¡Tropas rusas: fuera de Ucrania!

¡Tropas rusas: fuera de Ucrania! ¡Desmantelamiento de la OTAN!¡Ni Putin, ni Biden y sus aliados: ninguna unión sagrada con los gobiernos belicistas!

Declaración del Comité de Organización por la Reconstitución de la IV Internacional (CORCI) 28 de febrero de 2022

1.- La guerra desencadenada en Ucrania a través de la invasión de las tropas rusas ha levantado la legítima indignación de los trabajadores del mundo entero. Desde los primeros minutos de este conflicto, el Comité Organización por la Reconstitución de la IV Internacional (CORCI) condenó la agresión y exige la retirada inmediata de las tropas rusas. Fiel a los principios de la independencia de la clase obrera, el CORCI y al mismo tiempo llamó a los trabajadores y a las organizaciones a rechazar la adhesión a la unión sagrada que, en cada país, pretende unir a las organizaciones obreras a los capitalistas y a los gobiernos so pretexto de condenar únicamente al gobierno ruso. Los hechos establecen que, si la responsabilidad criminal del régimen de Putin es evidente, esta se inscribe en un contexto marcado por la escalada militar durante meses y meses, y las provocaciones de las que el imperialismo estadounidense y su brazo armado la OTAN, y todos los gobiernos capitalistas bajo esta bandera, son responsables. Los partidarios de la reconstitución de la IV Internacional, fieles a la bandera del internacionalismo proletario, se niegan a seguir a los dirigentes de las organizaciones obreras que han aceptado y aceptan situarse en el marco de la unión sagrada detrás de los gobiernos belicistas. Los partidarios de la reconstitución de la IV Internacional consideran que el principal enemigo de la clase obrera en cada país es su propio gobierno. La puesta en práctica de esta orientación se tradujo, por ejemplo, en el llamamiento lanzado en Francia por el Partido Obrero Independiente Democrático (del que son miembros los militantes del CORCI). Este llamamiento se titula: ¡»Abajo la guerra»! y que declara: «Nosotros, trabajadores y jóvenes de Francia, no queremos la guerra, estamos al lado de los trabajadores de Ucrania víctimas de la invasión de Putin, al lado de los trabajadores rusos que manifiestan contra la guerra, al lado de los trabajadores del mundo entero apegados a la paz y la libertad. No tenemos confianza en Macron, que hace la guerra en el exterior contra los pueblos, particularmente en África, y en el interior, una guerra social contra los trabajadores y los jóvenes. La solución no está ni detrás de Putin, ni detrás de Biden, ni detrás de Macron, todos ellos belicistas. La solución está en la unidad de los pueblos y los trabajadores de todo el mundo contra la guerra y la explotación. ¡Tropas rusas fuera de Ucrania! ¡Tropas francesas fuera de África! ¡Tropas de EEUU y de la OTAN fuera de Europa!

El CORCI se felicita al enterarse que, en tres días miles, de trabajadores y jóvenes han firmado este llamamiento del POID, demostrando que, en Francia, como en todos los grandes países imperialistas, los trabajadores se niegan a seguir las instrucciones de los dirigentes de las organizaciones obreras que les llaman a unirse detrás de su propia burguesía.

2.- Al redactar el prólogo su folleto El imperialismo, fase suprema del capitalismo, Lenin, en 1917, se propone como objetivo permitir a los obreros captar «un problema económico capital sin cuyo estudio no es imposible comprender la guerra y la política actuales, me refiero a la naturaleza económica del imperialismo». Y en la misma obra Lenin afirma: «Las guerras imperialistas son absolutamente inevitables mientras exista la propiedad privada de los medios de producción». La guerra desencadenada por la irrupción de las tropas rusas en Ucrania no puede entenderse sin situarla en el contexto de la época del imperialismo decadente y descompuesto. En un contexto evidentemente diferente, o que es cierto para la Primera Guerra Mundial imperialista de 1914-1918 es cierto para la guerra actual. Por supuesto, no es una guerra mundial, pero tiene las características de una guerra mundial porque en realidad, en el terreno ucraniano donde se enfrentan Rusia y Ucrania de manera directa, detrás de Ucrania, están las principales potencias imperialistas reunidas en la OTAN y, aunque no sea tan directo, detrás de la ofensiva imperialista contra Rusia, está China.

3.- ¿Cuáles son esas raíces económicas de la guerra? Es la mayor crisis del régimen capitalista, basado en la propiedad privada de los medios de producción. Régimen cuya supervivencia se logra a costa de procesos que se alejan cada vez más de la esfera de la producción de plusvalía, para volver a ella en condiciones de mayor presión sobre la clase obrera y sus organizaciones. Recordemos que, en 1971, cuando el imperialismo estadounidense decidió desconectar el dólar del oro, Nixon se preguntó: ¿Qué hacer después? Desde entonces la clase dirigente ha provocado todas las manipulaciones especulativas, monetarias y financieras que han conducido a burbujas especulativas y a sucesivas crisis, especialmente en 2000, 2007-2008 y más recientemente con ocasión de la pandemia. Tras la caída del Muro de Berlín, fueron generalizadas las guerras interminables, socavando a las naciones al hacer pagar a los pueblos la necesidad de desarrollar una industria de armamento en constante expansión. Finalmente, volvemos a Marx para quién el capital es: «es siempre dinero floreciente». Y para que florezca por todos los medios, debe florecer incluso cuando los medios de valorización del capital en la producción directa de mercancías se hacen cada vez más difíciles. De ahí que hoy en día los accionistas sean cada vez más inversionistas institucionales de considerable poder financiero: fondos de inversión, fondos soberanos, etc., que drenan montañas de capital y los desplazan, dada la desregulación, con notable agilidad y donde, de la noche a la mañana, ramas enteras de la industria son decretadas «obsoletas» porque ya no son suficientemente rentables y por lo cual son liquidadas.

4.- La crisis del régimen fundado en la propiedad privada de los medios de producción se manifiesta en la tendencia a la generalización de «la transformación de las fuerzas productivas en fuerzas destructivas» descritas por Marx y que adquieren una importancia creciente en la fase imperialista. Y entre estas fuerzas destructoras, el lugar cada vez más importante que ocupa una de ellas es la industria de armamento, el «militarismo», según la expresión de Rosa Luxemburgo a principios del siglo XX. Se trata de un mercado en constante crecimiento, que devora miles de miles de millones de dólares de los presupuestos de los Estados, y que tiene la particularidad de que el consumo de los bienes que produce -las armas- requiere la provocación de cada vez más conflictos y guerras. Un mercado que domina sin compartir las grandes multinacionales estadounidenses: de las 100 principales empresas que dominan el mercado de armas, 51 son estadounidenses, incluidas las cinco primeras. En cuanto a la Administración Biden, en diciembre de 2021 aprobó el mayor presupuesto militar de la historia de los Estados Unidos, 778 mil millones de dólares.

5.- El origen de la actual crisis en Ucrania es la ofensiva dirigida por el imperialismo estadounidense para reforzar la presencia de la OTAN en Europa del Este. «Los aliados han puesto en práctica las decisiones adoptadas en la Cumbre de Varsovia de 2016 para establecer una presencia avanzada de la OTAN en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, y para desarrollar una presencia avanzada adecuada en la región del Mar Negro»: la propia OTAN (en su página web, enero de 2022) reivindica esta política de cerco y presión militar sobre Rusia. Una política que es inseparable de su política general de cerco militar y ofensiva contra China.

6.- Desde hace un año, la ofensiva particular del imperialismo estadounidense contra China ha aumentado considerablemente. ¿Por qué? Primeramente, porque se trata de un inmenso mercado que en parte no está disponible para el capital financiero estadounidense. E incluso la parte de este mercado de la que el capital puede disponer, tiene que ajustarse a las condiciones establecidas por el poder de la burocracia en el poder en China, obstaculizando las condiciones para la explotación directa de la fuerza de trabajo china conformemente a las exigencias del capitalismo estadounidense. La pandemia puso de manifiesto el hecho de que el monopolio del poder político del Partido Comunista Chino y el control de la economía, su continuo monopolio del comercio exterior y la creación monetaria, significó que durante la pandemia el Partido Comunista Chino pudo tomar un camino diferente al de los Estados Unidos y otros imperialismos. Escribir esto no implica poner un signo de más al poder chino, es enunciar hecho objetivo. La burocracia pudo hacerlo porque tenía en sus manos ese poder político y económico concentrado, en contradicción con la «ley del mercado» y la «libre empresa».

7.- Esto no quita el carácter completamente contrarrevolucionario y antiobrero de la burocracia china. Lo ha demostrado en los últimos meses, con la liquidación y liquidación de los sindicatos de trabajadores en Hong Kong, con la represión contra los trabajadores y las huelgas en la China continental, etc. Pero la ofensiva del imperialismo estadounidense contra China es una expresión del hecho de que, incluso confiscada por la burocracia, la propiedad estatal sigue siendo intolerable para el imperialismo. Por ello, en el último año se ha producido un cambio cualitativo en la naturaleza de las declaraciones del imperialismo hacia China. Así lo expresó Biden el 31 de agosto, tras la salida del último soldado estadounidense de Afganistán, cuando anunció la «nueva estrategia de Estados Unidos», quienes desde ahora «están comprometidos en una seria competencia con China». Lo que durante años habían sido críticas, declaraciones, se ha convertido ahora en amenazas de guerra. No sólo con palabras, sino con hechos. No hay que contar los cambios en el aparato militar del imperialismo estadounidense que se prepara para el enfrentamiento con China: desde las maniobras en el Mar de China y frente a las costas de Taiwán hasta las nuevas alianzas militares (Aukus* con Australia y el Reino Unido, Quad* con Australia, India y Japón), pasando por la creación de un centro de la CIA especialmente dedicado a China, etc. Detrás de todo esto, volvemos al problema fundamental de la extorsión de la plusvalía por la explotación capitalista.

8.- La oligarquía rusa (surgió de la descomposición de la burocracia), nació de las privatizaciones, del saqueo de la propiedad de Estado en la URSS que se inició hace más de treinta años, cuando la burocracia llegó al final de su naturaleza «restauracionista» al liquidar las relaciones sociales surgidas de Octubre de 1917,realizando el pronóstico de León Trotsky en La Revolución Traicionada: «la caída de la actual dictadura burocrática, sin su sustitución por un nuevo poder socialista, anunciaría así un retorno al sistema capitalista con un declive catastrófico de la economía y de la cultura”. El saqueo de las capacidades productivas del país, heredado de la URSS, confiere a esta capa oligárquica un poder parasitario sobre la economía rusa, así como un cierto lugar en la escala mundial (de la que la economía mafiosa es un sector cada vez más importante). En particular, tiene bajo su control a las grandes empresas que producen y exportan gas y petróleo. La oligarquía rusa es de naturaleza capitalista, en el sentido de que está integrada en la economía capitalista mundial.

Pero no está a la altura de las antiguas potencias imperialistas, como aprendió por las malas al perder billones en 2008. Está dispuesta a aliarse con cualquiera que quiera aliarse con ella mientras conserve, o intente conservar, su posición a escala nacional y regional sin desafiar nunca el orden mundial dominado por el imperialismo estadounidense. En los últimos años, en muchas circunstancias, la oligarquía rusa ha estado al lado del imperialismo estadounidense contra los pueblos. Por ejemplo, en Siria en nombre de la llamada «lucha contra Dáesh». Más recientemente, fue en nombre de la preservación de los intereses de las grandes multinacionales norteamericanas y europeas que están saqueando los enormes recursos naturales del país que el régimen de Putin envió tropas rusas para aplastar el levantamiento de los trabajadores en Kazajistán a principios de enero de 2022.

9.- En el conflicto entre China y los Estados Unidos, que por el momento no está abierto en el plano militar, la oligarquía rusa, por sus propias razones y hasta ahora, ha jugado la carta de China. Pero, por supuesto, esto puede cambiar mañana. El objetivo de Putin y su entorno era, obviamente que, jugando la carta de China, podría aflojar el dominio del imperialismo estadounidense. Por sus propios motivos, China ha jugado la carta rusa en cierta medida y por sus propias razones. Nótese que, desde la invasión de Ucrania, el apoyo de China a Rusia ha sido muy moderado. En su ofensiva general de militarización del planeta y tratando de restablecer su control para preparar las condiciones de una ofensiva contra China, el imperialismo estadounidense aprovechó la posición rusa como pretexto para provocar una escalada, tendiendo, en cierto modo, una trampa a Putin en la que él cayó.

10 – Para el imperialismo estadounidense ha sido la oportunidad para reunir a todos los demás imperialismos detrás de él y colocarlos estrechamente bajo su dirección militar y esto a pesar de las contradicciones que son muy reales: no existe un «superimperialismo». De tal suerte, el imperialismo alemán tiene sus propias razones para no seguir al imperialismo estadounidense hasta el final, entre otras cosas porque son los capitalistas alemanes quienes tienen más intereses económicos y comerciales en Rusia, y más que perder, empezando por el gasoducto Nord Stream 2 que abastece a la industria alemana de gas ruso barato, del que el gobierno alemán acaba de “suspender” la licencia de operaciones. Las sanciones económicas contra Rusia afectarán a los países que aplican las sanciones, pero no a todos en la misma manera: Alemania será la primera en verse afectada por las consecuencias de las sanciones contra Rusia, y en menor medida Francia y otros. También es una contradicción para [el presidente francés -ndlt] Macron y las instituciones de la Unión Europea, porque cuanto más se desarrolla la crisis, más aparece «Europa» como una «Europa-OTAN» y no como una «Europa-Unión Europea». Ahora Macron, en el pequeño juego político que es el suyo y el lugar que le gustaría ocupar, tiene interés en jugar la carta de la Unión Europea más que la de la OTAN, la de la diplomacia más que la de la guerra. Pero la política del imperialismo estadounidense se impone a todo el mundo y obliga a los capitalistas alemanes, franceses, etc., a alinearse detrás de él.

11.-Así se desintegra la llamada «construcción europea» y sus instituciones. Todas las potencias imperialistas europeas, incluidas Alemania y Francia, se encuentran cada vez más «a remolque» de los Estados Unidos. Por ello, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha sido el que más se ha manifestado en las circunstancias actuales, porque al no estar ligado a la preservación de la camisa de fuerza de la Unión Europea, él aparece como el representante casi oficial de los intereses estadounidenses en el continente europeo.

12.- En el momento de escribir estas líneas, los combates se suceden en las afueras de Kiev. Podría parecer que, tras meses de negociaciones, escaladas y provocaciones por ambas partes, es el régimen de Putin el que se encuentra en una posición de fuerza. ¿Pero no es la apariencia de las cosas? Como escribimos, citando a un militante antiguerra estadounidense hace varias semanas: ¿y si, después de todo, fuera Biden quien tiene interés en que Rusia invadiera Ucrania, por ejemplo, para justificar un aumento constante del presupuesto militar estadounidense, la expansión de su dispositivo militar, el cuestionamiento de los acuerdos comerciales de sus competidores imperialistas en Europa, etc.? ¿No es esto lo que está ocurriendo? Reproduciendo un esquema que ha sido el suyo en muchas ocasiones, el imperialismo estadounidense (y detrás de él todos los demás imperialismos) ha impulsado el estallido de la guerra y pretende que ésta le permita arruinar a los beligerantes y en particular a Rusia, sometida a sanciones económicas. El imperialismo norteamericano tiene, como ha hecho muchas veces en el pasado, el proyecto de sacar las lecciones implicándose lo menos posible en el propio conflicto, y tanto peor para los pueblos de Ucrania y Rusia que pagarán las consecuencias a un alto precio, esta es la lógica del imperialismo. Como lo señala un académico francés: «El conflicto entre Ucrania y Rusia refuerza la posición de los estadounidenses y de la OTAN contra China”. (25 de febrero 2022).

13 – Un aspecto importante de la situación actual que el imperialismo pretende aprovechar es la unión sagrada que cada gobierno está llamando a sellar en torno a sí mismo. Es el apoyo a la política de Biden por parte de los principales dirigentes del movimiento sindical en los Estados Unidos. Se trata de la declaración de Starmer, líder del Labour Party [Partido Laborista] británico, que se pone firmes detrás de Johnson porque «Putin quiere ver la división entre nuestros aliados, entre nuestros miembros de la OTAN y entre los partidos políticos aquí en el Reino Unido. Y no vamos a estar divididos». Es la política de Scholtz y de los dirigentes del SPD en el gobierno de coalición con la burguesía en Alemania. En Francia, son los diputados del Partido Socialista, del Partido Comunista y de La France Insoumise participaban el 25 de febrero en la ovación en el parlamento, acogiendo el discurso «belicista» de Macron. Jean-Luc Mélenchon comentó: «El presidente no dijo nada en particular. Podemos entenderlo. Pide la unidad del país. Si es sincero, debe darse los medios para hacerlo”. (24 de febrero). El mismo día dijo: «Para la Unión Europea ha llegado el momento de la protección mutua”. En otras formas, es el apoyo a la intervención militar en Ucrania dado por Zyuganov, del Partido «Comunista» de la Federación Rusa, un mes y medio después de haber apoyado la intervención militar contra la revuelta obrera en Kazajistán.

14.- En cada país, esta unión sagrada tiene el objetivo de permitir una ofensiva brutal e inmediata contra la clase obrera, contra el movimiento obrero, en nombre de «todos contra Rusia». Ya se anuncia que a la vertiginosa alza de precios de estos últimos meses se sumará inevitablemente una subida de los precios del gas, del petróleo, y del trigo, por tanto, del pan, la pasta, etc. La ofensiva contra el poder adquisitivo de las masas en todo el mundo, que ya es extremadamente brutal desde hace meses, encontrará aquí un argumento aparentemente «ineludible» para agravarse.

15.- El CORCI condena a los responsables del sufrimiento impuesto al pueblo ucraniano: la agresión militar rusa y la guerra. Condena a los responsables del sufrimiento que se impondrá al pueblo ruso por el efecto de las sanciones económicas, por no hablar del agravamiento de la represión que seguramente desatará el régimen contra los trabajadores y el pueblo de Rusia. Como acaba de hacerlo al detener a cientos de participantes en las manifestaciones contra la guerra. Para el CORCI, si la respuesta bélica de Putin es indudablemente el resultado de una provocación imperialista, totalmente reaccionaria. Sean cuales sean las circunstancias y el contexto general en el que se produce, la agresión militar rusa contra Ucrania forma parte de la continuidad de la opresión chauvinista secular de la «Gran Rusia» contra el pueblo ucraniano. La del imperio zarista «prisión de los pueblos», la del estalinismo resucitando la opresión nacional, especialmente contra el pueblo ucraniano. Es la naturaleza contrarrevolucionaria de la oligarquía rusa la que se expresa de nuevo, como lo hizo hace mes y medio en el sangriento aplastamiento de la revuelta obrera en Kazajistán.

16.- Vale señalar que Putin en su discurso del 22 de febrero para justificar la intervención denunció la existencia de Ucrania como consecuencia de la revolución de Octubre de 1917. Debería pasar a llamarse «Ucrania Vladimir Ilich Lenin», ironizó sobre la «descomunización» de Ucrania bajo la bota de su ejército. Un homenaje involuntario a la revolución obrera en Rusia pagado por este antiguo agente de la policía política del estalinismo reconvertido a las privatizaciones mafiosas. Porque fue la Revolución de Octubre de 1917 la que liberó a las nacionalidades oprimidas del antiguo imperio zarista y abrió el camino a una Ucrania independiente. Con este recordatorio, Putin está diciendo a las potencias capitalistas occidentales: «Estamos en el mismo bando, en el de la opresión de los pueblos y el de los anticomunistas, así que no os confundáis de adversario”.

17 – Combatiendo por la reconstitución de la IV Internacional, el CORCI reivindica la política de Lenin sobre la cuestión nacional: «Sostenemos firmemente lo que es indiscutible: el derecho de Ucrania a constituir en tal Estado. Respetamos este derecho. No apoyamos los privilegios de la Gran Ruso respecto de los ucranianos; educamos a las masas en el espíritu de reconocer este derecho, en el espíritu de repudiar los privilegios de Estado de cualquiera que sea la nación”. (Del derecho de las naciones a la autodeterminación, 1914).

El CORCI está al lado de los trabajadores y del pueblo de Ucrania agredidos, con los miles de trabajadores y jóvenes de Rusia que el 24 de febrero salieron a la calle para gritar «¡No a la guerra!» Es por esto que la IV Internacional plantea las consignas «Retirada de las tropas rusas de Ucrania» y «Respeto a la soberanía de Ucrania», porque esto no se logrará bajo la bota del ejército ruso, ni bajo el actual gobierno ultrarreaccionario vendido al imperialismo.

18 – Condenando la intervención rusa, la IV Internacional no puede participar de ninguna manera en ninguna forma de «unión sagrada». Todos los que denuncian la intervención rusa, pero se callan sobre la responsabilidad criminal del imperialismo, de la OTAN y de su propio gobierno capitalista están en la unión sagrada. Las organizaciones del CORCI afirman: «Ni Putin, ni Biden, ni Macron, ni Scholz, ni Johnson, etc.», y la vinculan a la exigencia de «retirada de las tropas rusas de Ucrania», a la exigencia de “Ni un soldado de nuestro país para la OTAN”, “Desmantelamiento de la OTAN», “No a las sanciones contra Rusia”, ligada, por ejemplo, en Francia, a la consigna «¡Tropas francesas, fuera de África!». El combate contra cualquier forma de unión sagrada significa en cada país ayudar a los trabajadores a llevar a cabo su propia lucha de clase, y combatir por la preservación de la independencia de las organizaciones obreras significa combatir por la unidad de los trabajadores y sus organizaciones contra su propio gobierno imperialista. Esta es la única posición obrera internacionalista que responde a los intereses de los trabajadores de todo el mundo. Sobre estas consignas, las organizaciones del CORCI formarán parte de las movilizaciones obreras contra la guerra. Es en esta orientación que están preparando la Conferencia Mundial contra la guerra y la explotación, por la Internacional Obrera (París, 29-30 de octubre de 2022).

(1) Señalemos que el centro revisionista que provocó la escisión de la IV Internacional en 2015, y cuyos partidarios en Francia están integrados en la Unión Popular de Mélenchon, aplicando su política, el 26 de febrero tuvieron la osadía de publicar una declaración fraudulenta firmada por un tal “secretariado internacional de la IV Internacional”, en la cual toman posición contra la Unión Nacional de manera general, sin evocar (y menos aún enunciar), el posicionamiento de los diputados de la Unión Popular en la Unión Nacional.

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Notas de traducción

[*] Aukus, por sus siglas en inglés. Acuerdo entre los Estados Unidos, Australia y el Reino Unido

[*] QUAD, por sus siglas en inglés Quadrilateral Security Dialogue (Diálogo Cuadrilateral sobre Seguridad entre los Estados Unidos, India, Japón y Australia).

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