¡Cierren los Campos de Concentración! ¡PAPELES PARA TODOS, AHORA!

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¡PAPELES PARA TODOS, AHORA!

Editorial de la edición de Septiembre de 2019 de The Organizer / El Organizador

Los trabajadores tienen toda la razón para estar indignados por las masacres perpetradas por supremacistas blancos que dejaron muertos a tres personas en Gilroy, California; nueve personas en Dayton, Ohio; y 22 personas en El Paso, Texas, incluyendo niños. Desde que asumió el cargo, Trump ha estado constantemente criticando la «invasión de migrantes» y apoyando todas las expresiones de odio racista imaginables. En agosto de 2017, su apoyo a la reunión neonazi y del Ku Klux Klan en Charlottesville, Virginia, apenas fue velado.

El aumento de los tiroteos racistas ha ido de la mano con un aumento de las redadas en los lugares de trabajo por parte de ICE (Migra), como lo fue la operación militarizada en Mississippi en agosto de este año –la redada más grande de la historia del ICE– que acorraló y deportó a 680 trabajadores en siete plantas procesadoras de pollos en todo el estado. No es casualidad que los trabajadores de algunas de las plantas hayan denunciado las condiciones abusivas en las procesadoras y se hayan sumado en una campaña de organización sindical por parte del sindicato United Food and Commercial Workers (UFCW).

Una resolución adoptada por la convención nacional de la Unión de Pintores Industriales (IUPAT) a mediados de agosto caracterizó tanto los tiroteos como las redadas como «actos de terrorismo contra los trabajadores».

Eso no es todo: La administración Trump ha separado a más de 2.300 niños de sus padres en la frontera entre México y Estados Unidos, mientras que ha colocado a cientos de migrantes en campos de concentración con condiciones deplorables. Muchos de estos niños han sido encarcelados en jaulas.

Como si eso no fuera suficiente, Trump ahora amenaza con deportar a niños migrantes con leucemia, distrofia muscular o fibrosis quística. «En algunos casos esto es virtualmente una sentencia de muerte«, declaró un editorial en el Boston Globe del 28 de agosto titulado «¿Puede la administración Trump hundir más bajo que amenazar con deportar a los niños enfermos?«.

Es por eso que hemos apoyado y estamos promoviendo activamente la protesta y marcha del 16 de septiembre en el Área de la Bahía de San Francisco para exigir: «¡Cierren los campamentos, liberen a los niños

El papel de los demócratas no es menos deplorable!

Mientras denunciamos a la administración Trump y trabajamos para organizar la más amplia unidad para exigir el cierre de los campos de concentración, tenemos que ver el panorama más amplio si queremos poner fin a este flagelo y obtener justicia para los millones de migrantes forzados a abandonar sus comunidades en México y Centroamérica como resultado de las políticas (intervenciones militares, golpes de estado y acuerdos de «libre comercio») impuestas por el gobierno de Estados Unidos.

Los ataques cada vez mas violentos contra los imigrantes comenzaron en realidad en 1996 bajo el mandato del presidente demócrata Bill Clinton. Un informe de septiembre de 2016 de Hacking Law Practices dice, en parte:

«Donald Trump y su campaña presidencial anti-migrante y xenófoba deben ser condenados. Pero esto no significa que debemos mantener silencio en cuanto al papel de los demócratas.

«La verdad es que Bill Clinton firmó el proyecto de ley de inmigración más nefasto de nuestros tiempos: la Ley de Reforma Migratoria y Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA)….. Mientras que Barack Obama ha deportado a más personas que cualquier presidente de los Estados Unidos en la historia de la nación, en todo esto se pierde la IIRIRA, que esencialmente inventó la aplicación de la ley de inmigración como la conocemos hoy en día, donde la deportación es una amenaza constante y plausible para millones de inmigrantes«.

Obama, de hecho, deportó a más de 3.2 millones de personas, aumentando el presupuesto para el «control fronterizo» en un 24% (o 18.000 millones de dólares).

El informe Hackings concluyó:

«Los defensores de una real reforma migratoria y los defensores de los derechos de los migrantes están legítimamente horrorizados por la dura retórica que viene del Partido Republicano sobre este tema.  Pero no puede ni debe perderse para nadie que los demócratas también tienen mucha culpa de nuestra situación actual«.

Cuando los líderes del Partido Demócrata cedieron bajo la presión de Trump, votando el 26 de junio para apoyar la solicitud de la administración de 4.600 millones de dólares adicionales para «mejorar la seguridad fronteriza«, los activistas por los derechos laborales y de los inmigrantes en todo el país no pudieron contener su ira.

Al Rojas –vicepresidente del capítulo de Sacramento del Consejo Laboral para el Avance de América Latina, LCLAA, AFL-CIO, y miembro del comité directivo de Labor and Community Campaign for an Independent Party (LCIP), o Campaña por un Partido Independiente de los Trabajadores y del Pueblo– no se anduvo con rodeos:

«El Partido Demócrata es cómplice de los ataques contra los trabajadores migrantes y sus familias, ya que (1) fue el autor y promotor de los acuerdos comerciales del TLCAN y CAFTA, que profundizaron la pobreza en México y Centroamérica, obligando a millones de personas a huir de sus tierras y comunidades, y (2) promovió la militarización de la frontera de Estados Unidos y la deportación masiva de migrantes de México y Centroamérica. Apenas el mes pasado, la mayoría del Partido Demócrata votó a favor de asignar 4.600 millones de dólares para la «seguridad fronteriza«, incluyendo enormes sumas destinadas a prisiones y centros de detención con fines de lucro.

«Tener una ‘D’ [de Démocrata] al lado de tu nombre no te da un pase libre. Los trabajadores se están organizando fuera del Partido Demócrata –y el movimiento está creciendo. Se avecina un cambio para que podamos elegir candidatos independientes de la clase obrera que representen genuinamente a los trabajadores. Construir un movimiento independiente, y un partido político de los trabajadores y del pueblo independiente, es la tarea que tenemos por delante«.

Estamos de acuerdo.

La organización de coaliciones, o comités, de trabajadores y de sectores populares que sean políticamente independientes y que incorporen la lucha por los derechos de los migrantes (Papeles para Todos, cierre de ICE, Alto a las Deportaciones, Abajo el Muro de la Vergüenza) entre sus demandas primarias y movilizarse en torno a estas demandas es el lugar para comenzar. Los líderes y activistas sindicales que formaron Labor and Community for an Independent Party (LCIP) están promoviendo estas coaliciones como los cimientos de un partido independiente de los obreros y de los sectores populares. – La Redacción

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