En Rusia, el 24 de febrero, primer día de la guerra, surgió espontáneamente un poderoso movimiento de oposición contra ella. El sitio web ruso OVD-Info, que registra los actos de represión, informa de que desde el 24 de febrero han sido detenidos más de 13 500 manifestantes contra la guerra. Esto significa que probablemente se han manifestado cuarenta o cincuenta veces más ciudadanos… en un país donde participar en una manifestación no autorizada puede llevar a la cárcel.

La represión se desata
El 3 de marzo, la Fiscalía General dictaminó que la participación en las manifestaciones era «extremismo», castigado con fuertes multas y hasta seis años de prisión.
Los días 3 y 4 de marzo, la Duma (Parlamento) aprobó enmiendas al Código Penal que aumentan las penas para los acusados por «difundir información falsa sobre las fuerzas armadas» hasta 15 años de prisión. El régimen ha prohibido el uso de la palabra «guerra», refiriéndose a ella como una «operación especial». Durante la noche del 4 al 5 de marzo, la policía llevó a cabo cientos de registros.
La crisis del régimen crece
Pero la brutalidad de las medidas represivas sólo refleja el pánico en la cúpula del régimen ante una movilización cada vez más masiva que no controla. Un régimen en crisis: su base social, los principales oligarcas – que han perdido varios cientos de miles de millones de dólares en la última semana – empiezan a hacer oír su voz. Oleg Deripaska, el jefe de Rusal (aluminio), ha sido el que más ha cuestionado el «capitalismo de Estado», es decir, el Kremlin. Entre los principales oligarcas que critican al régimen se encuentra el jefe de Lukoil y del Grupo Alfa (petróleo, gas, banca, seguros).
Primera huelga contra el derrumbe del nivel de vida
Las consecuencias de las sanciones y el colapso del rublo, provocando el der rumbe del poder adquisitivo de las masas. En la fábrica petrolera Gemont, en Nizhne- kamensk, Tatarstán, 5 de marzo, varios cientos de obreros turcos se pusieron en huelga por el pago salarios atrasados. Por lo cual, el régimen de Putin se ve obligado a utilizar tanto el garrote como el zanahoria. El 6 de marzo, la agencia RIA Novosti anunció una nueva ley de Putin que confisca cuentas bancarias de altos funcionarios si el monto supera tres años de sus ingresos. El régimen tiene que hacer creer al pueblo, afectado por las sanciones imperialistas y el aumento de los precios, que también está golpeando los ricos.
6 de marzo, de nuevo son decenas de miles
Pero nada funciona: ni la represión, ni el desencadenamiento de la propaganda «patriótica», ni la demagógica, detiene al movimiento. El domingo 6 de marzo, se produjeron manifestaciones masivas contra la guerra en centenares de ciudades de toda Rusia. OVD-Info indica que la policía procedió a 5 020 detenciones en sesenta y nueve ciudades el mismo día.
En un furgón de policía en San Petersburgo, el 6 de marzo

En San Petersburgo, los jóvenes manifestantes detenidos y golpeados se toman una foto haciendo la V de la victoria en el «furgón de policía» (foto).
En Kazán (Tartaristán), los manifestantes corean «¡No a la guerra! ¡Nuestros hijos no son carne de cañón”! No obstante, los institutos de sondeo controlados por el régimen (VTSIOM, FOM), la mitad de las personas entrevistadas menores de 30 años se oponen a la guerra.
«Nuestro enemigo no está en Kiev ni en Odessa, sino en Moscú».

Las iniciativas se multiplican, como un llamamiento de 5 000 profesores contra la guerra. O la iniciativa de 300 dirigentes del Partido Comunista y el Komso mols (Juventud Comunista) contra la posición pro guerra de su partido*. «Varios cientos de nosotros estamos amenazados de exclusión», indica un responsable regional del Komsomol en una ciudad de la zona de Siberia. Citamos un ejemplo, el manifiesto de la «Coalición de Socialistas contra la guerra», que concluye diciendo: «Nuestro enemigo no está en Kiev ni en Odessa, sino en Moscú. Ya es hora de deshacerse de ellos. La guerra no es Rusia. La guerra es Putin y su régimen. Por eso nosotros, socialistas y comunistas, estamos en contra de esta guerra criminal. Debemos detenerlo para salvar a Rusia. ¡No a la intervención!,
¡No a la dictadura!, ¡No a la miseria!”.
Con nuestros corresponsales en Rusia
Entre las víctimas de la represión
El 5 de marzo, en Kostroma, Irina Shumilova fue detenida por haber alboreado un cartel: «La operación especial se financia con nuestros impuestos, pero para pagar la hospitalización de nues- tros hijos, tenemos que mendigar» (foto). Ella fue condenada a una multa con 30 000 rublos (250 euros, aproximadamente un mes del salario medio en muchas partes de Rusia).

El 6 de marzo en Krasnoyarsk (Siberia Central), la manifestante Vera Kotova es detenida, acusada de haber escrito sobre la nueva «Abajo la guerra» al pie de la estatua de Lenin durante una manifestación. Irina Shumilova (Kostroma, el 5 de marzo) El 7 de marzo en Dzerzhinsk (suburbio de Nizhny Novgorod), Andrei Rudoi, militante de la Unión de marxistas y ex presidente del Sindicato de Profesores de Rusia, fue detenido luego de una «denuncia anónima» acusándolo de «propagar el odio, llevar a cabo acciones extremistas, agrupando elementos de la izquierda radical».
Las madres de los soldados frente al Gobernador
Una conversación, ampliamente difundida en vídeo en las redes sociales muestra al gobernador de Kemerovo (zona industrial siberiana de la región de Kuzbass) frente a las madres de los soldados.
Una madre: ¡»Ustedes utilizan a nuestros hijos como carne de cañón”!
Otra: ¿“Por qué los han do ahí”? Son jóvenes ¡“Sólo tienen 20 años”!
Otra: «Y tú, ¿dónde está tu hijo”?
El gobernador, avergonzado: «… Mi hijo está en la universidad…»
Una madre se indigna: ¡“En la universidad”!
El gobernador: «Esto es una «operación especial»… los han utilizado”
Una madre le corta la palabra: ”¡Son ustedes los que han utilizado a nuestros hijos! Ustedes los han utilizado!”
El gobernador, desestabilizado: «Todo esto terminará pronto… Tenemos que dejar de hablar de ello…».