Extraído del boletín Emancipação Proletária de la Organização Comunista Internacionalista (OCI) – 26 de outubro 2021

El veto de Bolsonaro a la distribución de tampones pone en riesgo la salud y educación de cerca de 4 millones de mujeres brasileñas que no tienen acceso a artículos básicos de higiene y unos 713.000 que viven sin baño o regadera en casa (datos Unicef).

Los riesgos de infecciones causadas por el uso de formas de improvisación para contener la menstruación, como el pan rallado y varios papeles, deja explícito el tamaño de la pobreza menstrual en Brasil.

Además del tema de salud, la ausencia de una política pública para la distribución de toallas sanitarias impacta al sector educativo: aproximadamente el 25% de las niñas brasileñas pierden al menos 45 días del año académico de 200 días porque no tienen acceso a artículos de higiene básica.

No hay decisión entre absorbente o vacuna, como lo insinuó el ministro Damares, o la amenaza de Bolsonaro entre invertir entre la salud y la educación. Es una
cuestiones de la salud y la dignidad de la mujer que repercuten directamente en la salud y la educación de la mujer.

Entidades como la Unión Brasileña de Estudiantes de Secundaria (UBES), los sindicatos de estudiantes, la propia CNTE, los sindicatos de educadores y las organizaciones de lucha de mujeres deben organizar a las trabajadoras y jóvenes estudiantes para exigir que el Congreso Nacional derogue el vergonzoso veto del presidente Bolsonaro a la distribución de tampones.

Hay dinero en el presupuesto. Basta detener el tren de la alegría permanente del dinero público para alimentar las fabulosas ganancias de los bancos mediante el pago de intereses de la deuda pública.

Autor: Marina