India. La lucha de los campesinos es la de todos los trabajadores

«Lo que se pretende imponer a los campesinos en India es lo que se impuso en México con la firma del TLCAN»

Extraído de Tribuna de los Trabajadores 271

Hace dos meses que centenas de miles de campesinos, con sus organizaciones, hicieron un llamado para “subir” a la capital, Nueva Delhi, y exigir la abrogación de las leyes anti-campesinas del gobierno ultra-reaccionario de Nerendra Modi. El documento del cual extraemos extensas líneas a continuación es un folleto recibido el 24 de diciembre del 2020, publicado en hindú y en inglés por el Trade Union Solidarity (comité de solidaridad sindical) de Mumbai, que reagrupa a militantes obreros, entre los cuales, a Nambiath Vasudevan, coordinador del Comité Obrero Internacional contra la guerra y la explotación, por la Internacional Obrera. (COI).

“En los momentos en que escribimos estas líneas, cientos de miles de campesinos -hombres, mujeres y niños-acampan en la capital, por la abrogación delas leyes agrícolas. Hace años que el país no había sido el teatro de un reto de este tamaño lanzado al poder político, factor de inspiración para todos. Entre otras cosas, porque está organizado sobre la base de reivindicaciones de clase de los trabajadores. El gobierno central en un primer momento fortificó la ciudad, como si los campesinos que llegaban fueran un ejército de invasión, y los recibió con cañones de agua y gases lacrimógenos. Luego se vio forzado a cambiar de estrategia e invitar a los campesinos a negociar sin condición. La experiencia nos enseña que se trata de un simple cambio táctico, no de fondo. Sin embargo, ese giro es en sí mismo una victoria importante para la movilización campesina, en los momentos en que una gran simpatía por la causa de los campesinos de desarrolla en todo el país.” Esta simpatía se ve ilustrada por la potencia de la huelga general obrera de 250 millones de trabajadores, el 26 de noviembre último, al llamado de las principales centrales sindicales, que habían inscrito en su plataforma las reivindicaciones campesinas, al lado de las reivindicaciones obreras y democráticas.

Liberación de los precios agrícolas contra precios garantizados por el Estado.

¿Cuál es el contenido de las leyes anti-campesinas? Suprimiendo el precio mínimo garantizado por el Estado a los productores agrícolas, “el gobierno pretende hacer creer que ofrece a los campesinos la “libertad” de vender sus cosechas sin importar dónde ni a quién. Oponiéndose a esta falsa “libertad”, los campesinos exigen la garantía de que sus cosechas sean compradas por organismos públicos a un precio mínimo”. Estas leyes no afectan uniformemente a todos los campesinos, remarca el Trade Union Solidarity Commitee (TUSC): los grandes propietarios sacan provecho. “Así, si la movilización actual es calificada de “movilización campesina”, representa de hecho principalmente los intereses de los campesinos pobres y medios, y no de todos los “agricultores”.

Abrogar las leyes anti-campesinas: una reivindicación de todos los trabajadores.

¿Por qué la clase obrera debe apoyar la lucha de los campesinos, se pregunta el TUSC? “Las reivindicaciones de los campesinos no se limitan tan solo a su propio interés inmediato, ya que el sistema público de garantía de un precio mínimo solo es eficaz para los cultivos para los cuales existe un mercado público, principalmente el trigo y el arroz”, es decir, los cultivos encaminados a satisfacer las necesidades alimentarias de los trabajadores y de la población. Es por eso que “la reivindicación de abolir las leyes anti-campesinas es de hecho una reivindicación inmediata de todos los trabajadores”. Por otro lado, teniendo en cuenta la tasa de desempleo en la clase obrera, “los campesinos arruinados no tendrán otra elección que la de sumarse a la “armada industrial de reserva” (1), haciendo bajar el nivel general de salarios en una situación en donde los trabajadores, ya desesperados, se disputan los raros empleos existentes.”

Leyes que se derivan de la presión imperialista

Para el TUSC, esas leyes, así como las leyes anti-obreras contra el Código de trabajo tratando de hacer “que baje el costo del trabajo”, tienen como origen “la presión de las grandes potencias imperialistas” remplazadas por el gobierno indio. “Estos últimos años, India se ha visto confrontado a fuertes presiones para abrir sus mercados agrícolas. Ha sido objeto de campañas orquestadas en la Organización Mundial de Comercio (OMC) que ha acusado al país de violar el acuerdo de la OMC sobre la agricultura en razón de las ayudas públicas a los productos agrícolas. Estados Unidos ha sido la punta de lanza de esta campaña”.

Un precedente: la destrucción de la agricultura mexicana.

Lo que el sistema capitalista mundial en crisis quiere imponer a los campesinos de India no es otra cosa que lo que ha sido “impuesto a la agricultura mexicana desde los años 1990, y más particularmente a partir de 1994 (fecha del acuerdo de libre-cambio norteamericano)”. Esta política, literalmente, ha destruido la agricultura mexicana, permitiendo “la multiplicación por tres de las exportaciones de maíz de los Estados Unidos hacia México, cuando ese país era incluso el país de origen del maíz, albergando los más grandes tesoros de variedades de este cereal.”

La responsabilidad de los gobiernos de derecha y de “izquierda”

La presión de las instituciones imperialistas internacionales no está cobijada solamente por el gobierno de extrema derecha de BJP: “Esas leyes no salieron de la nada. Han sido impulsadas por potentes intereses desde hace más de dos décadas”, lo que nos recuerda que el primer golpe dado al sistema público de garantía de precios agrícolas fue dado por el ministro de Finanzas de un gobierno “de izquierda” (2) a finales de los años 90´s y que siguieron adelante a cuenta de los gobiernos del Partido del Congreso.

La trampa de la división y de la “acción comunitaria”

“Como respuesta a este movimiento democrático de los campesinos, el régimen ha hecho uso de su respuesta habitual: dividir al pueblo y sembrar el veneno de la acción comunitaria. Como un gran número de líderes campesinos son originarios de la región de Pendjab, medios de comunicación bajo consigna han pretendido que la movilización es una agitación sikhe (3), supuestamente manipulada por las fuerzas “separatistas” sikhes”. Pero de la misma manera que la juventud y los trabajadores indios han rechazado masivamente las leyes discriminatorias anti-musulmanas del gobierno, las masas campesinas rechazaron la división: por un lado, porque “los campesinos de muchos otros Estados, en particular de la Haryana (en donde la aplastante mayoría de la población es hinduista-ndlr) fluyen hacia la movilización. Y más fundamentalmente, porque ninguna de las reivindicaciones concierne ni al Pendjab ni cualquiera otra región, y aún menos la identidad religiosa sikhe (…) Las reivindicaciones son reivindicaciones de clase, puramente laicas y comunes a todos.”

“Continuidad de la lucha de clases”

Durante sus seis años en el poder, el gobierno del BJP ha llevado a cabo ataques incesantes contra los trabajadores, los campesinos y la democracia. Pero el TUSC señala que “sin embargo, esta ofensiva incesante del poder del BJP no ha podido impedir la continuidad de la lucha de clases. La aparente invisibilidad del gobierno Modi se manifiesta en el plano electoral y en el aparato de Estado. En revancha, en el dominio de la lucha de clases, el gobierno no ha podido impedir a diferentes sectores el alzarse contra él, e incluso el arrancar sus reivindicaciones. Ese hecho debería ser un indicador sobre los dominios donde los esfuerzos deben ser concentrados.” Desde ese punto de vista, el TUSC invita a los trabajadores y a las organizaciones obreras a “considerar la lucha actual de los campesinos en Delhi como portadora de un gran potencial de liberación para toda la sociedad

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Con nuestros corresponsales

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(1) Expresión utilizada por Marx en El Capital para designar a la armada de reserva de desempleados que los capitalistas utilizan para hacer presión a la baja sobre el precio de la fuerza de trabajo.

(2) El gobierno dicho de Frente Unido en India (1996-1998) era una coalición de trece partidos, esencialmente regionales, creada y apoyada por el Partido del Congreso (el principal partido burgués indio) y el Partido Comunista (marxista), el principal PC de India.

(3) La religión sikhe es practicada por 20 millones de fieles en India, y la ciudad santa del sikhismo, Amritsar, se encuentra en el Estado de Pendjab.

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