Versión extensa del articulo publicado en Tribuna de Trabajadores #5 noviembre de 2025
Por M.E.G.A.

Una nueva etapa de la lucha magisterial
El 15 de mayo de este año, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) volvió a ocupar el corazón político del país. Miles de maestras y maestros se concentraron en el Zócalo, recordando las grandes jornadas históricas del magisterio democrático. Durante días, el centro de la Ciudad de México se llenó de casas de campaña, consignas y mantas que expresaban la dignidad y el hartazgo acumulado por años frente a gobiernos que han administrado el mismo modelo de despojo laboral.
Desde el 1° de mayo, la CNTE entregó su Pliego Petitorio Nacional 2025 a la presidenta Claudia Sheinbaum. Sin embargo, lo que ha recibido es silencio e indiferencia. Sheinbaum continúa la política de oídos sordos, profundizando la línea de continuidad del proyecto neoliberal iniciado desde Calderón y Peña Nieto, y solo maquillado durante el sexenio de López Obrador.
Demandas justas, desprecio oficial
Las exigencias de la CNTE no solo son legítimas: sintetizan décadas de lucha. La abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007 es central, pues esta reforma despojó a las y los trabajadores de una jubilación solidaria, imponiendo el sistema de AFORES y la UMA. El magisterio exige regresar al sistema colectivo e intergeneracional donde la pensión no dependa del mercado financiero, sino de la solidaridad de clase.
Asimismo, demanda la abrogación de la reforma educativa de Peña Nieto, revalidada en los hechos por López Obrador y Sheinbaum bajo nuevas siglas (USICAMM). Este entramado es un mecanismo de control político y laboral disfrazado de meritocracia, que precariza y divide.
Otra demanda central es el aumento salarial del 100% al salario base. Los supuestos “aumentos históricos” anunciados por el gobierno y celebrados por la dirigencia charra del SNTE son una simulación: el salario base continúa por debajo del costo real de la vida.
La CNTE también exige la reinstalación de todos los trabajadores cesados, incremento al presupuesto educativo y sanitario, y democracia sindical auténtica, libre del control corporativo del SNTE.
Repliegue táctico y reorganización
Ante la cerrazón gubernamental, la Asamblea Nacional Representativa de la CNTE aprobó una ruta de movilización permanente: paros escalonados y acciones coordinadas a nivel nacional. El paro de 24 horas del 1° de octubre abrió una nueva fase. El paro de 48 horas del 13 y 14 de octubre incluyó protesta en la “mañanera”, plantón frente al Congreso y liberación de casetas en estados donde la Coordinadora tiene presencia, permitiendo el libre tránsito del pueblo trabajador.
El objetivo inmediato es reinstalar la Mesa Nacional de Negociación entre la Comisión Nacional Única de Negociación (CNUN) y el gobierno federal. Si persiste la cerrazón, se prepara el paro de 72 horas y, llegado el momento, la huelga nacional, incluso articulada con eventos internacionales como el Mundial 2026, para exhibir ante el mundo que el gobierno actual no rompe con los anteriores.
Sheinbaum y la continuidad neoliberal
El discurso progresista se derrumba frente a los hechos. La autodenominada “cuarta transformación” mantiene intactos los intereses del capital financiero, los consorcios empresariales y la clase política que gobierna para los de arriba. Mientras se protege a banqueros y monopolios, se precariza a quienes sostienen la educación pública.
Sheinbaum no rompe con el neoliberalismo; lo administra con lenguaje tecnocrático y rostro amable. La CNTE lo ha desenmascarado con claridad.
Una lucha que continúa
La CNTE no pelea únicamente por salarios, sino por el futuro de la educación pública, por los derechos de la clase trabajadora y por la democracia real en el país. Con más de 40 años de lucha ininterrumpida y organizada bajo sus 22 principios, demuestra que solo la organización desde abajo y la unidad en la acción pueden enfrentar al poder del capital.
El gobierno podrá ignorar marchas y paros, pero no podrá detener el crecimiento de la conciencia colectiva. La CNTE mantiene viva la llama de la resistencia. Sin lucha no hay derechos. Sin organización no hay transformación.

