Haití fue abandonada al terror de las pandillas. La prensa occidental disfruta de los llamados a la guerra civil de un antiguo policía vuelto jefe de pandillas apodado “Barbecue”.
Pero ¿Quién es el responsable de este caos? La palabra es de Berthony Dupont, en la editorial del último número del semanario anti-imperialista Haití Libertad.

“El país está paralizado. Las instituciones están al límite. El régimen podrido y corrupto está a
punto de dislocarse. Han sido desenmascarados todo el cinismo y la corrupción de la banda que tiene a la cabeza al monstruoso Ariel Henry (Primer ministro instalado por los Estados Unidos y actualmente imposibilitado de pisar suelo haitiano, ndlr). Este último mostró en efecto que está dispuesto a repetir todas las atrocidades y a todos los crímenes contra el pueblo haitiano, a arruinar y estrangular a todos los ciudadanos que sean necesarios para conservar su poder inconstitucional, ilegítimo e impopular. (…) Esta situación de delicuescencia se ilustra en los últimos acontecimientos, los cuales han puesto al desnudo toda la podredumbre y toda la vileza de este régimen. Mientras que Ariel Henry se pavonea frente a todas las tribunas internacionales ensañándose contra las pandillas, en los corredores, sin embargo, trama con algunos criminales para acelerar la inseguridad, de manera que se vuelva efectiva la entrada de una fuerza extranjera multinacional, supuestamente para combatir a esas mismas pandillas con las cuales tramaba.

¡Qué cinismo! ¡Qué audacia! (…)
Pero como quiera que sea, hay que detener la hecatombe. (…) Para ello, es necesaria una verdadera ruptura con ciertas tradiciones establecidas. El pueblo debe oponerse no solamente a Ariel Henry, sino también a toda presencia militar o policial extranjera con la óptica de repensar o de remodelar la dominación imperialista en Haití. ¡Que la movilización popular no se desarme y resista en todo el país! Ariel Henry y su banda, el imperialismo y sus soportes, deben permanecer fuera del país a fin de que las masas populares retomen su aliento para afrontar los problemas del futuro. Solamente el pueblo, a través de sus organizaciones de lucha y su capacidad de defenderse, será capaz de decidir el fin de esta ignominia que es el capitalismo cuya política destructora hunde al país en el más espantoso caos”