Chile: Lo que dice el resultado del referéndum del 25 de octubre

Después de las elecciones presidenciales del 17 de octubre en Bolivia, el imperialismo estadounidense ha sufrido otro revés en América Latina, que ha considerado su patio trasero durante más de cien años.

El domingo 25 de octubre, el gobierno de Piñera convocó un doble referéndum para tratar de apaciguar la revuelta de trabajadores y jóvenes que había surgido en octubre de 2019 al grito de: «No son 30 pesos, pero 30 años» (no son 30 pesos, pero 30 años) (ver Puntos de referencia a continuación).

La respuesta es definitiva. 78% de los votantes se pronuncian a favor de una nueva Constitución, por tanto para poner fin a la Constitución de la dictadura de Pinochet, vigente desde 1980. Y el 79% dijo que esta nueva Constitución debería emanar de una «Convención Constituyente», y no de un organismo integrado por el 50% de los miembros del Parlamento actual.

En el terreno distorsionado de este referéndum, se expresó la aspiración a una Asamblea Constituyente soberana, capaz de barrer con todas las instituciones heredadas de la dictadura y su política de subordinación a las multinacionales, el FMI y la administración estadounidense.

Una aspiración expresada mil veces en las calles durante el último año. Y esto sobre todo porque el régimen ha demostrado su absoluta incapacidad para proteger a la población, tanto contra la epidemia de Covid-19 como contra el hambre durante el encierro: “Si no es el virus, será el hambre lo que vamos a matar ”, denunciaron los habitantes rebeldes del barrio obrero de El Bosque, el pasado mes de mayo.

Por supuesto, los dirigentes que hablan en nombre de los trabajadores han hecho todo lo posible durante un año para preservar un marco institucional que habían protegido durante los treinta años de «Concertación», que siguieron a la caída de la dictadura en 1990. Pero el movimiento de la clase trabajadora ha sido más fuerte que todas sus maniobras burocráticas. Obligó a los dirigentes de todas las organizaciones (PS, PC, Front Ample y la histórica central sindical, la CUT) a renunciar a su aceptación de la Constitución de 1980 y, el 25 de octubre, a convocar a votación contra la Constitución vigente. Revivió las mejores tradiciones de lucha y solidaridad de la clase obrera chilena, como las Ollas comunes (1) en los distritos obreros asolados por el hambre.

Cuarenta y siete años después del golpe de Estado del general Pinochet y la CIA (2), la clase obrera chilena afirmó que todavía estaba en pie, disponible para la lucha por vengarse de la dictadura y ajustar cuentas en sus verdugos.

Dominique Ferrer

Extraído de Tribuna de los Trabajadores 262

(1) Las “ollas comunales”, comedores colectivos fundados por organizaciones de trabajadores durante la crisis de los años 30 y 1932, que resurgieron bajo la dictadura de los años 80, semillero de la resistencia obrera.
(2) Golpe de Estado para el que el gobierno de Unidad Popular efectivamente allanó el camino. Recordemos que antes de provocar la muerte de decenas de miles de militantes de izquierda (incluido el presidente Allende), Pinochet había sido nombrado Ministro de Defensa y Comandante del Ejército del último gobierno de Unidad Popular por el líderes del PS y del PC.

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