“Una posible conflagración mundial”

El New York Times del 4 de junio publicó como editorial un artículo intitulado “Los Estados Unidos ayudan a prolongar la guerra en Ucrania”. No es una costumbre que una institución como el New York Times cuestione tan claramente a la administración Biden.

El autor del artículo, Christopher Caldwell, ha venido apoyando toda la política imperialista de los Estados Unidos desde hace años, aunque el locatario de la Casa Blanca sea un demócrata o un republicano. Pero a pesar de eso se inquieta: según él, “los Estados Unidos contribuyen a transformar este conflicto trágico, local y equívoco en una posible conflagración mundial”. Evocando las promesas de adhesión a la OTAN hechas a Ucrania en noviembre del 2021, seguido del armamento de Ucrania bajo la administración de los Obama, Trump y Biden (este último acaba de atribuirle 40 mil millones de dólares “de ayuda”, esencialmente militar), Caldwell constata que “hoy en día el país está armado hasta de los dientes”. En ese momento advierte: “Si la guerra no se termina pronto, sus peligros aumentarán”.

Coldwell expresa de esta manera el temor que la política de Biden en Ucrania pueda en todo momento quedar fuera de control y llevar a la humanidad a una guerra mundial implicando a las potencias nucleares.

Además de destrucciones que la guerra impone al pueblo ucraniano, la guerra de Putin y Biden en Ucrania amenaza también a millones de mujeres y hombres a caer en la hambruna, esencialmente en África y en el Medio Oriente.

A eso hay que añadir que la burguesía de los Estados Unidos no ha renunciado a sus prioridades de siempre: “Para los Estados Unidos, está fuera de discusión el dejar a Putin desviarlos de su principal objetivo estratégico: crearle un dique de contención a China”, señala por su parte Le Monde el 8 de junio. Por otro lado, Estados Unidos acaban de lanzar esta semana maniobras militares de gran envergadura en Guam (isla del Océano Pacífico).

Los únicos ganadores de esta guerra son la industria de la guerra, que se asegura ganancias gigantescas en los próximos años por el aumento de los presupuestos militares, y los “mercados financieros”, que especulan los precios de las materias primas, en particular de los cereales.

Los pueblos y los trabajadores de Ucrania, de Rusia, de África y le Medio Oriente, así como los de los países de la OTAN, tampoco tienen nada que ganar en el curso de esta guerra.

Youry Glouchakov, militante obrero de Bielorrusia y uno de los 600 signatarios del llamado a la conferencia mundial contra la guerra y la explotación, por la Internacional obrera (Paris, 29-30 de octubre del 2022) tiene toda la razón al afirmar: “La única posición consecuente de los socialistas que defienden los intereses de los trabajadores de todos los países, y no los intereses de “su” propia burguesía debe ser la siguiente: 1) Suspensión inmediata de las hostilidades. 2) Retiro de tropas rusas de Ucrania 3) Desarme de todas las organizaciones neofascistas y 4) Retiro de las tropas de la OTAN de Europa del Este.”

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Dominique Ferré

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