África. Cinco jefes de Estado van por un “acuerdo” con Trump.

Extraído del semanario  LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS #500

En la foto: Mina a cielo abierto en República Democrática del Congo.

   El miércoles 9 de julio, el presidente estadounidense Donald Trump recibió en un desayuno a los presidentes Bassirou Diomaye Faye de Senegal, a Brice Oligui Nguema de Gabón, a Joseph Boakai de Liberia, a Mohamed Ould Ghaazouani de Mauritania y a Umaro Sissoco Embalo de Guinea-Bissau.

   Tres momentos destacados marcaron este encuentro que parecía una convocatoria. Los jefes de Estado fueron instalados frente a él, pero el inicio del diálogo con el presidente estadounidense fue muy poco delicado. El anfitrión no tenía ninguna información sobre sus homólogos, quienes se debían presentar uno por uno, cada uno con un tiempo reducido y algunas veces interrumpidos por este último con anécdotas bruscas. Se puede mencionar la sorpresa de Trump cuando le preguntó al presidente de Liberia dónde había aprendido a hablar tan bien el inglés, ignorando que Liberia es un país anglófono. Este marco típico a la Trump solo representa un preludio de lo que vino después: una discusión vaga, sin estructura, dirigida a la obtención de un “acuerdo”. Una asociación supuestamente “ganador-ganador” remplazando la idea de la ayuda para el desarrollo para a los países africanos, como lo había anunciado en su toma del poder. Esta cooperación endeble incluye estudios sobre los recursos mineros, la agricultura, la energía y las infraestructuras…

   ¿Eso responde a las necesidades del continente africano? Esa asociación minera es solo una manera de poner en liquidación los minerales que nunca han sido aprovechados por los africanos. En un contexto de reconfiguración política, los Estados están en la búsqueda de nuevos aliados y en una fase de revisión de las agendas políticas. África, en ese proceso de globalización, debe hacerse de muchos socios. Unos Estados Unidos con Trump proponiendo una explotación minera exclusiva en contraparte de la paz, como en República Democrática del Congo. Un Unión Europea que, cada vez más, pierde su influencia a favor de un tercer bloque chino-ruso con acuerdos de seguridad.

   La industrialización de África, ¿a qué precio? Las declaraciones expresadas develan lo que está en juego en ese encuentro. Un acuerdo en el que los recursos de los países serán una vez más puestos en liquidación. Las reacciones no se hicieron esperar. Hubo manifestaciones contra ese encuentro que suena como una humillación y como el prolongamiento de la explotación de los trabajadores africanos que nunca se han beneficiado de sus recursos.

Laetitia Munzadi Mangay.

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