
Cientos de miles de muertos tanto ucranianos como rusos. Sumas gigantescas para los presupuestos militares obtenidos a través del saqueo de los servicios públicos. El movimiento obrero y los partidos de “izquierda”, ¿van a quedarse callados todavía mucho tiempo poniéndose del lado de las políticas de los gobiernos fabricantes de guerras?
Chris Nineham -militante anti-guerra británico- comenta el discurso de Zelensky frente al Parlamento británico el 8 de febrero: “Era una puesta en escena militarista delicadamente orquestada. (…) La guerra de Ucrania hace estragos desde hace casi un año. La coalición “Stop the War” no ha dejado de condenar la invasión injustificable de Rusia, aunque ha igualmente afirmado que esta guerra se ha vuelto una guerra por procuración entre la OTAN y Rusia y contiene en germen una escalada peligrosa. (…) El objetivo del discurso de Zelensky era el de utilizar el Parlamento británico para hacer presión sobre otras potencias occidentales con el fin de que proporcionen aviones de combate para el esfuerzo de guerra. Los Estados Unidos y Alemania se han rehusado hasta ahora, conscientes de que eso constituiría una provocación contra Rusia. Eso le daría a Ucrania la capacidad de golpear muy adentro del territorio ruso. Significaría que aviones occidentales y rusos se enfrentarían en el espacio aéreo ucraniano, llevándonos al borde de una guerra abierta entre la OTAN y Rusia. (…) Los aplausos de todos los partidos (entre ellos los del Labour Party, ndlr) en favor de la escalada son peligrosamente irresponsables. (…) Starmer (dirigente del Labour Party, ndlr), redujo al silencio a los diputados anti-guerra del Labour, amenazando a aquellos que osen criticar a la OTAN. (…) Y sin embargo la mayoría de los pueblos, en la mayor parte de los países europeos, se oponen a la implicación de sus gobiernos en la guerra y apoyan los llamados a la paz”.
A los militantes británicos contra la guerra -que llaman a una manifestación en Londres el 25 de febrero- les asiste toda la razón: el apoyo de los dirigentes de los partidos de “izquierda” y de las principales organizaciones obreras a los gobiernos fabricantes de guerras, Biden, Macron, Scholz y Sunak es peligroso e irresponsable.
Como lo ha indicado otro portavoz de la coalición “Stop the War”, Andrew Murray: “Hay un problema que no podemos ignorar. En su último congreso, la confederación de sindicatos (TUC) adoptó una resolución llamando a hacer campaña por el aumento del presupuesto militar. (…) Hacer campaña por el aumento de gastos militares, es hacer campaña contra el presupuesto de los servicios públicos, tanto de la educación, como de la salud, la seguridad social o la industria. Es hacer campaña por el no aumento de los salarios, ¡porque no se pueden aumentar el presupuesto militar de un lado, y satisfacer nuestras reivindicaciones del otro!”
Estos militantes británicos tienen razón: los dirigentes de los partidos y de las organizaciones que hablan en nombre de los trabajadores deben inmediatamente dejar de apoyar a los gobiernos fabricantes de guerras, a la OTAN y a las entregas de armas que alimentan la guerra. ¡Deben exigir la confiscación de los presupuestos de guerra -como en Francia, la de los 413 mil millones de euros que Macron quiere integrar a la ley de programación militar del período 2024-2030- con el fin de consagrar esas sumas a los salarios, a las pensiones, a los hospitales y a las escuelas!
Dominique Ferré