Reportaje sobre los piquetes de huelga.

El 24 de noviembre es el primer día de huelga. Los trenes quedan paralizados, así como los barcos en el puerto de Anvers. El 25, el frente común sindical (FGTB y CSC*) llamó a los agentes de los servicios públicos a parar, y el 26, a todos los trabajadores de los servicios públicos y privados.

El 25, unos cuarenta huelguistas mantienen el piquete de huelga en el hospital Saint-Pierre, en Bruselas, incluidas las trabajadoras del polo gineco-obstétrico. Para Virginia, ginecóloga, “los únicos presupuestos que aumentan son los del ejército y para la expulsión de las personas migrantes”. Clemence, partera, quiere “poder continuar, día y noche, a sanar pacientes”. Y, sin embargo, con el presupuesto, “habrá menos pausas, más horas suplementarias por el mismo salario”. En el piquete de los ferrocarrileros, Sebastien explica que los cinco sindicatos decidieron una semana de huelga “y discuten retomarla a finales de diciembre… como mi padre en 1960”. Para Jonathan, obrero comunal: “Bouchez (presidente del Movimiento reformador, ndlr) dice que cada día de huelga le cuesta 500 millones. ¡Muy bien! ¡Ahora sabemos cuánto valemos, y que podemos ir a buscar algo más que migajas!”

La coalición gubernamental “Arizona”, compuesta de partidos burgueses y del partido socialista de habla neerlandesa Vooruit, comprometida con este acoplamiento anti obrero, ha determinado su presupuesto: aumento de los gastos militares, ataque contra las pensiones de los funcionarios y 10 mil millones de economías sobre las espaldas de los trabajadores de aquí al 2029 (aumento de la TVA sobre ciertos productos, impuestos en las facturas de gas y puesta en entredicho de la indexación de los salarios sobre los precios más allá de 4,000 euros brutos, o sea menos de 2,000 euros netos).

En la Universidad libre de Bruselas, donde los estudiantes apoyan a los trabajadores, un delegado sindical del personal de limpieza explica: “Nuestro trabajo es muy doloroso. No se puede permanecer activo en la limpieza hasta los 67 años. Con la modificación de la indexación de los salarios, vamos a perder 12,000 euros en treinta años de carrera.” Denuncia “los 25 mil millones de subsidios en regalo a las empresas”, mientras que “para encontrar 10 mil millones del presupuesto, el Arizona solamente apunta a los trabajadores y a la seguridad social. ¿Y las grandes fortunas? Todo ello para comprar los F35 (aviones caza, ndlr) ¡a 25,000 euros la hora de vuelo!”

En toda Bélgica – ya sea de habla neerlandesa o francesa -, los trabajadores, unidos con sus organizaciones, dicen: ¡fuera ese presupuesto, esta política y este gobierno!

Con nuestros corresponsales.

*Federación general de los trabajadores de Bélgica, Confederación de los sindicatos cristianos.