MEC y en una alianza comercial con EUA, pero ahora que el orden internacional de las últimas décadas está siendo dinamitado, es evidente el fracaso de la subordinación a los EUA.
El gobierno de la 4T se caracteriza por ser un gobierno de continuidad neoliberal, desde AMLO hasta su sucesora, Claudia Sheinbaum, ya que ha mantenido la política de sumisión a los intereses norteamericanos en nombre de la cooperación entre vecinos.

El gobierno de AMLO, y actualmente el de Sheinbaum, ha apostado por una mayor integración de México al mercado de América del Norte y ha tomado posición en el bloque comercial de EUA en su enfrentamiento con China, integrando la red energética y de comunicaciones, promoviendo la relocalización de empresas y la creación de los llamados “polos de desarrollo” subordinados a las necesidades de las empresas estadounidenses.
Lo cierto es que el cambio en la política comercial de Trump ha resultado una sorpresa para el gobierno mexicano, que había basado sus planes económicos en el mantenimiento del T-MEC y en la instalación de empresas relocalizadas de Asia en México a través de la estrategia comercial Nearshoring.
Las medidas tomadas por Trump para repatriar las empresas, garantizando que “EUA será el mejor lugar para invertir”, y su guerra comercial están teniendo como efecto que cientos de empresas maquiladoras de la frontera norte del país retiren sus inversiones, frenen la producción, aumenten los precios de sus productos, anuncien cierres y provoquen hasta 100 mil despidos.
Pese a los anuncios oficiales de que México es una economía fuerte, si se aplican las medidas de Trump, la economía mexicana se verá gravemente afectada. Durante las últimas décadas, los gobiernos han aumentado nuestra dependencia y subordinación a la economía norteamericana, renunciando al fortalecimiento de la industria nacional y al mercado interno.
Esta subordinación se vio reforzada por las políticas neoliberales que entregaron las empresas mexicanas al capital norteamericano, particularmente en áreas estratégicas como los ferrocarriles y las minas. La firma del TLCAN en 1993 y del T-MEC en 2019 implicó la apertura económica a las empresas estadounidenses, la desregulación laboral y el saqueo de nuestros recursos.
Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, se desmanteló la industria nacional, y nos referimos a cadenas productivas completas. Si bien se multiplicaron las empresas maquiladoras, estas son en su mayoría ensambladoras con una orientación al mercado extranjero; no se trata de empresas que respondan a satisfacer las necesidades del mercado interno. Es por ello que México hoy importa una gran cantidad de mercancías que antes se producían en el país.
Por otra parte, se dejó de fomentar la producción agrícola, el campo quedó abandonado y se dio el fenómeno de la migración masiva. En los últimos años, la tendencia a la concentración de la tierra se ha acentuado. Los únicos sectores agrícolas que se han mantenido son aquellos cuyo mercado principal es el extranjero, en particular EUA, como el aguacate, las hortalizas y los frutos rojos. Como resultado, México hoy depende de la importación del 40% del grano que consume y de la importación de carne.
De la misma manera, se destruyó la estructura pesquera nacional, en la que México solo puede competir en la explotación del atún y de productos de alta gama, como la langosta.
La dependencia llega a tal extremo que, pese a que México es un país rico en petróleo, dependemos de terceros países para obtener los productos refinados de esta materia prima, como la gasolina.
Trump y su caracterización de los cárteles de la droga
El impacto del crimen organizado en la economía mexicana es utilizado por el imperialismo para justificar posibles intervenciones militares.
Trump argumenta que la crisis de consumo de fentanilo en su país es responsabilidad de los cárteles de la droga mexicanos y señala que las autoridades mexicanas están ligadas a estos grupos. El Estado mexicano es un Estado burgués y, en estos momentos del imperialismo senil, el crimen organizado es una de las palancas de la economía capitalista. En otras palabras, la economía mexicana depende en gran medida del crimen organizado. Ahora bien, las acusaciones de narcoestado son utilizadas por el imperialismo, pues tienen un asidero en el mundo real.
La colaboración de todos los niveles de autoridades mexicanas con el crimen organizado es evidente para cualquier mexicano. Por ejemplo, recientemente se “descubrió” el rancho Izaguirre como un centro de hornos de cremación clandestinos, incluyendo un campo de entrenamiento, todo ello frente a las autoridades mexicanas, que supuestamente habían revisado esa propiedad en septiembre. Otro ejemplo es el asesinato de Antonio Sunshine Rodríguez en Baja California.
Sin embargo, la caracterización de Trump de los cárteles como organizaciones terroristas tiene la intención de justificar una intervención militar en territorio mexicano, o al menos amenazar con ello para que Claudia Sheinbaum ceda a otras peticiones de la Casa Blanca.
¿Por qué la lógica de la política de Trump?
Como marxistas, entendemos que la política es una extensión de la economía. Las decisiones que ha tomado el gobierno de Trump obedecen a las necesidades de la burguesía más importante: la burguesía imperialista norteamericana.
No se trata del dominio de una nación sobre otra, sino de la utilización del Estado de una nación para dominar a las demás. La lógica de Trump responde, en primer lugar, a la lucha de clases y a la necesidad de la burguesía de revalorizar su tasa de ganancia, reducir el precio de la fuerza de trabajo, apoderarse de las materias primas y los mercados. Además, Trump responde al enfrentamiento de la burguesía norteamericana con China, sin importarle someter a sus “aliados”, como la burguesía europea, que desde finales de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en cómplice del imperialismo de EUA.

La propia creación de la OTAN y de la Unión Europea respondió al sometimiento de los imperialismos europeos como potencias de segundo orden. La creación del euro y del Banco Central Europeo fueron instrumentos de sometimiento al dólar.
Un llamado a la acción
Finalmente, hacemos un llamado a la organización de la clase obrera en el mundo, pues esta necesidad de organización es la única manera de hacer frente a estas dinámicas de dominación y explotación.
Por nuestra parte, en México realizaremos campañas por la unidad en la lucha para enfrentar las políticas de Donald Trump.
Pensamos dirigirnos a las direcciones sindicales y de los trabajadores para realizar acciones conjuntas en defensa de nuestra soberanía y de los derechos de los migrantes.
Al mismo tiempo, hacemos un llamado a los mexicanos en EUA a que se movilicen contra las deportaciones.
Proponemos, junto con los compañeros de Socialist Organizer y Labor and Community for an Independent Party / Red Obrero-Popular por una Política Independiente (LCIP), la realización de un encuentro trinacional para finales de este año.
Este encuentro permitirá que activistas de ambos lados de la frontera podamos coordinarnos en acciones concretas, tomando en cuenta que nuestros intereses como clase trabajadora son los mismos, que la lucha de clases es internacional y que la política de Trump hacia EUA, México y Canadá responde, en última instancia, a nuestro enemigo común: la burguesía imperialista.
Invitamos a los lectores de Tribuna de los Trabajadores y a los simpatizantes de la Liga Comunista Internacionalista a agruparse en nuestras filas y preparar juntos este Encuentro Trinacional.

