
El 4 de septiembre, Macron, presidente de Francia, recibió en el Eliseo a Treinta y cinco jefes de Estado de lo que se ha llamado pomposamente la “coalición de voluntarios”. Una coalición de Estados miembros de la OTAN y de la Unión europea, así como Australia, dispuestos a asegurar el financiamiento de la guerra en Ucrania desde que Trump anunció que suspendería el suyo de la parte de Estados Unidos.
Flanqueado por el presidente ucraniano Zelensky, Macron informó a la prensa la decisión principal de la “coalición de voluntarios”: “Tenemos ahora veintiséis países los cuales, se comprometieron formalmente con desplegar como fuerza de respaldo a las tropas en Ucrania o a estar presentes en suelo, el mar y en los aires (…) el día que se firme el cese al fuego o la paz”.
En realidad, solamente los gobiernos francés, británico y estoniano se comprometieron formalmente a enviar tropas a Ucrania si un cese al fuego era firmado. Aún los gobiernos militaristas de Alemania y de Polonia no se aventuraron en esta vía.
Hundido hasta el cuello por la crisis de la Va República, Macron ha tratado de aprovechar la cumbre para crearse una estatura internacional. Intentos vanos: todos los “grandes de este mundo” saben que nada serio sería decidido en ausencia del “patrón” Trump, a quien llamaron por teléfono.
Le Monde ironiza con los Macron, Merz, Starmer, Meloni y Zelensky: “suspendidos de los labios de la más grande potencia mundial, atentos a los eventuales sobresaltos de su humor”, ellos “pasaron casi dos horas en conferencia telefónica con Donald Trump para intentar arrancar el aval formal de los Estados Unidos a su proceder en favor de Kiev” (5 de septiembre).
Es pues Trump quien decidirá el envío o no de tropas francesas y otras a Ucrania. Como es él quien decidirá o no un acuerdo con Putin, en función de lo que unos u otros propongan a las multinacionales estadunidenses para saquear.
Lo que, por el contrario ya es un hecho, es que son los gobiernos europeos quienes financian 90 mil millones de dólares de compras de armas “made in USA”, las mismas que serán entregadas a Ucrania. Según el New York Times, Francia, Alemania y la Gran Bretaña deberán desembolsar en conjunto mil millones cada mes para alimentar al complejo militar-industrial de los Estados Unidos… y la carnicería que cada día masacra a los jóvenes ucranianos en los campos de batalla.
Recordemos que Trump hizo dar su aval a von der Leyen de la Comisión europea y los mismos jefes de Estado de una promesa de compra por 700 mil millones de dólares en armas estadounidenses en la “negociación” sobre los aranceles. ¡La factura comienza a volverse salada!
Los trabajadores de Ucrania, de Rusia, de Francia, de Gran Bretaña, de Alemania y de los Estados Unidos no tienen ningún interés en continuar con este baño de sangre, ni en el envío de tropas de ocupación para supervisar el saqueo de Ucrania ni el aumento de gastos militares. Su interés común, es unirse más allá de las fronteras y derrocar a sus propios gobiernos fabricantes de guerras.
Jean Alain

