Entrevista con Alain Benjamin y Mya Shone, responsables del Socialist Organizer*

A lo largo de la convención nacional del Partido Demócrata, muchos oradores afirmaron que una victoria demócrata se convertirá en un punto de apoyo para los trabajadores y los sindicatos. ¿Qué piensas de eso?
La convención del Partido Demócrata se inició con los discursos de los presidentes de seis sindicatos nacionales y de la central sindical ALF-CIO. Un estruendo de aplausos aclamó a Shawn Fain, presidente del sindicato de los trabajadores del automóvil UAW, vestido con una camisa en la que estaba escrito: “Trump es un rompedor de huelgas”, y declaró: “Para la UAW y para los trabajadores, el único problema es: ¿de qué lado está? Por un lado, tenemos a Kamala Harris y a Tim Walz, que se han mantenido al lado de la clase obrera. Del otro, a Trump y Vance, dos perros guardianes al servicio de la clase de los millonarios.”
Y sin embargo, el Partido Demócrata, como el Republicano, es financiado por “la clase de los millonarios”, de quien se vuelve su humilde servidor. Lo que los diferencia, es el método más eficaz para controlar a la clase obrera.
El Partido Demócrata, aun cuando lo pretenda, no es el “amigo de los sindicatos”.
Los demócratas en el poder no han respondido a las reivindicaciones de los trabajadores, rehusándose a prohibir el rompimiento de huelgas o una ley federal que refuerce el derecho sindical. Los presidentes demócratas intervinieron directamente contra las huelgas, como lo hizo Biden en diciembre del 2022 contra los ferrocarrileros.
Ya es tiempo de que los trabajadores rompan con los partidos que sirven a los patrones y forjen un partido de la clase obrera que defienda sus intereses.
Los delegados de los electores que votaron” uncommitted” (aquellos que escogieron no apoyar a ningún candidato ) en las primarias demócratas para protestar contra el genocidio en Gaza, ¿pudieron plantear esta cuestión en la convención?
El programa del Partido Demócrata llama a “un acuerdo de cese al fuego inmediato y durable”, sin ninguna exigencia en cuanto a detener el envío de armas a Israel.
Los treinta delegados “uncommitted” sobre los 4,700 no contaron con la fuerza necesaria para modificar ese programa. Propusieron que un médico mujer describiera el horror del que fue testigo en Gaza: propuesta rechazada. Luego, solicitaron que un estadounidense de origen palestino hiciera uso de la palabra, con el apoyo de la UAW: solicitud denegada. Los intentos de colocar a Palestina en la orden del día de la convención fueron infructuosos.
Por el contrario, Kamala Harris clausuró la convención señalando con fuerza su apoyo sin equívoco al Estado sionista y a su “seguridad”, posición que siempre ha sido la del imperialismo americano. La breve mención que hizo a los miles de muertos en Gaza y al derecho a la autodeterminación de los Palestinos se percibió tan ritual como inofensiva.
Las manifestaciones cotidianas de decenas de miles frente a la convención denunciaron la implicación de los Estados Unidos en el genocidio del pueblo palestino, colocando esto en relación con los ataques a nuestros derechos en los Estados Unidos, la destrucción de la enseñanza, la cuestión de la vivienda y de la salud, etc.
Mientras que la convención se reunía, tropas ucranianas armadas por la OTAN invadían Rusia. ¿Hubo voces que se hicieron escuchar para oponerse a la guerra?
No, muy por el contrario. El último día, la convención homenajeó al ejército estadounidense, a las alianzas militares (en particular a la OTAN) y se pronunció por acrecentar la potencia militar de los Estados Unidos.
En su discurso, Adam Kinzinger, antiguo diputado republicano de Illinois -que apoya a Harris- señaló que “los demócratas son tan patriotas que nosotros (…). Están tan deseosos como nosotros, los conservadores, por defender los valores estadounidenses al interior del país y al extranjero”.
Desde hace años, demócratas y republicanos aprueban el presupuesto militar sin la menor reticencia, mientras que se ensañan en interminables disputas sobre las migajas que le asignan a la protección de la infancia, a la instrucción, a la vivienda o a la protección del medio ambiente.
Más de la mitad del presupuesto de los Estados Unidos se consagra al financiamiento de las guerras pasadas, presentes y futuras: 916 mil millones de dólares para el 2023. En relación a esto Kamala Harris declaró: “Estaré atenta para que América disponga siempre de la capacidad de destrucción más poderosa y mortífera del mundo”.
Alexandria Ocasio-Cortez, una de las principales figuras de los Socialistas demócratas de América (DSA), hizo uso de la palabra. ¿Cuál es su política?

Ocasio-Cortez, como lo dice la prensa, es “una estrella en ascenso en el Partido Demócrata”. Y también una dirigente de primer plano en el DSA. Ha sido una de las personalidades que hizo uso de la palabra en la noche de la apertura de la convención, llamando a apoyar a Harris y a Walz. Está integrada plenamente en la dirección del Partido Demócrata y busca un ascenso dentro del aparato. Su único comentario sobre Gaza fue el de decir que había “muertos israelitas y palestinos” y que Kamala Harris “Trabaja sin descanso por un cese al fuego”. Figura dentro del DSA y dirigente de uno de los dos partidos del imperialismo americano, únicamente sirve para ensuciar la bandera del socialismo, como muchos otros antes que ella.
Militantes obreros se hicieron escuchar en las calles de Chicago durante la convención. El Real News Network se entrevistó con sindicalistas que manifestaban detrás de una banderola: “El movimiento obrero organizado por Palestina”. Un profesor sindicalista de Chicago explicaba que “Debemos actuar como trabajadores, por ejemplo, con acciones en los puertos para impedir el envío de armas a Israel. (…) Es evidente que no queremos a Trump (…), pero es triste que (los republicanos y os demócratas) sean la sola elección posible. Para mí, Kamala es un Biden-bis. Tenemos necesidad de un Labour Party y otros candidatos por los que la gente tenga ganas de votar.”
Tiene razón. Los sindicatos deben romper con el Partido Demócrata y construir un Labour Party, partido obrero fundado en los sindicatos y en las capas oprimidas.
Palabras recogidas por Jean Alain el 24 de agosto
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los gobiernos del mundo están interesados en implementar políticas que les permita explotar los recursos naturales de sus territorios y de otros. La carrera es quien tiene más poder militar, por su puesto que va de la mano con el poder económico, pero entonces ¿cómo consiguen financiarse? Está pregunta la puede responder cualquier trabajador. Los trabajadores no hemos encontrado aún la forma de romper con los partidos políticos actuales, no hemos podido hacer nuestra la idea de crear un partido nuestro (de los trabajadores y para los trabajadores), no hemos podido diferenciar que existen dos clases sociales y mucho menos que hemos estado en guerra. Esta cuestión no es solo de mexicanos, estadounidenses, etc. es a nivel global.
¿cuánto tiempo seguiremos aguantando el juego de los poderosos y de los gobiernos? ¿cuando podremos quitarnos las vendas de los ojos? ¿cuando podremos romper las cadenas que nos tienen atados? ¿cuando podremos conformar un partido de los trabajadores?
mientras tanto quienes estamos conscientes de esta necesidad continuaremos abriendo conciencias de nuestros hermanos de clase, tratando de reorganizarnos y llevando la encomienda de la necesidad de crear un patrio nuestro para hacer a un lado a la clase pudiente ya la partidocracia.
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