Revuelta en Francia: Un régimen muere, otro debe nacer.

Artículo Editorial extraído de LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS # 506, 10 de septiembre de 2025

Portada de La Tribuna de los Trabajadores. La huelga unida de los trabajadores y sus organizaciones arrancará las reivindicaciones

Por Daniel Gluckstein

   “La ira es social, pero también política.” Esta opinión de un trabajador en una asamblea que tuvo lugar hace unos días plantea una cuestión de fondo.

   Sí, la ira es social. Bajo diversas formas, la gran mayoría del país, en particular los millones de trabajadores y de jóvenes, expresa que lo que no es soportable no debe ya ser soportado: ni los hospitales en ruinas, ni las escuelas en el abandono, ni los servicios públicos devastados, ni la vivienda social en decrepitud, ni los ataques contra la Seguridad social, ni el bloqueo de los salarios, pensiones y prestaciones, ni la indigencia de los estudiantes ni la miseria de los desempleados.

   Sí, la ira es política, contra los “grandes de este mundo” quienes, con matices entre ellos, declaran que la deuda debe ser rembolsada y que la guerra debe ser financiada, todo ello por el pueblo trabajador.

   De dos cosas, una.

   O bien se continúa como antes: mientras que los dirigentes sindicales llaman a jornadas de acción salta-burros hasta que se extinga la voluntad de combate, mientras que sobre el plan político la “izquierda” desgrana mociones de censura y procesos de destitución destinados a enterrarse, el próximo gobierno, cualquiera que sea, continúa a deshuesar la educación, los servicios públicos y los derechos de los trabajadores.

   O bien nos dirigimos sobre una vía de la ruptura. Cientos de miles de millones de euros se acumulan cada año en las cuentas de los capitalistas y de los especuladores. La ruptura, quiere decir confiscar esos miles de millones para invertirlos inmediatamente en la educación, en los servicios públicos, en la Seguridad social, en el aumento general de salarios. La ruptura, quiere decir que los trabajadores se dan los medios de bloquear la economía para construir una relación de fuerzas, forjando a todos los niveles la unidad con las organizaciones sindicales en la huelga hasta la huelga general, para ganar.

   ¿Qué gobierno se comprometerá con la vía de la ruptura? No un gobierno de la Va República en el cual todos los engranajes tienen como función el de mantener y agravar la explotación del trabajador y de permitir a los capitalistas acumular cada vez más ganancias. Aquellos que se ensañan en permanecer en este marco prohíben todo desenlace positivo a la crisis.

   Echar para afuera a la Va República y obligar a replantear la propiedad privada de los medios de producción, base del sistema capitalista, son las dos condiciones de una política de ruptura.

   Ya es tiempo de que se invierta el curso de las cosas. La mayoría, la que no tiene otra cosa que su trabajo para vivir debe al fin tomar las cosas en sus manos.

   Que la crisis del viejo régimen corrupto y fallido desemboque en el advenimiento de otro régimen en donde la mayoría reine como maestra e imponga su ley sobre la minoría explotadora que se aprovecha de ella; y que al fin se imponga un gobierno de los trabajadores y de la democracia…

   Entonces, una respuesta social y política conforme a lo que es justo para la mayoría estará a la altura de la ira social y política que se levanta en el país.

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