
Región de Krasnoïarsk (Siberia), el 8 de mayo: una columna de cientos de obreros de la empresa de BTP ESTA, en uniforme rojo de trabajo, se encamina por la carretera. Acaban de ponerse en huelga contra el impago de salarios desde el mes de marzo. Para vengarse, los patrones se rehusaron a llevarlos en autobús a sus barracas. Es en ese momento que marchan cinco kilómetros gritando: “¡Zabastovka! (¡huelga!) ¡No nos han pagado!”: esta escena se volvió “viral”. Llenos de pánico, las autoridades locales forzaron a ESTA a pagar los salarios atrasados a los 690 trabajadores en esta situación.
Treinta y un “conflictos de trabajo” se han registrado en el mes de abril. En casi todos los casos, la exigencia es el aumento de salarios y el pago de los atrasados. En veintidós de los treinta y un conflictos, obreros, trabajadores del transporte y mineros expresaron sus reivindicaciones con la huelga.
Esa es la respuesta de la clase obrera a la situación que no cesa de empeorar, consecuencia de la guerra y de las sanciones. En Tikhvine (región de San Petersburgo), la fábrica de construcción de vagones está parada, por falta de suministros y componentes americanos: 7,000 trabajadores viven un desempleo técnico. En la fábrica de automóviles Avtotor de Kaliningrad, sub-tratante de los constructores coreanos Kia y Hyunday, la dirección propone a los obreros “reinstalarse en la pizca de frutas, en lo que esperan”. En Bachkirie, con el pretexto de “ayudar a los habitantes” de los territorios separatistas pro-rusos del este de Ucrania, los salarios del personal hospitalario son amputados. Menos de 200 rublos para un camillero, 500 para los enfermeros y 1,000 para los médicos, denuncia el sindicato de los trabajadores hospitalarios, Action.
Esta crisis de la sociedad agrava la de la principal formación “de oposición” que apoya al régimen de Putin: el partido “comunista”. Por un lado, el diputado del PC Nikolaï Aréfief declara que es urgente “bombardear totalmente a Ucrania y no pensar en nada más”. Por el otro, en Vladivostok (extremo oriente), el diputado del Parlameno regional, Vasieukévitch, apoyado por otro diputado del PC declara: “Si nuestro país no detiene la operación militar, habrá aún más huérfanos. (…) Exigimos la retirada inmediata (de Ucrania) de las tropas de la Federación Rusa”. Se le corta el micrófono y los dos diputados son excluidos del Partido, calificados de “traidores” y de “cadáveres políticos”.
Poco antes del 3 de junio, día 100 de la invasión a Ucrania, la administración presidencial “pidió” a los medios no “focalizar la atención” de los lectores y telespectadores sobre la duración de la guerra, ya que el Kremlin se inquieta: muchos ciudadanos estiman que “la operación militar especial” se alarga sin remedio.
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Con nuestros corresponsales.
Extraído de Tribuna de los Trabajadores 343