De nuestro corresponsal, Heinz-Werner Schuster

“Osar por un mayor progreso. Alianza por la libertad, la justicia y el desarrollo durable”: es el nombre del acuerdo de la coalición gubernamental firmado el 24 de noviembre por el SPD, los Verdes y el FDP (1), después de semanas de negociaciones secretas en las cuales participaron 300 dirigentes de los tres partidos (2). Analizaremos aquí solamente algunos primeros elementos de ese programa, que indican los objetivos que se fija el futuro gobierno “rojo-verde-amarillo” (rojo por el SPD, verde por los Verdes y amarillo por los liberales del FDP).
¿Los desempleados que se encuentran al final de sus derechos legales de protección? Las medidas del plan “Hartz IV” (3), que habían sumergido en la miseria a los desempleados al final de sus derechos serán mantenidas íntegramente, aunque rebautizadas “prestación ciudadana”. El nombre “Hartz”, detestado, desaparece, pero las medidas quedan en pie.
¿Las pensiones? La tasa de remplazamiento de las pensiones estará “garantizado” al 48% del salario de fin de carrera, es decir, ¡al nivel del umbral de pobreza oficial de los pensionados! En 1985, esa tasa era del 57.4%. La nueva coalición abre la posibilidad de una “capitalización parcial” de las cotizaciones de retiro, para comenzar, diez mil millones de euros para “invertir en el mercado de capitales”, haciendo posible especular con las cotizaciones de retiro de los trabajadores.
¿Los hospitales? En nombre de la “instauración de cuidados hospitalarios modernos y adaptados a las necesidades”, la nueva coalición promete continuar con las privatizaciones y la supresión de camas de hospital, que nunca se ha detenido, incluso en plena pandemia.
¿La duración del tiempo de trabajo? Será alargada al través de “espacios de experimentación” incluidos en las convenciones colectivas, aunque para llevar a cabo este ataque, los partidos de la coalición tendrán necesidad de implicar a los sindicatos. Sin embargo, el dirigente de la central sindical DGB anunció que rechazaría una tal ley estimando, como es tradición en Alemania, que esta cuestión del tiempo de trabajo tiene que ver únicamente con la negociación entre patrones y sindicatos, y no con ley alguna. Desde ese punto de vista, tiene razón. No obstante, el mismo dirigente -que califica de progresista a la nueva coalición gubernamental- indicó más temprano que tarde que estaba dispuesto a aceptar esas pretendidas “medidas de flexibilización necesarias” del tiempo de trabajo, lo que no representa ni una reivindicación obrera ni el mandato de los sindicalizados.
¿La guerra? La nueva coalición desea que Alemania “cumpla con sus obligaciones en el seno de la OTAN”. ¡Eso significaría hacer pasar un presupuesto militar de 53 mil a 85 mil millones de euros, según las exigencias de la OTAN! La coalición “se compromete a mantener un potencial de disuasión creíble” frente a Rusia y sobre todo frente a China. Alineándose con Biden, el acuerdo de la coalición evoca “la rivalidad sistémica contra China”.
Vocero del capital financiero en la nueva coalición, el jefe del FDP exigió “el apoyo de la sociedad y de la economía tanto como el de la oposición” al nuevo gobierno. Un llamado escuchado por el Secretario General de la CSU (partido burgués de Baviera, teóricamente en la oposición), y que dirigió a la coalición “sus mejores deseos por el trabajo y las tareas que vienen (…) ya que, al final, es Alemania la que está en juego”. Pero el futuro gobierno tiene necesidad sobretodo de continuar con la “unión sagrada” de facto que las direcciones sindicales han permitido desde los inicios de la pandemia.
Los trabajadores alemanes, como lo han demostrado las recientes huelgas en la metalurgia, lo entienden de manera harto distinta.
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De nuestro corresponsal, Heinz-Werner Schuster
(1) SPD: Partido Social Demócrata. FDP: partido burgués que representa al gran capital, favorable a la “libertad”, al sentido de la “competencia libre y no falseada” de los tratados de la Unión Europea desde Maastricht.
(2) Los 400 000 miembros del SPD, en cuanto a ellos, no tuvieron la posibilidad de participar en el debate y serán únicamente autorizados a votar, el 4 de diciembre, sobre el documento de 177 páginas ya firmado.
(3) Las leyes Hartz fueron impuestas a principios de los años 2000 por el gobierno SPD-Verdes de Gerhard Schöder.