Japón: Manifestaciones contra la guerra en el marco de las conmemoraciones de Hiroshima y Nagasaki

Hiroshima, 6 de agosto

En Hiroshima, el 6 de agosto, pese a la presencia policial y a la ola de calor, las manifestaciones convocadas por el «Comité de organización de la acción de masas del 6 de agosto», integrado por descendientes de sobrevivientes del bombardeo y la Asociación de Estudiantes de la Universidad de Hiroshima, se desarrollaron con éxito.

Las autoridades municipales habían prohibido la manifestación anual frente al «Domo de la Bomba Atómica», un edificio destruido por la bomba y preservado en ruinas como testimonio histórico. Por ello, nos congregamos allí la víspera, permaneciendo desde la noche hasta la mañana siguiente. A las 5 de la mañana, la policía intentó dispersarnos, sin lograrlo, pues los manifestantes se negaron a ceder ante la histeria militarista de la clase dirigente japonesa.

Al mismo tiempo, se desplegaba una campaña chovinista basada en consignas como:
«¡Los chinos y los coreanos son responsables de todas nuestras desgracias! ¡China pronto nos invadirá!»

El volante de convocatoria llevaba por título:
«¡Condenemos las declaraciones de Trump sobre Hiroshima y Nagasaki que justifican los bombardeos! ¡Detengamos una nueva guerra mundial, una nueva guerra nuclear! ¡En solidaridad con el pueblo chino y los pueblos de Asia, impidamos una guerra de agresión nipon-estadounidense contra China!»

El texto recordaba, además, que:
«Este verano marca el 80 aniversario de los bombardeos atómicos. Y nos encontramos en una encrucijada: ¿vamos a permitir que estalle una nueva guerra mundial que será una guerra nuclear? (…) La guerra en Ucrania, el genocidio en Gaza, los bombardeos contra Irán… mientras las llamas de la guerra arden en todo el mundo, los gobiernos de Estados Unidos, Europa, Japón y otros compiten en el desarrollo de sus fuerzas armadas. El principal riesgo de una nueva guerra mundial, de una guerra nuclear, se concentra en el choque entre el imperialismo estadounidense y China en torno a Taiwán. (…) Japón trabaja estrechamente con Estados Unidos para construir un dispositivo conjunto contra China en la región de Asia Oriental. La construcción de una base de misiles y fortificaciones militares en Okinawa, en el archipiélago de Ryukyu, el fortalecimiento de la base de Iwakuni y la construcción de una “base de defensa compuesta y multifuncional” en Kure forman parte de un plan destinado a convertir a Japón en un campo de batalla, en una retaguardia para la invasión de China (…).

¡Ha llegado la hora de frenar la marcha hacia una nueva guerra mundial! Con motivo del 80 aniversario de los bombardeos, el 6 de agosto, en Hiroshima, marcharemos junto a los descendientes de la segunda y tercera generación de sobrevivientes de 1945, a los jóvenes, los estudiantes y las mujeres que han heredado la indignación y la combatividad de los sobrevivientes. ¡Caminemos en solidaridad con el pueblo chino, los pueblos de Asia y del mundo, unamos nuestras voces para actuar juntos!»

Artículo extraído de LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS # 503 20 de octubre de 2025

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