Articulo extraído de La Tribune Des Travaillieurs #516 19 de noviembre de 2025
Una figura típica de la extrema derecha al servicio del capital.

El capital japonés, como todo capital en crisis, aspira a un poder fuerte. Confrontado a una baja en sus márgenes de ganancia sueña con aprovecharse de la militarización del país. Después de la ruptura de la coalición en el poder entre el Partido liberal-demócrata (PLD) y el Partido budista Komeito, el PLD consiguió propulsar a Sanae Takaichi en el puesto de Primer ministra.
Los grandes medios entran en éxtasis por el hecho de que la Primera ministro es una mujer que, cuando era joven, andaba en moto y tocaba la batería en un grupo de heavy metal. ¿Pero quién es realmente?
Sanae Takaichi es una figura típica de la extrema derecha al servicio del capital, llamada a “salvarlo” de la crisis. Venera a Margaret Thatcher* y exhibe con orgullo una fotografía tomada en su compañía. En los años 1990, Takaichi promocionaba un libro intitulado La estrategia electoral de Hitler, que describía a este último como un dirigente fuerte, capaz de “anular a sus enemigos con medidas extraordinarias”.
Elegida para la Dieta (Parlamento) en 1993 como candidata independiente, ascendió escaños y ocupó diversos cargos ministeriales, en particular en el seno del gobierno de derecha de Shinzo Abe. Ministra de Asuntos interiores y de Comunicaciones, denunció a los periodistas “que plantean malas preguntas”. Cultiva un discurso xenófobo, método clásico del capital para desviar la atención de los trabajadores en lucha por sus derechos.
Acostumbrada a los peregrinajes al santuario Yasukuni, donde están enterrados los criminales de guerra japoneses, pretende que el nombre que se les da a las víctimas de las exacciones militares japonesas durante la Segunda guerra mundial es “muy exagerada”. En conformidad con la línea general del PLD desde el gobierno de Abe, defiende la revisión del artículo 9 de la Constitución, que le prohíbe a Japón disponer de un ejército ofensivo. Se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y al derecho de las mujeres a conservar su apellido de familia una vez casadas.
Desde que llegó al poder, Sanae Takaichi creó un nuevo ministerio de la inmigración, con conceptos nacionalistas del tipo: “¡Respeten nuestras reglas o váyanse de Japón!”.
Todo ello en un contexto en el que se desarrollan manipulaciones y propaganda sobre el tema: “Los chinos nos roban los empleos”, “Los espías chinos están por todas partes” y “Debemos ser más firmes con los chinos y con Xi Jinping”
Sanae Takaichi, admiradora de Margaret Thatcher, aparece como una “dama de hierro” adaptada a las necesidades de los capitalistas. Las grandes empresas japonesas, como Mitsubishi Heavy Industries, sueñan ya con las super ganancias gracias a los contratos militares, alimentar la histeria de la guerra está en su interés. Los llamados del gobierno a la “unidad nacional” pretenden antes que nada reprimir al movimiento obrero. Solamente la defensa infatigable de los derechos de los trabajadores y la solidaridad internacional podrán cambiar la situación actual.
De nuestro corresponsal en Tokio
*Primer ministra británica (1979-1990), llamada “la Dama de hierro”, se ilustra por su política brutal contra los trabajadores y los sindicatos.

