
Novena potencia económica mundial y miembro de la OTAN, Canadá es dirigida desde el 2015 por el encantador Justin Trudeau, Primer Ministro y miembro del Partido liberal. Si el gobierno federal del Partido liberal es minoritario, sabe que puede contar con el apoyo incondicional del Nuevo Partido Democrático (NPD), partido fundado en 1961 por los sindicatos.
El gobierno Trudeau anunció a finales de 2021 un aumento del presupuesto militar en un 70% para los siguientes cinco años. Paralelamente, firmó dos acuerdos de compra de aviones caza y de barcos de guerra con un monto que alcanzan los 77 y los 84 mil millones de dólares.
En el marco de la OTAN, el gobierno canadiense participa activamente en alimentar la guerra en Ucrania: mil millones de dólares de ayuda financiera, la entrega de misiles, tanques de combate Leopard 2, vehículos blindados, sistemas de obuses, cañones sin retroceso, municiones diversas, cámaras de alta definición para drones, lanza-cohetes y granadas de mano, servicios satelitales, etc.
Canadá envió igualmente, para apoyar las operaciones militares en Ucrania, a ingenieros de combate a Polonia, instructores a Reino Unido, un destacamento aeromóvil a Escocia y tres aviones Hércules y una fuerza operacional de ciento cincuenta miembros a Polonia. Participa además en el grupo dicho de asistencia a la seguridad para Ucrania dirigida por los Estados Unidos con base en Wiesbaden, en Alemania.
Para financiar semejantes gastos militares, procede a cortes en los servicios públicos. Los gobiernos provinciales de Ontario, de Quebec, de Alberta y de Saskatchewan estrangulan el sistema de salud pública y abren la vía a la privatización. Los trabajadores, duramente golpeados por la inflación y el bloqueo de sus salarios, sufren cada vez más por no poder alimentarse. Según una encuesta fechada en el otoño del 2022, el 60% de los canadienses afirman no poder soportar el aumento en el costo de la vida: 8.9% por la carestía de los alimentos, según Estadística Canadá. Pero bien, la crisis no es para todo el mundo: según el Instituto de Investigaciones socioeconómicas (IRIS), las ganancias de las empresas canadienses nunca han estado tan elevadas en más de veinte años.
Pero si el gobierno de Trudeau puede sobrellevar la guerra “al exterior” como “al interior” contra los trabajadores canadienses, es en principio porque su gobierno se beneficia, desde el 2015, del apoyo del NPD y de los dirigentes de la central sindical. Algunos días después del inicio de la guerra de Ucrania, en marzo del 2022, el NPD concluyó un acuerdo oficial de apoyo al gobierno Trudeau.
Rechazando esta “unión sagrada” con el gobierno fabricante de guerras, los militantes canadienses constituyeron un Comité contra la guerra y la explotación, “para que el NPD y las direcciones sindicales rompan con el gobierno Trudeau, (…) para echar las bases de un movimiento anti-guerra y anti-explotación. ¡Ni Biden! ¡Ni Putin! ¡Ni Trudeau! ¡Desmantelamiento de la OTAN!
De nuestros corresponsales en Canadá.