A finales de mayo de esta año, Rusia sufrió su peor desastre ambiental de los últimos años, Derrame de petróleo de Norilsk, como ha sido conocido en los medios, ha generado un escandalo en aquel país, luego de que se supo que la infraestructura de la empresa no había sido sustituida desde hace mas de 30 años, cuando fue privatizada después de la desintegración de la URSS.
Esta práctica no es desconocida por los trabajadores mexicanos de las empresas privatizadas en la década de los ochenta y noventa (un ejemplo son los ferrocarriles, la televisión, la telefonía, los bancos…), cuyos dueños se han echo multimillonarios con el saqueo de la inversión en infraestructura que realizó todo el pueblo de México para poner en pie dichas empresas,
A continuación, presentamos un articulo de los camaradas del CORCI en Rusia, que muestra los resultados destructivos para la población y el medio ambiente de la privatización de empresas publicas y el papel de los burócratas estalinistas que impulsaron y se beneficiaron del proceso de desintegración de la Unión Soviética, convirtiéndose en una mafia a la que hemos nombrado la nomenklatura.
El 29 de mayo, en el Grand Nord siberiano, cerca de la aldea industrial de Norilsk Territorio de Krasnoïarsk, un deslizamiento de tierra hizo colapsar un tanque de almacenamiento de la central térmica de Nornickel, inundando los ríos locales con hasta 42,000 metros cúbicos (35,000 toneladas) de diésel provocando una gigantesca marea de color rojo, visible desde el espacio.
Dias después esta contaminación penetró en el acuífero del lago Piassino de sesenta kilómetros de largo, destruyendo su importante biosfera. Los científicos dicen que tomará décadas reconstruir lo que ha sido destruido, Ahora, la marea roja, empujada por fuertes vientos, amenaza con verterse en el Mar de Kara, que es parte del Océano Ártico.
Herederos de la burocracia y de sus prácticas, las autoridades rusas, como de costumbre, comenzaron afirmando que la situación estaba bajo control para luego declarar un estado de emergencia a nivel nacional… se apresuraron a buscar «culpables» para el juicio de la opinión pública, arrestaron a Viacheslav Starostine, el encargado del taller, pero pronto quedó claro que no era creíble culparlo por el accidente, así que arrestaron al jefe de la central térmica, a su ingeniero jefe, a su adjunto y finalmente al alcalde de la ciudad de Norilsk.
La central térmica pertenece a la gigante empresa minera y metalúrgica Norilsk Nickel. Esta empresa es el producto de las privatizaciones durante la década de 1990, cuando, bajo la presidencia de Boris Yeltsin, las joyas de la industria soviética fueron vendidas, monopolizadas por «oligarcas» con métodos de la mafia, constituyendo fortunas gigantescas por el saqueo de propiedad del Estado. Norilsk Nickel era propiedad del Estado cuando fue privatizada en 1993, administrada por Vladimir Potanine quien todavía posee un tercio de ella.
Según el ranking de la revista Forbes, Potanin es el multimillonario más rico de Rusia y el 41º del mundo. Miembro de la burocracia (del Partido Comunista) , se formó en el prestigioso Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú del Ministerio de Relaciones Exteriores. (MGIMO) a fines de la década de 1970, luego pasó al «mundo de los negocios» después de la liquidación del Unión Soviética en 1991. También fue ministro de Yeltsin.
Para Potanine, la causa del accidente fue el derretimiento, debido al calentamiento global, del permafrost, esta capa de hielo que cubre una cuarta parte de la masa terrestre en el hemisferio norte. Durante una videoconferencia el 5 de junio, en una puesta en escena como las que estamos familiarizados, Putin arrestó brutalmente a Potanin, acusándolo de no haber realizado las inversiones necesarias en infraestructura. Avergonzado como requería esta puesta en escena- el oligarca multimillonario prometió al «buen zar» sacar 10 mil millones de rublos de su propio bolsillo para reparar el daño. Algunos trabajadores fueron arrojados a prisión, el «buen zar» dio una conferencia pública acusando al oligarca, que reconoce alguna «negligencia»: ¡y listo!
La verdad es que este nuevo desastre, como todos los desastres humanos y ambientales ocurridos en los territorios de la antigua Unión Soviética en los últimos 30 años, tienes una causa: la privatización.
Un informe de 2018 de la Norilsk-Taimyr Energy Company (que suministra energía, agua y calefacción a la ciudad de Norilsk) muestra que el 76% de la red de tuberías de calefacción y el 74% de las tuberías de agua han excedido su vida útil en treinta años y solo operan con un «margen de seguridad constructivo» (según el informe). Este es también el caso del 90% de los equipos en la central térmica donde ocurrió el accidente y del 72% de las instalaciones mineras de Norilsk Nickel. Si no hubiera sucedido en esta central térmica, el desastre podría haber sucedido en cualquier otro lugar.
¡Dos semanas antes del desastre, los accionistas de Norilsk Nickel cobraron $ 2 mil millones en dividendos! Ya se habían otorgado 3.600 millones de dólares en 2019 … mientras que la infraestructura, nunca ha sido reemplazada desde 1991, está deteriorada, en mal estado. «La causa raíz de este desastre es que el patrimonio industrial soviético de Norilsk cayó en manos de los capitalistas, que obtuvieron enormes ganancias durante veinticinco años sin invertir nunca un kopeck (un centavo NTD) en mantenimiento de instalaciones. La única solución es renacionalizar la empresa para salvar a nuestra ciudad de 200,000 personas y su entorno «, dijo un observador local.
Artiom Fyodorov