Por Dominique Ferré

Las imágenes del pánico en Kabul tras la entrada de los talibanes se han mostrado en todo el mundo. Decenas de miles de afganos, hombres, mujeres y niños, se han concentrado en las puertas de la ciudad y en la pista del aeropuerto de Kabul, con la esperanza de escapar. «No como, no duermo. Todos los que tienen los medios económicos y los contactos ya se han ido de Afganistán, pero no tenemos nada, estamos esperando un milagro», dijo uno de ellos al corresponsal de Le Monde. (17 de agosto).

Mientras estas escenas se transmitían en todo el mundo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente francés, Emmanuel Macron, hablaron la noche del 16 de agosto.

Biden, de la Casa Blanca, derramó lágrimas de cocodrilo y dijo que estaba «profundamente entristecido por la situación». Incluso tuvo el descaro de mencionar el destino de «mujeres y niñas» en Afganistán. «Pero no me arrepiento», dijo, «lo asumo». Y Biden continuó culpando al régimen títere de la entrada de los talibanes en la capital afgana: «El liderazgo político afgano abdicó y huyó del país. El ejército afgano ha abdicado, a veces sin siquiera intentar luchar … los soldados estadounidenses no deberían luchar y morir en una guerra que las propias fuerzas afganas se niegan a luchar «.

¡Biden habló como si el régimen títere de Kabul no fuera una creación pura y simple del Ejército de los Estados Unidos y la OTAN! – como si durante 20 años, Bush y luego Obama, seguidos por Trump y Biden, no hubieran enviado a miles de jóvenes soldados estadounidenses a morir en una guerra que no era la suya. ¡Ha sido una guerra por las ganancias de Wall Street y los fabricantes de armas, una guerra contra el pueblo afgano, como las coaliciones pacifistas en los EE. UU., Principalmente los laboristas estadounidenses contra la guerra (USLAW), han denunciado durante los últimos 20 años!

Pero en el campo de la ignominia, Biden fue derrotado por Macron. Según este último: «Europa por sí sola no puede asumir las consecuencias de la situación actual», pidiendo «protegernos de los grandes flujos migratorios irregulares». Esta fue casi palabra por palabra la declaración hecha por la figura política de derecha Marine Le Pen, advirtiendo sobre «la perspectiva de nuevas olas de inmigración». ¡Qué vergüenza Macron, quien, habiendo entregado al pueblo afgano a los talibanes, es responsable del esfuerzo de miles de afganos por huir de su país, ya que anuncia de antemano que cerrará las fronteras a los refugiados que huyen de la barbarie!

Los trabajadores, los jóvenes y todos los partidarios de la democracia y la paz, en Francia como en los Estados Unidos, solo pueden condenar estas vergonzosas declaraciones. Es deber del movimiento obrero exigir que estos belicistas abran las puertas, incondicionalmente, a estos refugiados afganos.

Gobiernos de Francia, Estados Unidos y países de la OTAN:

¡Los trabajadores exigen que abran inmediatamente las fronteras a los refugiados que huyen de la barbarie en la que han sumido a Afganistán!