Un giro en la corte de Sergiev Posad (al norte de Moscú), el 9 de febrero, cuando tuvo lugar el juicio del sindicalista Kirill Ukraintsev. En prisión «provisional» desde el 25 de abril de 2022, Kirill fue juzgado y amenazado con cinco años de prisión en nombre de un artículo ultrarrepresivo del Código Penal relativo a las reuniones en la vía pública. La fiscalía solicitó inicialmente un año y seis meses de prisión. El tribunal dictó una pena de un año y cuatro meses. La ley rusa considera que un día de prisión preventiva “cuenta” como dos días de prisión, por lo que el tribunal liberó a Kirill inmediatamente después de sus nueve meses y medio de prisión “provisional”.

Kirill, uno de los fundadores del sindicato Kourier que organiza la entrega de comidas a domicilio, fue arrestado el 25 de abril de 2022 en Moscú en medio de una huelga organizada por su sindicato.

El régimen de Putin no se preocupa por los detalles. Muchos artículos del Código Penal han sido fabricados para permitir la represión contra militantes y organizaciones laborales. Y el régimen los utiliza con toda la fuerza posible, sobre todo desde el estallido de la guerra, como utiliza el nuevo artículo del Código Penal inventado especialmente para reprimir cualquier comentario contra la guerra en Ucrania.

En este contexto, la única razón por la que el tribunal de Sergiev Possad liberó a Kirill Oukraintsev, esta en la campaña de solidaridad, en Rusia y a escala internacional, retransmitida durante meses por activistas, sindicatos y organizaciones políticas, una campaña en la que el Comite de Organización por la reconstitución de la Cuarta Internacional participó desde el primer día.

Una pequeña victoria que sólo puede animarnos a continuar la lucha por la liberación de todos los presos nacidos políticamente, ya sean activistas sindicales como Anton Orlov (del sindicato de trabajadores del hospital Deïstvie), el joven matemático anarquista Azat Miftakhov, y cientos de opositores a la guerra.