Nueva Caledonia: Una guerra colonial de la que se abstiene decir su nombre

Articulo extraído de  LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS #458 Semanario del Partido de Trabajadores francés

 Kanaky/Nueva-Caledonia

   El 19 de septiembre en la tribu de Saint-Louis, dos jóvenes kanak de 29 y 30 años fueron abatidos por el Grupo de intervención de la gendarmería nacional (GIGN). El Frente de liberación nacional kanak y socialista (FLNKS) denuncia “los métodos bárbaros y humillantes utilizados por la fuerza del orden, que no vaciló en proceder a una ejecución sumaria de uno de los jóvenes.

   Desde el mes de abril, trece personas perdieron la vida, esencialmente de pertenencia kanak. A eso hay que añadir el cubre fuego, la intervención militar, el arresto de una docena de responsables de la Célula de coordinación de las acciones sobre el terreno (CCAT) y su transferencia a las prisiones en Francia, a 18,000 Kilómetros de su tierra.

  “Esos métodos en otros tiempos son desgraciadamente los que fueron trasplantados en Argelia por el ejército francés”, denuncia el universitario Antoine Leca, en donde ve “el primer acto de una nueva guerra colonial que no quiere nombrarse a sí misma, pero que muestra ya su rostro”. Por su lado, Isabelle Leblic, antropóloga en el Centro nacional de investigación científica (CNRS) nos recuerda que “hay una represión colonial, una negación de los derechos de los pueblos autóctonos. No queremos creer que Francia tiene aún colonias” (Reprterre del 18 de septiembre).

   Pero es un hecho: Desde la colonización de la parte de Francia en 1853, al pueblo kanak se le niegan sus derechos a la auto-determinación. Diezmados por la colonización de poblamiento, estacionados en reservas y expuestos como “zoológicos humanos” en la metrópoli y oprimidos por el código del Indigente, los kanak han sufrido ciento sesenta años de opresión y de humillación, contra los cuales no han dejado de revelarse. Pero el imperialismo francés se rehúsa obstinadamente de deshacerse de esta posesión colonial. Eso, para asegurarse el control de un subsuelo que reboza de níquel, aunque también para preservar su base militar (en plena expansión), punto estratégico en los preparativos de la guerra contra China.

   En visita en Noumea en julio del 2023, Macron recalcaba frente a una multitud de colonos que “Francia es más bella con Nueva-Caledonia”. En abril del 2024, su proyecto de ley sobre “descongelamiento del cuerpo electoral” (ver nota) -permitiendo a los metropolitanos llegados recientemente votar- pretendía colocar aún más en minoría al pueblo kanak en su propia tierra. El 13 de abril, 60,000 manifestantes desfilaron en Noumea contra el proyecto de ley (por una población total de 271,000 habitantes). Es en ese momento en el que Macron decidió pasar al acto por la mano fuerte.

   Contra la represión colonial, los trabajadores franceses sabrán colocarse a los lados del pueblo kanak oprimido. Y exigir al gobierno de Macron el retiro de las tropas, la liberación de los prisioneros y el regreso a su país. El pueblo kanak tiene el derecho de decidir libremente su futuro y de  separarse de Francia si así lo decide.

D.F.

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