Artículo extraído de Tribuna de los Trabajadores 383

(palabras de un huelguista de los transportes, el 27 de marzo)
Cientos de miles de trabajadores de los transportes y de los servicios públicos se fueron a una “mega-huelga” el 27 de marzo con sus sindicatos Ver.di y EVG. Reivindican aumentos de salarios.
Un trabajador de los transportes, en huelga el 27, nos declara: “Si los patrones no proponen ahora mismo un aumento que corresponda a nuestras reivindicaciones, daremos un paso más. También nos podemos ir a la huelga ilimitada.”
En muchas discusiones e intervenciones, las huelgas en Gran Bretaña, aunque sobre todo en Francia, están siendo consideradas como un ejemplo a seguir: “Nos solidarizamos con los trabajadores de Gran Bretaña y de Francia”, nos declara una trabajadora en Berlín. En el Servicio postal, los trabajadores rechazaron el acuerdo que la dirección de la Ver.di concluyó con los empleadores, un acuerdo de pérdida de salario real ya que aplaza hasta abril del 2024 el aumento de 340 euros mensuales.
Los patrones enloquecen: en los aeropuertos, denuncian una “escalada de las huelgas bajo el modelo de Francia”. La negociadora de las colectividades locales, Karin Welge, acusa a los sindicatos de abusar del derecho de huelga “de manera inflacionista”. Es una dirigente del Partido Social-demócrata (SPD), así como el canciller Scholz a la cabeza de un gobierno SPD-Verdes- Liberales quienes hallaron cien mil millones de euros para el ejército en el marco de la OTAN, pero pretenden no tener un céntimo para los salarios.
Según el director del personal de la Deutsche Bahn (ferrocarriles), las negociaciones actuales se desarrollan mientras que “tenemos en el mero centro de Europa una guerra devastadora” con “una fuerte inflación y también enormes precios de la energía” (Handelsblatt del 28 de febrero). Todas estas manifestaciones del impase del sistema capitalista llevan a millones de trabajadores a entrar en movimiento, porque es para ellos “una cuestión de supervivencia”, dice el presidente del sindicato Ver.di, Werneke (Bild am Sonntag del 26 de marzo). La prensa señala que esas huelgas marcan un cambio cualitativo de la situación. Un “movimiento de contestación raro en Alemania, un país que se está alejando de la cultura de los consensos (…). Esta dinámica está igualmente a la orden del día en el Reino Unido” (Challenges del 27 de marzo). Esas huelgas inhabituales incomodan a “la cultura de los consensos”, es decir, a la política tradicional de colaboración de clases entre sindicatos y patronato. Sobre todo, porque están apoyadas por la población, como en Gran Bretaña o en Francia. Según un sondeo Yougob del 27 de marzo, “un 55% de las personas interrogadas estiman que el paro laboral de Verdi y de EVG está “más bien” o “del todo” justificado.”
Los militantes obreros del Comité por un partido obrero que publican Freie Platform für Arbeiterpolitik escriben: “La comparación entre el monto de las ayudas militares al régimen de Zelensky y las reivindicaciones salariales en el sector público muestra que la lucha contra la guerra y la lucha por el aumento de salarios es una sola y misma lucha.
Con nuestros corresponsales.