Articulo extraído de LA TRIBUNE DES TRAVAILLEURS #459 Semanario del Partido de Trabajadores francés

Mientras que el genocidio de Gaza sigue su curso, los masivos bombardeos israelitas en Líbano y la expulsión de cientos de miles de libaneses del sur hacia el norte de su país estuvo marcada, el 28 de septiembre, por una enésima provocación con la intención de convocar a Irán en la guerra: el asesinato del principal dirigente del Hezbollah libanés, aliado de Irán, Hassan Nasrallah.
Intitulado “Nasrallah asesinado”, el diario español El País del 29 de septiembre anota: “El asesinato del jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, como consecuencia de un bombardeo a un barrio residencial de Beirut confirma la voluntad de Benjamin Netanyahu de provocar una guerra total en el Medio Oriente. (…)
La acción del viernes es condenable en muchos aspectos, pero no hay que olvidar un factor: se trata de un ataque ciego contra una zona civil en Beirut, la capital de un país soberano. Una vez más, como es el caso desde hace un año en la banda de Gaza, Netanyahu carece de toda consideración hacia la vida de inocentes. Esta vez también, carece de algún escrúpulo por arrasar multitud de inmuebles de vivienda bajo el pretexto de que resguardaban al cuartel general de la milicia chiita. Se trata de un crimen de guerra que, como tal, debe añadirse a la lista ya larga de crímenes cometidos por el Primer ministro israelita. (…)
Desde un punto de vista estratégico, Netanyahu tiene como objetivo a Irán, tal como lo previno en la tribuna de la Naciones Unidas. La eliminación física de los dirigentes de Hezbollah, lejos de ser un intento de pacificación, es una provocación directa dirigida a Teherán (…).
Netanyahu es responsable de la escalada que tiene lugar en la región desde hace un año. Es por eso que es necesario que los que contribuyen a la impunidad del líder del Likoud asuman igualmente la suya (…). A pesar del rechazo de Netanyahu a todas las propuestas estadounidenses de cese al fuego, Joe Biden continúa aportándole el apoyo militar que necesita para proseguir con su estrategia de destrucción.”
En efecto, más allá del criminal Netanyahu, está Biden, su Partido demócrata y todos sus suplentes (Macron, Scholz, Starmer, la Unión Europea, etc.) quienes portan la entera responsabilidad de la tragedia de los pueblos palestino y libanés.
J. A.

