El pasado 13 de mayo, en su conferencia matutina el Presidente Andrés Manuel López Obrador anuncio que se declaró desierta la licitación para la construcción de la Refinería de Dos Bocas, Tabasco. El presidente explico que ninguna de las compañías que aspiraban a construirla presentaron un presupuesto viable, ya que todos excedían el costo estimado (8,000 millones de dólares), en esta conferencia se anunció que la secretaria de Energía Rocío Nalhe sería la encargada de la construcción y que el propio PEMEX participaría en la obra.
Este anuncio generó una oleada de críticas en los medios de comunicación empresariales, EL Economista (periódico de negocios) expreso en un artículo de opinión que “la construcción de la Refinería de dos bocas sería más grave aún, que la cancelación del aeropuerto” (1) Luis Miguel Gonzalez, escribió “El peso perdió unos centavos luego del anuncio, mientras se encarecía el costo del seguro contra los defaults de la petrolera mexicana. ¿Por qué los mercados reaccionan así? Pemex es una empresa muy endeudada y se está aferrando a un proyecto que tiene altas posibilidades de fracasar. La reacción de ayer es una cachetadita, comparada con lo que puede venir: baja en la calificación de la deuda de Pemex y de la deuda soberana de México. Turbulencia en los mercados”
Por su parte un articulo del portal Animal Político cita lo siguiente: “Se valida nuestra preocupación en torno a que los estimados del gobierno de México fueron optimistas”, dijo el analista de Moody’s, Peter Speera. “Esto también eleva el riesgo de retrasos y sobregiros de costos que pudieran sumar más presión a las finanzas de Pemex”. Banco Base alertó sobre el costo para las finanzas públicas por la construcción de la refinería de Dos Bocas, con la coordinación, administración y supervisión de Pemex y la Secretaría de Energía. “Uno de los principales riesgos es la presión que este proyecto generará sobre las finanzas públicas, pues hace más probable un recorte a la calificación crediticia de México”, aseveró(2).
AMLO prometió en campaña la construcción de esta y otras dos refinerías, además de modernizar las actuales con la intención de recuperar la soberanía energética, que se ha perdido en las últimas décadas como consecuencia de las políticas de privatización de PEMEX, empresa que se ha manejado para llevarla a la quiebra. Hoy México importa el 68 % de las gasolinas que se consumen y el precio de las mismas no ha dejado de subir, lo que es una gran contradicción ya que México es una potencia en extracción de crudo.
Según los analistas burgueses, el negocio del petróleo no está en la refinación sino en la extracción, por lo cual deberíamos seguir en el esquema de importación de gasolinas que en realidad solo representa una sangría de los recursos de la nación en beneficio de las grandes petroleras extranjeras de las cuales son socios los ex gobernantes del país.
Por otra parte los empresarios y banqueros, argumentan que PEMEX es la empresa más endeudada de la nación y del mundo, que las decisiones del gobierno solo empeoraran la situación, y han forzado al gobierno AMLO a renegociar la deuda de la paraestatal para garantizar el pago y calmar a los “mercados”, pero son estos mismos sectores en el gobierno fueron los que amarraron a PEMEX a este esquema de financiamiento, que beneficia a los grandes bancos extranjeros, y que solo financiaban el subsidio a las empresas privadas locales, como los gasolineros o transportistas, entre los cuales figuran políticos y empresarios locales, que se beneficiaron de la apertura de esos mercados, modificando las leyes a su conveniencia, es el miedo a perder este negocio el que pone furiosos a los mercados y sus voceros.
¿Cómo se puede explicar que una empresa tan rentable como PEMEX, con el negocio más importante del mundo este hoy endeudada, sino es por el mal manejo de los gobernantes?
Quieren achacar el problema a los trabajadores petroleros, diciendo que el problema es que se arrastra el “pasivo laboral” que se trata del costo del “Contrato Colectivo más caro de México”, sin dejar de lado la corrupción de los dirigentes sindicales que también se beneficiaron del desmantelamiento y destrucción de la empresa.
Hoy es urgente recuperar nuestra soberanía energética, pilar esencial de la soberanía de nuestra nación, PEMEX fue creada con el objetivo de servir al desarrollo de la nación y gracias a ella se pudo financiar buena parte de los servicios públicos, la construcción de escuelas y hospitales, los salarios de los trabajadores estatales y la economía de la nación, los gobierno llamados” neoliberales” hicieron todo lo posible para poner en manos de privados las ganancias del petróleo.
La propuesta de AMLO de generar nuestras propias gasolinas es un paso adelante, pero esto no es suficiente y se topa con las leyes aprobadas en las últimas décadas y los esquemas de negocios impuestos a la paraestatal. La pregunta que surge: ¿es posible recuperar la soberanía sin abrogar la reforma energética, sin revertir la privatización de todas las áreas de PEMEX? Puede una política independiente implementarse siguiendo las órdenes de las calificaciones y el contentillo del capital trasnacional.
Como hizo Cárdenas en 1938, hoy es necesario una ruptura con esos intereses, que no son los de la nación, la construcción de las refinerías deber ir acompañado de un golpe de timón en la política energética que debe ponerse al servicio del desarrollo nacional. El primer paso abrogación de las reformas estructurales y avanzar en la renacionalización de lo privatizado.
2.- https://www.animalpolitico.com/2019/05/empresarios-calificadoras-riesgo-refineria-dos-bocas-pemex/