Charlie Kirk: “Un asesinato que no sirve a los intereses de los trabajadores”

El 10 de septiembre, en un campus universitario de Utah, Charlie Kirk fue asesinado a balazos en plena reunión. A los 31 años, Charlie Kirk era una de las figuras de referencia de la galaxia trumpista, conocido por sus declaraciones ultrarreaccionarias, supremacistas blancas, antiinmigrantes, antifeministas y en contra del aborto (al que calificaba como “un nuevo Holocausto”).

De Abraham Lincoln a J. F. Kennedy, la clase dirigente de Estados Unidos tiene una larga tradición de asesinatos políticos. El de Kirk fue inmediatamente utilizado por Trump para acusar a “la izquierda radical” de “terrorismo”. En el canal pro-Trump Fox News, ya se lanzaron llamados a “vengar a Charlie” contra organizaciones progresistas y de defensa de los derechos civiles.

En este contexto, organizaciones que se reclaman de los trabajadores han tomado posición, entre ellas la organización obrera negra de Maryland, el Ujima People’s Progress Party, cuyo comunicado se reproduce a continuación.

(…) Kirk defendía abiertamente un programa reaccionario (…). Si su política se oponía a nuestra liberación, su asesinato refleja la peligrosa y creciente escalada de la violencia política que marcará el conjunto del panorama político. Debemos ser claros: la violencia entre las facciones de la clase dirigente y sus partidarios no es lo mismo que una lucha de liberación. El asesinato de Kirk no sirve a los intereses de los trabajadores negros ni hace avanzar la lucha por la libertad. Sin embargo, intensifica las represalias contra quienes son percibidos como opositores a la política nacionalista blanca de Kirk. (…)

Para el Ujima People’s Progress Party, este momento subraya la urgencia de fortalecer nuestra propia organización independiente. Queremos destacar la urgencia de establecer relaciones basadas en principios con otras organizaciones del movimiento de liberación africano y de la lucha general de los trabajadores. Los movimientos, organizadores y dirigentes negros siempre han estado expuestos al riesgo de arresto, encarcelamiento y asesinato político. El aislamiento representa un verdadero problema de seguridad para nuestro movimiento.

Debemos (…) ampliar las campañas de respuesta arraigadas en las necesidades de las comunidades negras de la clase trabajadora. Al mismo tiempo, debemos reforzar nuestra capacidad de defensa colectiva, de seguridad y de protección mutua. La mejor protección contra la reacción y la represión es una lucha disciplinada y organizada por la autodeterminación y la liberación.

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