Editorial del periódico The Organizer (18 de noviembre de 2020)

El 16 de noviembre, Joe Biden y Kamala Harris realizaron una conferencia de prensa en Wilmington, Delaware, en la que describieron su plan para «restaurar la economía». Se acababan de reunir a través de Zoom con empresarios y líderes sindicales. The New York Times informó sobre esta conferencia de prensa de la siguiente manera:

“El presidente electo describió su conversación [con líderes empresariales y sindicales] como ‘muy alentadora’, y la describió como un ejemplo de su mensaje de campaña – unidad nacional – en acción. Dijo que tanto los directores ejecutivos como los líderes sindicales habían acordado que el gobierno debe actuar con valentía para que la economía vuelva a acelerarse. ‘Ojalá hubieras escuchado: líderes corporativos y líderes sindicales cantando el mismo coro ‘, dijo Biden ”. (17 de noviembre)

Los directores ejecutivos corporativos tienen todas las razones para estar contentos con el resultado de las elecciones del 3 de noviembre. «Wall Street», informó el diario financiero francés Les Echos , «dio cuatro veces más dinero a Biden que a Trump». (28 de octubre)

El New York Times resumió la reacción de Wall Street de manera concisa: “La perspectiva de un gobierno dividido, si los republicanos retienen el control del Senado, atrae a las empresas por una variedad de razones. Wall Street se ha entusiasmado con la idea, creyendo que tal situación devolvería la credibilidad a la Casa Blanca pero evitaría que se promulguen políticas progresistas dirigidas contra las empresas «. (10 de noviembre)

«Ralentización de la economía mundial»

En las últimas semanas, los analistas de Wall Street advirtieron sobre una “economía global en desaceleración de la que Estados Unidos no puede escapar” y una “recesión cada vez mayor”. Han pedido a la administración entrante que promulgue las «duras» medidas de austeridad necesarias para «volver a encarrilar la economía». (PBS Nightly Business Report, 16 de noviembre)

Los billones de dólares de la deuda del «paquete de estímulo», la inmensa mayoría de los cuales se destinaron a llenar los bolsillos de los especuladores de Wall Street, deben ser reembolsados, insisten los portavoces de Corporate America, y son los trabajadores quienes deben asumir la carga de las medidas de austeridad. medidas (recortes presupuestarios, concesiones masivas, reestructuración empresarial y despidos, etc.) que vienen inevitablemente con el pago de la deuda.

«Unidad nacional»

Por tanto, la “unidad nacional” entre los trabajadores y los empresarios no sólo es necesaria, es esencial para que los sindicatos se vean obligados a tragarse la píldora venenosa de la austeridad.

Este no es solo un fenómeno «estadounidense». El impulso para cooptar a los sindicatos para que acepten e implementen la agenda anti-laboral de los patrones se está produciendo en todo el mundo, a menudo con diferentes nombres: «Pactos sociales» – «Acuerdos de asociación entre trabajadores y empresarios» – «Unión sagrada» – entre otros. En todas partes se está convocando al movimiento obrero a cantar el mismo coro corporativista.

Esa es la razón por la que Biden ha incluido a 27 funcionarios laborales, muchos de ellos altos funcionarios de AFL-CIO, en su equipo de transición. La presencia de la presidenta de United Farm Workers (UFW), Teresa Romero, en la Junta Asesora de Transición, que supervisa el trabajo de todo el equipo de transición, es muy reveladora.

El «modelo» de EFI ( The Equitable Food Initiative)

Durante muchos años, la UFW ha priorizado su acuerdo de “asociación” con los productores corporativos a través de su participación en la Iniciativa de Alimentos Equitativos EFI. “ La UFW, según su sitio web,“ ayudó a fundar EFI en 2008 para mejorar la vida de los trabajadores agrícolas en un mayor número de lo que se puede lograr a través de la sindicalización ”.

En lugar de luchar por leyes laborales que se puedan hacer cumplir con procedimientos de implementación estrictos, en lugar de organizar a los trabajadores y negociar contratos sólidos, la UFW ha promovido lo que se llama «etiquetado social», que significa «un sistema de certificación a través del cual las granjas que cumplen con los estándares de EFI tienen licencia para justificar su ‘»Cultivo Responsable» Farmworker Assured.TM etiqueta sus productos.

El etiquetado social se ha implementado en países de todo el mundo, donde se utiliza como un medio para aplastar las campañas de organización sindical e imponer salarios y estándares más bajos.

La resistencia de los trabajadores está creciendo

Los crecientes sectores del movimiento sindical estadounidense, al igual que sus homólogos europeos y asiáticos, se niegan a subordinar los intereses de sus miembros y las comunidades de la clase trabajadora en nombre de los esquemas de “unidad nacional”. La ofensiva patronal contra la clase trabajadora se ha intensificado, pero también la resistencia de los trabajadores a los crecientes ataques.

Este espíritu de lucha del movimiento obrero quedó plasmado en la Carta Abierta enviada a finales de octubre a los presidentes de la Federación Estadounidense de Maestros (AFT) y la Asociación Nacional de Educación (NEA) por los presidentes de siete sindicatos de educadores en California. La Carta Abierta dice, en parte:

“Como alianza de sindicatos de la educación en algunas de las ciudades más grandes de California, hacemos un llamado a nuestros sindicatos nacionales – la Asociación Nacional de Educación y la Federación Estadounidense de Maestros – a comprometerse a movilizar inmediatamente a millones de miembros sindicales, aliados comunitarios y otros en protestas en masa ante los primeros indicios de un intento [de Trump] de robar las elecciones. Específicamente, debemos estar preparados para actuar independientemente del Partido Demócrata para defender el futuro de los trabajadores a través de la acción colectiva ”. ( énfasis nuestro)

Será necesario actuar independientemente del Partido Demócrata, en el lugar de trabajo y en la arena política, si la mayoría de la clase trabajadora ha de sobrevivir a la barbarie de un sistema capitalista en su agonía mortal.