La guerra en Ucrania no puede erradicar las atrocidades en Palestina, Afganistán, África, ni la guerra de exterminio de la “coalición árabe” (saudí y emiratí) contra el pueblo de Yemen. En siete años, según la ONU, han muerto 150.000 personas en los combates y otros 227.000 por las consecuencias de la guerra (hambre, falta de agua potable, epidemias).

Los sucesivos gobiernos franceses desde 2015, al igual que los gobiernos estadounidense y británico, son los principales proveedores de armas de la coalición árabe. El 2 de junio, tres organizaciones no gubernamentales (ONG), Mwatana for Human Rights, el Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR) y Sherpa, presentaron una denuncia por «complicidad en crímenes de guerra» contra las empresas de armas francesas Thales, Dassault Aviation y MBDA, cuyas tremendas ganancias se deben en gran parte a las ventas de armas a Arabia Saudita y los Emiratos.

Estas empresas no son las únicas en cuestión: “El 3 de diciembre de 2021, Emmanuel Macron concluyó la venta de ochenta aviones de combate Rafale con los Emiratos Árabes Unidos. Un informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos y el Observatorio de Armamentos, publicado el martes 14 de diciembre, analiza el papel de las armas francesas en los abusos cometidos por el país del Golfo en Yemen” (La Croix, 15 de diciembre de 2021). En mayo de 2022, Macron fue recibido con bombos y platillos en Emiratos en casa de su «amigo» el príncipe Ben Zayed, quien hasta hace poco era «comandante en jefe de las fuerzas emiratíes» en Yemen.